Capítulo 47

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Ethan sintió su respiración acelerarse mientras se alejaba del parque, sus pasos resonando en la acera vacía como un eco de las palabras que acababa de decir. Cada paso lo llevaba más lejos de Dylan, pero también lo acercaba a un abismo emocional que no sabía si podría manejar. Había pasado tanto tiempo bajo la sombra de aquel hombre, bajo la manipulación y el control, que romper ese vínculo se sentía liberador y, a la vez, aterrador.

Al doblar la esquina, vio a Kai esperando cerca de un poste de luz. El rostro de Kai estaba sereno, aunque sus ojos delataban una preocupación que no podía ocultar del todo. A pesar del frío, llevaba una chaqueta fina, con las manos metidas en los bolsillos, y cuando sus miradas se encontraron, Ethan sintió un calor inesperado recorrerle el cuerpo.

Kai dio un paso hacia él, pero se detuvo justo antes de que sus manos pudieran tocarse. Era como si estuviera esperando una señal, algún indicio de que Ethan estaba bien, o de que necesitaba espacio.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Kai en voz baja, rompiendo el silencio con una suavidad que Ethan nunca había escuchado en él antes.

Ethan no supo qué responder de inmediato. Sus emociones eran una mezcla confusa de alivio, miedo, euforia y tristeza. Todo lo que había pasado en esos minutos con Dylan le parecía surrealista, como si estuviera viendo su vida desde fuera de su propio cuerpo.

—Libre —murmuró finalmente, sorprendiéndose a sí mismo por la simplicidad y la verdad de esa palabra—. Por primera vez en mucho tiempo, me siento libre.

Kai asintió lentamente, pero la preocupación seguía dibujada en sus ojos. Sabía que las palabras de Ethan eran sinceras, pero también comprendía que, aunque el enfrentamiento con Dylan había terminado, el impacto emocional seguiría allí por mucho tiempo.

—Eso es lo importante —dijo Kai, con una ligera sonrisa que apenas levantó las comisuras de sus labios—. Estoy orgulloso de ti, Ethan.

Ethan sintió cómo un nudo se formaba en su garganta. Las palabras de Kai tenían un peso inesperado. ¿Cuándo fue la última vez que alguien le había dicho que estaba orgulloso de él? Ni siquiera podía recordarlo. Y sin embargo, ahora, esas palabras resonaban dentro de él como una declaración que había estado esperando escuchar desde hacía años.

—Gracias —susurró Ethan, aunque las palabras le parecieron insuficientes para expresar todo lo que sentía en ese momento.

Kai dio un paso más cerca, cerrando la distancia entre ellos. Ahora, sus cuerpos casi se tocaban, y la cercanía hizo que el corazón de Ethan comenzara a latir con fuerza. Sentía el calor de Kai, la energía que siempre había estado ahí, pero que ahora parecía aún más palpable.

—No tienes que agradecerme —respondió Kai, su voz baja y tranquila—. Estoy aquí porque quiero estar aquí. Contigo. Siempre.

Las palabras cayeron suavemente sobre Ethan, como un bálsamo para las heridas que llevaba dentro. Sin embargo, también provocaron algo más profundo. Un temor que había estado escondido bajo la superficie de todo lo que había vivido con Dylan. ¿Y si no era capaz de mantener esta nueva relación? ¿Y si sus cicatrices eran demasiado profundas para permitirle ser feliz?

Kai pareció notar el cambio en la expresión de Ethan, porque levantó una mano y, con delicadeza, la colocó sobre su mejilla. El toque fue tan suave como el roce de una pluma, pero lo suficiente para hacer que Ethan lo mirara directamente a los ojos.

—Ethan —dijo Kai, en un tono serio, pero lleno de calidez—, lo que sea que estés pensando ahora mismo, quiero que sepas que no tienes que enfrentarlo solo. Yo estaré aquí, en cada paso. No importa lo que venga. Lo superaremos juntos.

Ethan sintió que las lágrimas se acumulaban en sus ojos, pero se negó a dejarlas caer. Había pasado demasiado tiempo siendo vulnerable frente a las personas equivocadas, y ahora, ante la persona correcta, temía mostrar ese lado de sí mismo.

—No sé si puedo hacer esto —murmuró, con la voz apenas audible—. No sé si estoy listo para... para sentirme así, para dejarte entrar.

Kai mantuvo su mano en la mejilla de Ethan, su mirada firme, pero llena de comprensión.

—Nadie dice que tengas que hacerlo todo de una vez —dijo Kai, su voz suave pero firme—. Puedes ir a tu propio ritmo. Solo quiero que sepas que no te presionaré. Estoy aquí cuando estés listo.

Ethan cerró los ojos un momento, dejando que las palabras de Kai lo envolvieran. Era tan diferente a Dylan, a todo lo que había conocido antes. Kai no quería controlarlo, no buscaba dominar su vida. Solo quería estar allí, apoyándolo, acompañándolo. Era una sensación nueva y, a la vez, aterradora.

Cuando abrió los ojos de nuevo, vio a Kai observándolo con una mezcla de ternura y preocupación. Había algo en esa mirada que le dio fuerzas. Tal vez no lo tenía todo resuelto en ese momento, tal vez aún tenía miedos y cicatrices que curar, pero había algo en Kai que le daba esperanza. Una esperanza que no había sentido en mucho tiempo.

—Está bien —dijo Ethan finalmente, su voz un poco más firme—. Quiero intentarlo. Pero necesito tiempo.

Kai sonrió, una sonrisa auténtica y llena de alivio.

—Todo el tiempo que necesites —respondió—. No hay prisa.

Por primera vez en mucho tiempo, Ethan sintió que el futuro no era algo oscuro y aterrador, sino algo lleno de posibilidades. Tal vez, con Kai a su lado, podría aprender a dejar atrás su pasado y construir algo nuevo. Algo real.

Kai le ofreció la mano, un gesto simple pero lleno de significado. Ethan la tomó, sintiendo el calor de Kai contra su piel, y juntos comenzaron a caminar por la calle vacía, alejándose de los fantasmas del pasado y dirigiéndose hacia un futuro incierto, pero lleno de promesas.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora