"Capitulo 15"

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Jos dejo aun lado la invitación, fruncio el ceño y me miro.

— ¿Por que no te llevas bien con tu prima y tu tía? Claro, si se puede saber — pregunto tímido.

Tal vez se le hacia raro que no me llevará bien con mi propia familia, y creo que eso es algo muy importante, se supone que ante todo siempre debes estar bien con tu familia pero ¿que caso tiene llevarse bien con personas que solo quieren verte fracasar? Podrán ser muy mi familia, pero no es correcto que sean así, prefiero estar lejos de ellas, para evitarme problemas y malas vibras.

— Alondra y yo eramos inseparables en nuestra niñez — suspire — pero a pesar de llevarnos "bien" ella siempre buscaba la manera de hacerme sentir mal por cualquier cosa, ya sea por mis juguetes o por que era una nerd en la escuela primaria.

Recordar aquellos acontecimientos no era bonito sentía rencor y odio hacia ellas.

— Recuerdo que ella iba en el mismo instituto que yo y en la misma aula, las niñas que se juntaban conmigo dejaban de hacerlo por que Alondra les decía cosas que supuestamente yo decía de ellas, me odiaban todo por su culpa y luego se hacia la víctima. Mi madre y mi tía se peleaban por nuestra culpa, ya que siempre que había un problema o se perdía algo Alondra me echaba la culpa y mi mamá me defendía a pesar de que mi tía aseguraba que había sido yo — apreté los puños — también cuando me gustaba algún chico Alondra se encargaba de hablarle y hacer que fuera su novio, para hacerme sentir mal. Conforme pasaban los años peor se portaba conmigo, me inventaba chismes, me robo un celular, y lo peor es que me quitaba a mis mejores amigas. Era muy cruel, hay muchas cosas más pero ni quiero recordarlas.

— No puedo creer que hayan sido tan malas contigo y ¿tu mama? —  me pregunto.

— Ella, murió en un accidente cuando yo tenia 16 Años —  dije triste.

— Lo siento, no tenia idea...— dijo acercándose a mi.

— No, no te preocupes —  dije.

— Disculpame... te juro que...— lo interrumpí.

— Esta bien, Jos, enserio, no te preocupes. Cuando murió mi madre me fui de aquí, puesto que solía vivir aquí en puebla con mi mama, me mude a la Ciudad de México con mi padre y dos años después regrese aquí para estudiar. Fue bueno alejarme por un tiempo de mi tía y de mi prima, pero creo que ahora van a estar encima de mi, supongo que me van a inventar de chismes o cosas como siempre, no tengo idea de como supo mi dirección, nunca se la di a nadie.

— Parece que les importa mucho tu vida, por eso saben donde vives — me dijo.

— No lo sé. Pero me preocupa, ¿sabes?, si te llega a ver alguna de ellas y se dan cuenta que eres Jos Canela, no se que cosas sean capaces de hacer — solté un suspiro — o que clase de chismes puedan inventar. No quiero meter en problemas por su culpa ni a ti ni a tus amigos.

— No creo que se den cuenta de quien soy, todos saben que estoy en coma. Es imposible que este contigo —  tomo mis manos.

Lo mire y el me sonrió.

— Tienes razón, pero por si las dudas, hay que ser muy discretos.

— Lo seré, te prometo que nunca dejare que me vean.

Solté una pequeña carcajada.

— Confiare en ti.

**

Habían pasado dos días desde la visita de mi tía Alicia, me encontraba con Adela y Poncho en dirección hacia nuestro apartamento.

— Ese profesor, ya se la trae contra mi, o sea me regreso mi articulo — comento mi amiga enojada.

— Seguro no quisiste aflojarle — dijo Alfonso en forma de broma.

— ¡Poncho! — exclamo enojada.

—  Tranquila, solo lo dijo de broma — dije con una sonrisa.

— Si, no te esponjes — comentó Poncho

— Ok, solo por que no quiero discutir.

Llegamos a nuestro edificio y subimos al ascensor.

— Muero de sueño — dije.

— ¿Y eso? ya llevas dos días con sueño — pregunto Poncho.

— No he podido dormir bien.

Maldito Jos todo por la culpa de sus ronquidos.

— ¿Es en serio? Isa, escucho tus ronquidos hasta mi habitación — comentó Adela.

Abrí los ojos como platos.

— ¿Que? no soy yo — dije

— Si eres, ayer estaba haciendo tarea hasta tarde y se comenzaron a escuchar, pensé que era poncho, y salí a decirle que se callara pero al pasar por enfrente de tu apartamento los escuche.

Me puse nerviosa... ¡mierda!

— Amm, pues, si... supongo que entonces si fui yo.

— Entonces no entiendo por que tienes sueño — dijo divertida — se nota que duermes muy bien.

El ascensor se detuvo en nuestro piso y bajamos.

— Bueno chicos... iré a ducharme...— dije y corrí a mi apartamento sin darle otra respuesta.

Pinche Jos, ahora creen que yo ronco.

Abrí la puerta rápidamente y cerré igual de rápido.

— Isabella ¿Eres tu? — pregunto desde su habitación.

— Si, descuida — dije botando todas mis cosas al sofá.

Jos llego rápidamente hasta la sala de estar.

— ¿Como te fue? — pregunto.

— Bien, como siempre, es la primera vez que no me dejan tarea ¿Quieres hacer algo?

— Si, salir de aquí por ejemplo ¿cuando saldré?, me estoy haciendo viejo aquí — pregunto fastidiado.

— Sabes que si te ven mis amigos, nos atacaran con muchas preguntas y no soy muy buena para mentir.

— Pero... — lo interrumpí.

— Sshhh mañana saldremos.

— ¿Mañana? — pregunto.

— Si, mis amigos no están por las tardes los miércoles, tienen cursos en la universidad.

— De acuerdo — dijo soltando un suspiro.

— Gracias por entender, cariño... — el abrió los ojos, me puse nerviosa — amm iré por unas palomitas ¿quieres ver películas?

El asintió, un tanto confundido, no pude evitar decirle así, se me salió sin pensarlo.

— De acuerdo regreso, mientras tu escoge la película, están en el mueble de ahí — le señale al mueble.

— Okeey —respondió.

Salí rápidamente de ahí, soy  una idiota.

Salí del edificio, eran las 4:46 de la tarde.

Las calles estaban repletas de gente, camine hasta la tienda mas cercana, saque dinero de la bolsa trasera de mi pantalón pero de pronto el dinero se me resbalo de las manos y cayo al piso.

— Me lleva... —murmure y me agache a recogerlo.

— Te ayudo — dijo una voz masculina, mientras unas manos recogían mi dinero.

— Gracias — me levante y vi al chico.

Parecía de mi edad, quizá un año mas grande, era bastante guapo, tenia el cabello color caramelo, ojos mieles, piel blanca y un cuerpo bien formado, llevaba puesta una playera roja y unos jeans negros que se ajustaban muy bien a sus piernas.

— No me lo agradezcas — me regreso mi dinero — ¿cual es tu nombre? —  me sonrió.

— Amm — dije dudosa.

— Disculpame,  debí presentarme antes, me llamo Diego Rodriguez — me tendió la mano

— Isabella Ochmann — sonrei y correspondí su saludo.

Mi Póster Cobró Vida |Jos Canela| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora