Kai despertó en medio de la noche, cubierto de sudor frío. Sus pesadillas eran cada vez más vívidas, más intensas, como si Rain estuviera infiltrándose en su mente incluso en los momentos en los que debía sentirse más seguro. Se sentó en la cama, respirando con dificultad mientras sus ojos se adaptaban a la oscuridad del cuarto. A su lado, Ethan dormía profundamente, ajeno a la batalla interna que libraba Kai cada vez que cerraba los ojos.
Kai se levantó con cuidado, evitando hacer ruido para no despertar a Ethan. Necesitaba aire. La opresión en su pecho, esa sensación de que Rain estaba a punto de devorar todo lo que había construido, lo estaba asfixiando.
Caminó hacia el balcón del apartamento, descalzo, sintiendo el frío del suelo contra su piel. Afuera, la ciudad dormía, pero dentro de Kai, la guerra nunca cesaba. Se apoyó en la barandilla, mirando hacia el horizonte con una mezcla de frustración y desesperación. ¿Cuánto más podría aguantar? ¿Cuánto más antes de que Rain tomara el control por completo?
Los pensamientos de Rain resonaban en su mente, como una voz en eco que no podía ignorar. Recordaba cada palabra de la llamada anterior, cada insinuación, cada risa maliciosa. Sabía que Rain no mentía del todo. Parte de él todavía estaba atrapada en esa oscuridad, en esos deseos que lo atormentaban, pero no podía permitir que se apoderara de todo lo que había logrado.
—No tienes que pelear solo, ¿sabes?
Kai se sobresaltó al escuchar la voz suave de Ethan detrás de él. Se giró lentamente, encontrando a su compañero de pie en la puerta del balcón, con el cabello alborotado y una expresión de preocupación en su rostro. Ethan siempre parecía saber cuándo Kai necesitaba compañía, incluso cuando él mismo no se daba cuenta.
—Lo siento, no quería despertarte —murmuró Kai, volviendo la vista hacia el horizonte.
Ethan caminó hacia él, deteniéndose a su lado. Durante unos segundos, ambos permanecieron en silencio, contemplando la ciudad iluminada bajo la luz tenue de la luna.
—No me despertaste —respondió Ethan, colocando una mano en el hombro de Kai—. Me di cuenta de que no estabas en la cama y quise asegurarme de que estuvieras bien.
Kai suspiró, dejándose llevar por el contacto reconfortante de Ethan. Durante unos momentos, las palabras de Rain se desvanecieron, y solo quedaba esa sensación de seguridad que Ethan siempre le ofrecía. Pero la paz era efímera, y la oscuridad no tardaba en volver a invadir su mente.
—No sé si puedo seguir así, Ethan —admitió Kai, su voz apenas un susurro—. A veces siento que Rain está ganando. Que poco a poco está tomando más de mí, y no sé cómo detenerlo.
Ethan lo miró, con esa intensidad que siempre había caracterizado su relación. Desde el primer momento, Ethan había sido su ancla, la persona que lo mantenía firme cuando todo a su alrededor se desmoronaba. Pero Kai sabía que no podía depender siempre de él. Tenía que encontrar una forma de luchar por sí mismo.
—No tienes que tener todas las respuestas ahora —le dijo Ethan, su voz calmada y llena de cariño—. Lo importante es que no te rindas. Yo estoy aquí para ti, siempre. Y no voy a dejar que Rain te destruya.
Kai cerró los ojos, permitiendo que las palabras de Ethan lo calmaran. Era reconfortante saber que no estaba solo en esto, que tenía a alguien a su lado que estaba dispuesto a pelear con él, sin importar lo difícil que fuera. Pero, al mismo tiempo, sentía que esta batalla era algo que solo él podía ganar. Después de todo, Rain era una parte de él, una parte que no desaparecería solo con la fuerza de voluntad.
—Ethan... —Kai lo miró, sus ojos llenos de emociones encontradas—. Quiero que me prometas algo.
Ethan lo observó con atención, preocupado por el tono serio de Kai.
—Lo que sea —respondió, dispuesto a hacer lo que fuera necesario.
—Si... si Rain toma el control por completo, si alguna vez llego a convertirme en él... quiero que te vayas. Quiero que me dejes antes de que él te haga daño.
Ethan frunció el ceño, sus ojos reflejando una mezcla de dolor y determinación.
—No, Kai. No te voy a dejar. No importa lo que pase, no me iré. Estás pidiendo algo que no puedo hacer.
Kai negó con la cabeza, alejándose unos pasos de Ethan. Sabía que pedir eso era cruel, pero también sabía que era necesario. No podía soportar la idea de que Ethan sufriera por su culpa, de que Rain lo lastimara.
—No entiendes, Ethan. Rain es peligroso. Puede hacer cosas... puede hacerme hacer cosas que no quiero. Si alguna vez llegamos a ese punto, quiero que te alejes. No puedo arriesgarme a que te haga daño.
Ethan se acercó de nuevo, tomando el rostro de Kai entre sus manos y obligándolo a mirarlo a los ojos.
—No me importa cuán peligroso sea. No me importa lo que pueda pasar. No voy a abandonarte. Hemos llegado demasiado lejos para que me pidas que me vaya ahora. Si Rain aparece, lo enfrentaremos juntos. Y si las cosas se complican... encontraremos una solución. Pero no me pidas que te deje, porque no lo haré.
Kai sintió cómo las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos. Era la primera vez en mucho tiempo que se permitía llorar frente a Ethan. Estaba agotado, mental y emocionalmente, y la presión de mantener todo bajo control lo estaba destrozando.
—No quiero perderte —murmuró, las lágrimas deslizándose por sus mejillas.
Ethan lo abrazó con fuerza, envolviéndolo en sus brazos como si quisiera protegerlo de todo lo que estaba mal en el mundo.
—No vas a perderme —susurró Ethan contra su cabello—. No importa lo que pase, siempre estaré aquí.
Se quedaron así durante lo que parecieron horas, abrazados bajo la luz de la luna. Kai sabía que la batalla no estaba ganada, que Rain seguía ahí, acechando en las sombras de su mente. Pero por primera vez en mucho tiempo, se permitió creer que, tal vez, con Ethan a su lado, tenía una oportunidad de ganar.
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Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]
Novela JuvenilPRIMERA HISTORIA 🌟 Broken Minds, Healing Hearts🌟 En un mundo donde las heridas invisibles a menudo duelen más que las visibles, se cuenta la historia de jóvenes que navegan por la complejidad de sus emociones y desafíos internos. "Broken Minds, He...