"Capitulo 40"

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Iba cantando como loca la canción, llamado la atención de la gente que pasaba junto al auto.

Me como las uñas todo por tu culpa a caso no sabes que mi alma es tuya, maldita la hora en que te vi a los ojos,  te veo y yo creo que todo es un sueño  wooow wooow ¡noo! dime otra veeeez que me quieres y que no te iraaaas, dime iras veeeez que eres mia y de nadie máás.

— Descuida Jos, ahorita se calla — comento mi amiga ahogando una carcajada.

— ¡Amiga sabes que amo esta canción! — me defendí

— Se nota amor — dijo Jos.

— ¿Los chicos siguen detrás de nosotros? — pregunte y mire por el retrovisor.

Cat giro la cabeza y observó si los chicos aun nos seguían.

— Si — respondió — Alonso es... extraño. Jos comenzó a reírse.

— ¿En serio eso crees de Alonso?— dijo y miro a Cat.

— Bueno conmigo se comporta extraño.

— ¿Le digo? — pregunto Jos.

— ¿Decirme que?— cuestiono mi amiga.

— Pero promete que no le dirás a Alonso ni cambiaras tú comportamiento con él — le dije a mi amiga en tono serio.

— Si, lo que sea... diganme — hablo con curiosidad.

— Dile, Jos.

— Mi buen amigo Alonso esta enamorado de ti desde aquella vez que te vio en el estudio, acompañabas a tus padres — Cat medito las cosas.

— Eso lo explica.

— Si... Cat, él es un buen chico — dije — ¿Ya entiendes por que Carla te odia?

Mi amiga soltó un suspiro.

— Si,  como sigue investigando la vida de Alonso, seguramente se entero de que le gusto.

— ¿Ustedes conocen a Carla?— fruncio el ceño el pelinegro.

— Solo un poco — respondí.

— Yo si... estudiábamos en la misma preparatoria — respondió Cat.

— Ya llegamos — avise y me estacione frente a la casa de Aislin, los chicos hicieron lo mismo — Esperenme aquí, voy rápido — ellos asintieron y yo baje del auto.

Me acerque a la puerta y toque el timbre, unos minutos después un chico que se veía de la misma edad que yo, cabello negro, alto, piel blanca, cuerpo muy bien formado y ojos color miel abrió la puerta... a quien engaño no estaba mal.

— ¿Si? — hablo seriamente y me miro de arriba a bajo.

— Ho... hola — dije nerviosa — busco a Aislin.

— ¿Quien la busca? — pregunto.

— ¡Isa! — se escucho a alguien dentro de la casa, el chico volteo. — Gracias por haber venido.

— Si, no hay problema, Aislin. — le sonrei.

— Pasa, por favor — me dijo,  el chico se hizo a un lado y entre a la casa.

— Veo que ya conociste a mi primo — ¿Que verga? Él... era su primo.

— Si, eso creo.

— Teo, te presento a Isabella Ochmann, ella es hija de mi prometido y te llevara a conocer la ciudad.

— Creí que tú me llevarías a conocerla — dijo con tono molesto.

— Lo siento primo pero, tengo que asistir a una reunión importante.

— De acuerdo — dijo sin muchos ánimos.

— Pero descuida, Isa  sera tu amiga, ¿verdad? — me observaron.

— ¡Claro Teo! no te preocupes — respondí.

— ¿Lo ves, Teo? ve con ella, nos vemos en la noche.

— ¡Esta bien! — Teo tomo su celular y unos auriculares que se encontraban en la mesita de centro de la sala de estar.

Algo me dice que no le pareció el hecho de que yo lo llevara a conocer la ciudad.

— ¡Diviertanse!

Salimos de la casa.

— Aamm sigueme — le dije. Nos dirigimos al auto — Oye, no quiero que te sientas incomodo,  al contrario, quiero que sepas que desde ahora me consideres tu amiga ¿de acuerdo?— Teo me miro.

— Haber floresita — ¿acaso me llamo floresita? — dejemos las cosas claras... yo no necesito amigos, no creas que me parece maravillosa la idea de que mi prima haya pensando que teniendo amigos aquí me sentiré bien, creeme esto lo hago por darle gusto a ella y que luego no se queje de mi conducta.

Miro su celular y le puso los auriculares.

— ¿Disculpa?

— Si niña... por favor no quiero ser grosero contigo, te sugiero que no intentes ser linda conmigo — dicho esto se puso sus auriculares.

Al llegar al auto,  me dirigí al lado del conductor.

— Sientate atrás — dije  fríamente.

Observe a hacia la camioneta de los chicos y pude observar que hablaban entre ellos y observaban a Teo.

Abrí la puerta y subí, Teo hizo lo mismo y se quedo con los ojos abiertos como platos viendo a mi amiga y a mi novio.  Se quito los auriculares.

— ¡Ay no! — dijo rodando los ojos — ¿Tú aquí?

Mi Póster Cobró Vida |Jos Canela| [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora