Capítulo 28

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Ethan salió de la reunión con su padre sintiendo una mezcla de agotamiento y confusión. Las palabras de su padre, cargadas de expectativa, resonaban en su mente como un eco persistente. El legado familiar, el peso de la empresa... Todo eso siempre había estado ahí, latente, esperando a que él asumiera el control. Pero en lo más profundo de su ser, sabía que eso no era lo que quería.

A medida que caminaba hacia su auto, sacó su teléfono del bolsillo, sintiendo el impulso de hablar con alguien. Abrió el chat con Kai y comenzó a escribir, pero luego se detuvo. ¿Cómo podía poner en palabras todo lo que estaba pasando? Kai ya tenía suficientes problemas y no quería cargarlo con los suyos.

En lugar de enviar el mensaje, cerró la conversación y subió al auto. Mientras manejaba por las calles de la ciudad, las luces de los edificios parpadeaban a su alrededor, pero su mente estaba lejos. Había algo en el aire esa noche, una especie de tensión que no podía sacudir. Decidió conducir sin rumbo, simplemente para despejar la mente. Lo que no esperaba era terminar en el lugar donde todo había comenzado.

El apartamento de Kai.

Aparcó frente al edificio sin saber exactamente por qué había ido allí. Algo dentro de él le decía que necesitaba estar con Kai en ese momento. Salió del auto y subió los escalones rápidamente, casi como si temiera que, si dudaba demasiado, se arrepentiría.

Golpeó la puerta suavemente, esperando una respuesta. Cuando Kai finalmente abrió, se quedó de pie en el umbral, sorprendido de ver a Ethan allí, pero no molesto.

—Ethan... —dijo Kai, su tono lleno de curiosidad y algo de preocupación—. ¿Qué haces aquí?

Ethan lo miró, sin palabras al principio. Luego, con una voz tranquila pero cargada de emociones, respondió:

—Necesito hablar contigo.

Kai lo invitó a pasar, notando la tensión en los hombros de Ethan. Cerró la puerta detrás de él y lo condujo al sofá. El silencio llenaba el aire mientras ambos se sentaban, y Kai esperó pacientemente a que Ethan encontrara las palabras.

—Mi padre quiere que tome el control de la empresa familiar —comenzó Ethan, frotándose las sienes con cansancio—. Ha estado planeando todo esto sin decirme nada, y ahora se supone que debo aceptar, como si fuera lo que siempre he querido.

Kai lo observaba atentamente, sin interrumpirlo. Sabía que para Ethan, hablar de su familia no era fácil, y el hecho de que lo hiciera significaba que estaba lidiando con algo serio.

—Siento que no tengo opción. —Ethan se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en sus rodillas—. Pero... hay algo dentro de mí que me dice que esto no es lo que quiero. Que si hago esto, estaré renunciando a todo lo demás, a lo que realmente importa.

Kai se mordió el labio, intentando descifrar las emociones que pasaban por el rostro de Ethan. Finalmente, decidió que era hora de decir algo que había estado guardando.

—Ethan, no tienes que tomar esa decisión solo porque es lo que tu padre espera de ti. —Su voz era suave, pero firme—. Tienes derecho a elegir lo que realmente quieres en la vida. No tienes que vivir para complacer a los demás.

Ethan levantó la mirada, sorprendido por la claridad y la simplicidad de las palabras de Kai. Era como si hubiera estado esperando escuchar exactamente eso, pero no lo supiera hasta ese momento.

—Pero, ¿y si lo que quiero es... esto? —Ethan hizo un gesto hacia Kai, sus ojos llenos de incertidumbre y algo más profundo—. Tú. Nosotros.

Kai se quedó en silencio por un momento, procesando lo que Ethan acababa de decir. Su corazón comenzó a latir con fuerza, pero intentó mantener la calma.

—¿Nosotros? —repitió lentamente, buscando una confirmación.

Ethan asintió, su mirada fija en la de Kai, llena de honestidad.

—No sé lo que está pasando exactamente entre nosotros —admitió Ethan, inclinándose hacia él—, pero sé que no quiero perderlo. No quiero perderte.

Kai sintió cómo su respiración se aceleraba. El miedo, el deseo, la confusión... todo se mezclaba dentro de él. Pero había algo en las palabras de Ethan, algo en su voz que resonaba profundamente en su interior. Por primera vez en mucho tiempo, Kai sintió que tal vez había encontrado a alguien que lo comprendía, alguien que estaba dispuesto a quedarse, a pesar de todo.

—Yo también quiero esto —dijo finalmente, su voz temblorosa, pero decidida—. Pero... también me asusta. Me asusta dejarte entrar y que luego te vayas.

Ethan se acercó un poco más, hasta que sus rodillas casi se tocaban. Levantó una mano y la colocó suavemente en la mejilla de Kai, obligándolo a mirarlo a los ojos.

—No me voy a ir a ninguna parte —prometió en un susurro—. No si tú no quieres que lo haga.

Kai cerró los ojos por un momento, permitiendo que esas palabras se filtraran en su corazón. Cuando los abrió de nuevo, vio la sinceridad en los ojos de Ethan, y algo dentro de él se quebró. Lentamente, se inclinó hacia adelante, sus labios rozando los de Ethan en un beso suave y lleno de emociones contenidas. Era un beso tímido al principio, como si ambos estuvieran probando las aguas, pero luego se volvió más intenso, más desesperado, como si ambos supieran que esto era algo que habían estado esperando durante mucho tiempo.

Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad, sus corazones latiendo al unísono.

—No tienes que decidir nada esta noche —dijo Kai en un susurro—. Pero quiero que sepas que, pase lo que pase, estoy aquí.

Ethan lo miró con gratitud, y por primera vez en semanas, sintió que tal vez, solo tal vez, todo iba a estar bien.

Se quedaron así, juntos en el silencio, sabiendo que, aunque aún había mucho por resolver, habían dado un paso importante hacia algo real, algo que ninguno de los dos estaba dispuesto a dejar escapar.

Broken Minds, Healing Hearts #1 [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora