Capítulo 97

5 1 0
                                    

El eco de sus pasos resonaba por los pasillos oscuros de la mansión, amplificando la tensión que ya cargaban sobre sus hombros. Las paredes de piedra parecían estrecharse a medida que descendían hacia el subterráneo. Kai caminaba al frente, seguido de cerca por Ethan, quienes no dejaban de intercambiar miradas de advertencia. Todo era demasiado tranquilo.

—Algo no está bien... —susurró Kai mientras bajaban las escaleras de caracol, sus dedos rozando la fría barandilla de hierro.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Ethan, aunque ya conocía la respuesta. Había algo en el aire, un silencio pesado que no presagiaba nada bueno.

—No lo sé, lo siento en los huesos. Esto es una trampa —Kai se detuvo de golpe, obligando al resto a hacer lo mismo.

Hiroshi, que cerraba la marcha, frunció el ceño. No era un hombre que diera marcha atrás fácilmente, pero la advertencia de Kai no podía ser ignorada.

—Lo sé —contestó Hiroshi—, pero es lo que tenemos que hacer. No hay tiempo para dudar.

El silencio se volvió más denso, como si el mismo edificio respirara con ellos. Siguieron avanzando hasta que llegaron a una puerta pesada, de metal, con un panel digital al lado. Noah se adelantó y comenzó a trabajar en el panel. Sus manos se movían con precisión, pero había algo en su rostro que mostraba preocupación.

—Axel, ayúdame con esto —murmuró Noah, sin apartar los ojos de la pantalla.

Axel se acercó rápidamente, y juntos, comenzaron a manipular el sistema de seguridad. Mientras lo hacían, Ethan se giró hacia Kai, su voz apenas audible:

—¿Qué crees que encontraremos aquí abajo?

Kai suspiró, sin dejar de observar su entorno.

—No lo sé, pero tengo la sensación de que estamos por descubrir algo que cambiará todo.

Antes de que Ethan pudiera responder, un clic metálico resonó cuando la puerta se abrió lentamente. Un aire viciado salió del interior, como si el lugar hubiera estado sellado por décadas. Dentro, una luz tenue iluminaba lo que parecía ser una sala de control abandonada, con pantallas cubiertas de polvo y cables sueltos colgando del techo.

Hiroshi dio un paso al frente, observando todo con cautela.

—Esto es más viejo de lo que esperaba —comentó en voz baja—. Pero la tecnología aquí aún es avanzada. Lo suficiente como para esconder algo grande.

De repente, las pantallas comenzaron a parpadear, iluminando la sala con una luz parpadeante. Los rostros de todos se tensaron al ver que en una de las pantallas aparecía un mapa detallado, mostrando varias ubicaciones marcadas en rojo.

—¿Qué es eso? —preguntó Yuto, señalando el mapa.

—Son bases de la Red Umbra —respondió Noah, su voz con un matiz sombrío—. Y parece que están en todas partes. No solo aquí... sino en ciudades de todo el mundo.

Kai apretó los puños al ver la magnitud del plan de la Red Umbra. Este no era solo un problema local, era una amenaza global.

—Tenemos que llevarnos esta información —dijo Hiroshi, acercándose a una terminal—. Con esto podremos derribar la organización desde adentro.

De pronto, un ruido metálico interrumpió sus pensamientos. La puerta por la que habían entrado se cerró de golpe, sellándolos en la habitación. Kai y Ethan reaccionaron al instante, buscando una salida, pero era inútil.

—Es una trampa... —murmuró Kai con frustración.

Las luces en la sala comenzaron a titilar, y una voz robótica resonó desde los altavoces en las paredes.

—Bienvenidos a la fase final. Han sido observados desde el principio. No hay escapatoria.

Todos se tensaron al escuchar esas palabras. Era como si el mismo edificio se hubiera convertido en una cárcel para ellos.

—Tenemos que salir de aquí —dijo Anais, su mano ya lista en la empuñadura de su arma.

Pero antes de que pudieran moverse, un holograma apareció en el centro de la sala. Una figura enmascarada, con una capa oscura, los observaba desde una posición elevada. Sus ojos rojos brillaban con malevolencia.

—Han llegado lejos, más de lo que esperaba. Pero aquí es donde su historia termina.

Ethan sintió que su corazón latía con fuerza. Esto era lo que temía, una confrontación directa con el líder de la Red Umbra.

—¿Quién eres? —preguntó Hiroshi, su voz firme, sin mostrar miedo.

La figura inclinó ligeramente la cabeza, como si considerara la pregunta antes de responder.

—Soy la sombra detrás de la Red Umbra, pero mi identidad no importa. Lo que importa es que su interferencia ha llegado demasiado lejos. Están en el ojo del huracán, y nadie sobrevive a eso.

Kai dio un paso al frente, con los ojos entrecerrados.

—Si crees que nos vamos a rendir, estás muy equivocado.

La figura dejó escapar una risa fría, un sonido que reverberó en la sala.

—Rendirse no es una opción, lo sé. Por eso, les daré una última oportunidad. Únanse a mí... o enfrenten el mismo destino que todos los que han desafiado a la Red Umbra.

Ethan apretó los dientes. Había llegado el momento de tomar una decisión que podría cambiar el curso de todo.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora