"Capitulo 4"

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Me dispuse a salir de mi habitación, pero me detuve en el umbral de la puerta. Gire y me quede viendo la piedra que brillaba en la oscuridad, era algo extraño, como una fuerza que ocasionaba curiosidad en mí, fruncí el ceño y di algunos pasos.

— No, Isabella, no, nada de eso puede ser verdad — me acerque a la cama y tome la piedra.

Enseguida pensé, que si esta piedra cumplía deseos, entonces ¿Por qué no pedirle que acabe mi tarea de una buena vez? Nah, de todas formas me volverían a dejar y la anciana si no mal recuerdo me había dicho que solo funcionaba una vez.

— ¿Que estoy haciendo? Esto no es real — dije.

No sé si era mi imaginación o el "tic tack" del reloj se estaba haciendo cada vez más fuerte, lo mire y los números fosforescentes marcaban las 11:58 de la noche, ¿En serio habían pasado tantas horas ya desde que me senté a hacer la tarea?

Me quede observando mi habitación a oscuras, la oscuridad era densa y un escalofrió recorría mi columna vertebral.

— Veamos ¿qué podemos pedir? para, ver si funcionas — hable como si la piedra podría escucharme

Tiene que ser algo extraordinario para ver si cumplía los deseos, aunque lo dudo mucho, los deseos no existen, seguro la señora divagaba y por eso dijo eso. Dudo mucho la existencia de una piedra mágica.

Pero como dicen, la curiosidad es lo baste fuerte como para hacer que hasta el más escéptico hiciera cosas que ni el mismo creyó hacer alguna vez, pasee mi vista por toda mi habitación y la detuve en un objeto en particular, mire la piedra y nuevamente al objeto, esboce una sonrisa.

— Que tal si... — mi celular comenzó a sonar — ¡Diablos! — saque mi celular de mi bolsillo.

Hola — respondí.

Hola hija, siento si te desperté — dijo mi papá del otro lado de la línea.

Oh no te preocupes papá, no estaba dormida, hacia tarea.

Muy bien, solo te llamaba para preguntarte si, ¿vas a venir de fin de semana?

Si, mañana estaré por allá.

Perfecto mandare a Kevin, tiene que estar ahí 8:30 de la mañana

Asombroso.

— Bien ya no te interrumpo, y ya descansa, luego le sigues a la tarea.

Ok de hecho ya me falta muy poca.

Bueno entonces no pierdas más tiempo.

Si, te quiero papa.

Yo igual hija.

Colgué.

Guarde mi celular mi bolsillo, y mire la piedra.

— Bien sigamos contigo — dije burlona.

Volví a mirar a ese pedazo de papel, ¿Sera buena idea? Lo intentare, apuesto a que ni se cumple.

— ¡Deseo que mi póster de Jos Canela cobre vida! — Cerré mis ojos con fuerza y espere que algo pasará, al ver que no sucedía nada, ni siquiera una brisita de la rosa de Guadalupe abrí los ojos, todo seguía normal dirigí la vista al póster y seguía siendo papel. — Lo sabía, esto es una farsa — lance la piedra a mi cama y me fui de mi habitación cerrando la puerta tras de mí.

Tenía un poco de sed así que fui a la cocina y me serví un vaso de agua, me lo bebí todo de un trago y deje el vaso en el fregadero.

Me dirigí a mi computadora, iba a comenzar a teclear cuando un temblor sacudió todo mi departamento.

— ¡Hay no! — dije alarmada y me levante rápidamente del asiento donde estaba.

Corrí a la salida de mi departamento y el pasillo estaba normal, nada se movía, todo estaba en calma, mi respiración estaba agitada y sentía que mi corazón se saldría de mi pecho. Toque la puerta de Adela, dos minutos después ella abrió con cara adormilada.

— ¿Que sucede, Isa? — me pregunto bostezando.

— ¿Sentiste el temblor? Fue muy fuerte — dije asustada, mientras llevab mis manos a mi pecho.

— ¿De qué hablas? No hubo ningún temblor — fruncí el ceño — si lo hubiera sonarían las alarmas.

— ¿Qué? — dije sin poder creerlo, ¿Cómo? ¿Ella no lo sintió? — Pero... Adela te lo juro yo lo sentí — o acaso... ¿me lo imagine?

— Deberías dormir, seguro es por el cansancio — me dijo.

— Si, supongo que tienes razón... buenas noches — no podría creerlo que que acababa de ocurrir, estaba muy confundida.

— Buenas noches, Isa — me dijo y cerró la puerta.

Entre a mi departamento, lo observe detenidamente, todo estaba en calma ¿Pero qué? No puedo creer que solo me lo haya imaginado.

Tal vez Adela tenía razón y era el cansancio pospondría la tarea además ya solo es hacer un resumen eso lo podría hacer mañana mientras viajaba a la ciudad de México.

Apague las luces y fui a mi habitación, mire el póster y seguía intacto.

Me acosté bajo las sabanas, pero había recordado que la piedra la había dejado sobre mi cama y ya no estaba. Seguro se cayó, la buscaría por la mañana

Me puse mi pijama y me acosté a dormir, no sin antes poner mi alarma a las 7:00 de la mañana.

Mi Póster Cobró Vida |Jos Canela| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora