Capítulo 27

9 3 0
                                    

Ethan se encontraba sentado en la cafetería cerca de su oficina, donde siempre solía ir cuando necesitaba pensar. El vapor de su taza de café caliente ascendía lentamente, pero su mente estaba a miles de kilómetros de allí. A pesar de todo lo que había ocurrido entre él y Kai, el mundo no había dejado de girar, y ambos aún tenían que enfrentar sus responsabilidades. Pero algo dentro de él había cambiado radicalmente desde su última conversación con Kai.

La confesión de Kai, esa apertura tan inesperada y honesta, había puesto muchas cosas en perspectiva. Y mientras Ethan revolvía su café, su teléfono comenzó a vibrar con insistencia en la mesa. Lo ignoró al principio, pensando que solo sería algún mensaje del trabajo, pero el insistente zumbido continuó. Finalmente, tomó el teléfono y vio el nombre en la pantalla: Mia, su hermana menor.

—¿Qué pasa, Mia? —dijo, al contestar, intentando sonar relajado.

—Ethan, ¿dónde estás? He estado tratando de encontrarte desde ayer. —La preocupación en la voz de su hermana fue evidente desde el principio, y eso lo hizo fruncir el ceño.

—Estoy bien, solo necesitaba tiempo para pensar. ¿Por qué? ¿Qué pasó? —preguntó, apoyándose contra la silla, preocupado por el tono que usaba Mia.

—Es papá. Ha estado preguntando por ti, y no sé cuánto tiempo más podré seguir cubriéndote. —Mia hizo una pausa, como si estuviera debatiendo si debía decir algo más—. Además, hay algo más que necesitas saber... —Su voz bajó, y Ethan supo al instante que no era una llamada casual.

—¿Qué está pasando, Mia? —demandó con más firmeza—. Dímelo.

—Parece que papá está haciendo planes para retirarse, y está considerando que tomes el control de la empresa familiar. —Las palabras de su hermana cayeron como una bomba, dejándolo sin aliento por un momento.

—¿Qué? No... eso no puede ser, él nunca mencionó nada. —Ethan se quedó mirando su café, ahora frío, mientras las palabras de su hermana se hundían en su mente—. ¿Por qué ahora? ¿Por qué de repente?

—No lo sé, pero dijo que necesita un sucesor, y obviamente eres el primero en la lista. —Mia suspiró—. Sabes cómo es papá; siempre está un paso adelante de todos.

El estómago de Ethan se revolvió al pensar en lo que eso significaba. No solo estaba lidiando con sus sentimientos por Kai, sino que ahora también se enfrentaba a la posibilidad de asumir la enorme responsabilidad de la empresa familiar. Era lo último que quería en ese momento, pero sabía que no podía evitarlo para siempre.

—Voy a hablar con él, Mia. No puedo seguir huyendo. —Su voz era tensa, pero determinante.

—Por favor, hazlo pronto. —La preocupación de su hermana se suavizó un poco al escuchar su decisión—. No quiero que las cosas empeoren entre ustedes dos.

Ethan asintió, aunque sabía que Mia no podía verlo. Después de colgar, se quedó mirando la pantalla de su teléfono, contemplando qué hacer a continuación. ¿Cómo podía enfrentarse a su padre ahora, justo cuando todo parecía estar cambiando tan rápido en su vida personal?

Decidido a no dejar que las cosas se desmoronaran, Ethan se levantó, dejando el café a medio terminar. Tenía que ir a casa. Hablar con su padre no era algo que pudiera postergar más.

Mientras tanto, en el otro lado de la ciudad, Kai estaba sentado en la sala de espera de su terapeuta. Aunque había mejorado significativamente desde que comenzó las sesiones, sabía que aún quedaba mucho por sanar. Su relación con Ethan había traído una luz a su vida que no había esperado, pero eso no significaba que sus problemas desaparecieran de la noche a la mañana.

El terapeuta lo llamó, y Kai entró a la oficina con un leve asentimiento de cabeza. Se sentó en el sillón frente al escritorio, sintiendo el peso de lo que debía decir hoy. La última sesión había dejado algunas cosas sin resolver, y no podía seguir evitando el tema más importante: su miedo a perder a Ethan.

—Kai, ¿cómo te has sentido desde nuestra última sesión? —preguntó el terapeuta, ajustándose las gafas mientras revisaba algunas notas.

Kai respiró hondo, apoyando los codos en sus rodillas mientras se inclinaba hacia adelante.

—Confuso —admitió—. Ethan y yo... nos hemos acercado mucho. Es algo que no había esperado, y aunque me hace sentir bien, también me asusta.

El terapeuta lo miró atentamente, dándole espacio para continuar.

—Tengo miedo de que, si me abro demasiado, él vea todas las cosas rotas dentro de mí y decida que no vale la pena quedarse. —Kai bajó la mirada, jugando nerviosamente con sus manos—. Sé que Ethan no es así, pero este miedo... no puedo evitarlo.

El terapeuta asintió con comprensión.

—Es normal tener miedo, especialmente después de todo lo que has pasado. Las heridas emocionales tardan en sanar, y la vulnerabilidad es algo que puede sentirse como una amenaza. Pero también es una parte crucial de cualquier relación profunda y significativa.

—Lo sé —murmuró Kai, apretando los puños—. Solo... no quiero perderlo. No quiero que piense que soy una carga.

El terapeuta lo observó por un momento antes de hablar.

—Lo que veo aquí es que tienes miedo de ser abandonado, de que tus inseguridades lo alejen. Pero recuerda, Kai, una relación no es solo sobre estar juntos en los buenos momentos. Es sobre apoyar y ser apoyado en los momentos difíciles también. Has mencionado muchas veces cómo Ethan ha sido una fuente de apoyo para ti. ¿Le has dado la oportunidad de demostrar que puede estar ahí para ti incluso cuando sientes que no eres "perfecto"?

Kai se quedó en silencio, considerando esas palabras. Sabía que el terapeuta tenía razón, pero dar ese paso aún le parecía aterrador. Sin embargo, si quería que su relación con Ethan funcionara, tendría que confiar en él, incluso con las partes más oscuras de sí mismo.

Ethan llegó a la mansión familiar justo cuando el sol comenzaba a ponerse. Se detuvo un momento en la entrada, tomando una profunda respiración antes de tocar el timbre. No importaba cuántos años pasaran, siempre sentía que regresaba a ser un adolescente cuando cruzaba esas puertas.

Unos minutos después, su padre apareció en la sala principal, con su presencia imponente como siempre.

—Ethan —saludó su padre con un tono serio, pero no carente de afecto—. Supongo que ya sabes por qué te llamé.

Ethan asintió, preparándose mentalmente para lo que venía.

—Papá, tenemos que hablar. No puedo asumir el control de la empresa ahora. No es lo que quiero, y no creo que esté preparado para ello.

Su padre lo miró en silencio durante un largo momento, como si estuviera evaluando cada palabra antes de responder.

—Sabía que dirías algo así. Pero no podemos postergar esto para siempre, Ethan. La empresa es tu legado, y es hora de que lo aceptes.

Ethan sintió la presión de las expectativas, pero también algo más dentro de él, algo que se estaba rebelando. Sabía que tenía que tomar una decisión pronto, y esa decisión no solo afectaría su futuro profesional, sino también su relación con Kai.

Mientras se quedaba frente a su padre, las palabras de Mia resonaron en su mente: "No puedes seguir huyendo."

Tal vez tenía razón. Tal vez ya era hora de dejar de correr, tanto de su familia como de sus propios sentimientos.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora