La noche avanzaba lenta, envolviendo el apartamento en una oscuridad pesada que parecía calar en lo más profundo de sus pensamientos. Ethan no podía dormir, aunque Kai estuviera allí, su presencia cálida a su lado. Sus ojos miraban al techo, intentando ignorar el peso que sentía en el pecho, pero los recuerdos de Aaron persistían, como fantasmas del pasado, reclamando un espacio que él no quería concederles.
Kai se movió ligeramente a su lado, entre sueños, inconsciente del torbellino de emociones que sacudía a Ethan. Pero, aunque estuviera dormido, Ethan sabía que no estaba solo. Por eso, en parte, había logrado mantenerse firme hasta ese momento. Kai era su ancla, su salvación, aunque no podía evitar sentir que esa oscuridad que habitaba en él podría arrastrarlos a ambos si no encontraba la manera de contenerla.
El teléfono de Ethan vibró de nuevo sobre la mesita de noche. Lo tomó con el corazón latiendo a toda velocidad, esperando lo peor. Sin embargo, cuando desbloqueó la pantalla, no era Aaron.
"Detective Harrison: Nos vemos mañana a las 9 am. Cuidado, Ethan. Las cosas podrían complicarse."
Ethan soltó el aire que no se había dado cuenta que estaba conteniendo. El mensaje no era tranquilizador, pero al menos no era Aaron jugando con sus miedos. Guardó el teléfono de vuelta en la mesa y, con la mente aún llena de preocupaciones, decidió levantarse. No había forma de que pudiera dormir esa noche.
En silencio, se deslizó fuera de la cama, asegurándose de no despertar a Kai. Se dirigió hacia la cocina y llenó un vaso de agua. Cada sorbo era una tregua momentánea al caos que inundaba su mente. Pero al dejar el vaso vacío en la encimera, algo llamó su atención.
La ventana que daba a la calle estaba entreabierta. Recordaba haberla cerrado antes de acostarse, y un escalofrío recorrió su columna vertebral. Avanzó lentamente hacia la ventana, su respiración acelerándose. Desde allí, la calle estaba en silencio, iluminada solo por las farolas que proyectaban sombras largas y distorsionadas.
Ethan cerró la ventana de golpe y tiró las cortinas, sintiendo que alguien lo observaba. Su paranoia estaba creciendo, pero después del mensaje de Aaron, ya no sabía qué era real y qué era producto de su mente. Sentía que cada rincón del apartamento estaba impregnado de la presencia de su antiguo amante, como si Aaron pudiera materializarse en cualquier momento.
—¿Qué estás haciendo aquí solo? —la voz suave de Kai lo sacó de sus pensamientos.
Ethan se giró para verlo de pie en el umbral de la cocina, su cabello revuelto y los ojos somnolientos, pero llenos de preocupación.
—No podía dormir —respondió Ethan con un suspiro, pasándose una mano por el cabello—. Todo esto... me está superando.
Kai avanzó hacia él, con esa calma que siempre lograba centrarlo.
—Lo sé —dijo Kai, colocando una mano en el rostro de Ethan—. Pero no tienes que enfrentarlo solo. Estoy aquí, siempre.
Ethan cerró los ojos por un momento, dejando que el contacto de Kai lo reconfortara. Había algo en la manera en que Kai lo miraba, como si pudiera verlo más allá de sus cicatrices, más allá de su miedo. Y esa conexión que compartían, aunque frágil en ese momento, era su única esperanza de salir de todo esto entero.
—Gracias, Kai —murmuró Ethan, abriendo los ojos y encontrándose con la mirada tierna de su pareja.
Kai esbozó una pequeña sonrisa antes de inclinarse para darle un beso suave. Era un gesto simple, pero lleno de promesas no dichas. Ethan se aferró a ese beso, sabiendo que, en medio de todo el caos, era lo único que lo mantenía anclado a la realidad.
Cuando sus labios se separaron, Ethan sintió que algo dentro de él se calmaba, aunque fuera momentáneamente.
—Vuelve a la cama —le susurró Kai—. Yo me encargaré de revisar las puertas y ventanas. Nada va a pasarte mientras yo esté aquí.
Ethan dudó por un segundo, pero asintió. Sabía que necesitaba descansar, aunque fuera solo un par de horas antes de la reunión con el detective. Y confiaba en Kai. Siempre había confiado en él.
De regreso en la cama, Ethan cerró los ojos, pero los recuerdos de Aaron seguían acechando en los rincones más oscuros de su mente. Recordó la primera vez que lo vio, la manera en que Aaron lo había deslumbrado con su carisma y su intensidad. Todo parecía perfecto al principio, una atracción tan fuerte que lo había cegado ante los peligros que acechaban detrás de esos ojos oscuros.
Ethan se recordó a sí mismo que ya no era aquella persona vulnerable. Que tenía a Kai a su lado, que había crecido, cambiado. Pero, ¿era suficiente? ¿Podría realmente enfrentar a Aaron y salir ileso esta vez?
El eco de los pasos de Kai recorrió el apartamento, y finalmente, el sonido de la puerta de la habitación cerrándose suavemente le indicó que todo estaba seguro. Ethan trató de relajarse, sabiendo que, al menos por esa noche, estaba a salvo.
Sin embargo, a medida que su mente comenzaba a ceder al cansancio, una imagen apareció, más clara que nunca. El rostro de Aaron, sonriendo, una sonrisa fría y calculadora. Sabía que la próxima vez que lo viera, no sería en sus sueños.
La guerra que tanto temía se acercaba, y Ethan tendría que enfrentarse no solo a Aaron, sino a la parte de sí mismo que aún se aferraba al pasado.
Y esa, quizás, sería la batalla más difícil de todas.
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Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]
Teen FictionPRIMERA HISTORIA 🌟 Broken Minds, Healing Hearts🌟 En un mundo donde las heridas invisibles a menudo duelen más que las visibles, se cuenta la historia de jóvenes que navegan por la complejidad de sus emociones y desafíos internos. "Broken Minds, He...