Capítulo 82

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El sol comenzaba a ocultarse cuando Ethan, Lucy y Kai llegaron al lugar acordado. La tensión era palpable, y el silencio solo era roto por el crujido de la grava bajo sus pies. Mientras caminaban hacia el edificio que Shaw había indicado, cada paso resonaba con el peso de lo que estaba por suceder. Sabían que esta noche podría cambiarlo todo, pero el peligro de traiciones y fallos se cernía sobre ellos.

La misión era clara: infiltrarse en el edificio que controlaba la mayoría de las operaciones clandestinas de Aaron. Sin embargo, Ethan no podía sacudirse la sensación de que algo estaba mal. Shaw siempre había sido astuto, demasiado confiado en su capacidad para manipular las situaciones a su favor. La pregunta era: ¿estaban siendo manipulados ahora?

—Recuerden, este es el punto de no retorno —murmuró Ethan mientras se detenía frente a una puerta trasera metálica—. Una vez dentro, no habrá segundas oportunidades.

Lucy, con una mirada decidida pero llena de tensión, asintió y ajustó su mochila. Kai permanecía en silencio, aunque su rostro mostraba una mezcla de preocupación y determinación. Con un leve gesto, Ethan les indicó que era hora de entrar.

Lucy se arrodilló rápidamente frente a la cerradura, sacando su equipo de infiltración con manos expertas. En cuestión de segundos, la puerta cedió con un suave "clic", permitiéndoles el acceso. Entraron en la penumbra del edificio, avanzando entre sombras y pasillos vacíos. El lugar parecía desierto, como si alguien hubiera previsto su llegada y despejado el área.

—Esto no me gusta nada —susurró Kai, observando las cámaras que parecían apagadas—. Es como si estuvieran esperándonos.

Ethan frunció el ceño pero no respondió. Sabía que algo no encajaba, pero ahora no podían retroceder. Siguieron avanzando hasta llegar a la sala de servidores, donde debían descargar la información crucial sobre los movimientos de Aaron. Lucy se puso a trabajar en la terminal, mientras Ethan y Kai vigilaban la puerta.

—¿Cuánto tiempo necesitas? —preguntó Ethan, su voz baja pero tensa.

—Cinco minutos, no más —respondió Lucy, concentrada en la pantalla—. Esto está más protegido de lo que pensaba, pero puedo hacerlo.

El tiempo se estiraba, cada segundo cargado de ansiedad. Ethan revisaba su reloj, sintiendo que algo estaba a punto de suceder. Finalmente, cuando Lucy descargó los últimos archivos, un leve ruido en el pasillo les puso alerta. No estaban solos.

—Vienen —murmuró Kai, sacando su arma con rapidez.

Ethan asintió y le hizo un gesto a Lucy para que terminara rápidamente. En cuestión de segundos, un grupo de hombres armados apareció en el umbral de la puerta, bloqueándoles la salida. Shaw les había tendido una trampa.

—Así que pensaron que podían entrar y salir sin problemas —dijo uno de los hombres, con una sonrisa sarcástica—. Shaw les envía saludos.

Ethan apretó los dientes, su mente trabajando rápidamente en cómo salir de esa situación. Estaban rodeados, con pocos recursos y ninguna posibilidad de retroceder.

—¿Qué quieren? —preguntó Ethan, intentando ganar tiempo.

El líder del grupo se rió suavemente, mirando a los tres con desprecio.

—Aaron no tolera traidores, y Shaw tampoco. Esto es solo un mensaje. Alguien tenía que caer, y parece que les ha tocado a ustedes.

La tensión aumentaba, pero en ese momento, Lucy terminó de descargar los archivos y desconectó el equipo.

—Tenemos lo que necesitamos —murmuró ella, sosteniendo el disco duro con firmeza—. Ahora debemos salir de aquí.

Ethan sabía que solo había una forma de salir con vida: luchar. Con un rápido movimiento, se lanzó hacia el hombre más cercano, derribándolo antes de que pudiera reaccionar. Kai y Lucy siguieron su ejemplo, enfrentándose a los guardias en un intenso combate cuerpo a cuerpo.

Los disparos resonaron en el pasillo mientras intentaban abrirse paso. Era una lucha desesperada, pero Ethan y su equipo estaban bien entrenados. Uno a uno, los hombres de Aaron caían, pero la situación era cada vez más peligrosa. La salida parecía lejana, y las balas no cesaban.

—¡Vamos! —gritó Ethan, cubriendo a Lucy y Kai mientras se dirigían hacia la puerta trasera.

Finalmente, lograron salir del edificio, jadeando y cubiertos de sudor. La noche fría los recibió con un silencio inquietante, pero estaban vivos. La misión había sido un éxito, aunque a un costo demasiado alto. Shaw los había traicionado, y ahora sabían que no podrían confiar en nadie más.

Ethan miró a Lucy y Kai, sus rostros reflejaban el agotamiento y la confusión.

—Esto fue solo el comienzo —dijo Ethan, su voz grave—. Shaw nos quiere fuera del juego, pero ahora estamos más cerca de Aaron que nunca.

Lucy asintió, aunque su mirada mostraba dudas.

—¿Y qué hacemos ahora? —preguntó ella, limpiándose la sangre de la mejilla.

Ethan tomó una respiración profunda, mirando la oscuridad que los rodeaba.

—Ahora, contraatacamos. Shaw pensó que nos eliminaría esta noche, pero no sabe con quién está jugando.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora