Capitulo 22.

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~¿Ángel?~

Me dedique a esperar en mi habitación tal y como Dracula me había pedido ya que él y los demás debían "prepararse" para la llegada de la acompañante de su padre o esa persona como ellos le llaman, estoy aburrida y Jane esta a mi lado recostada mirando el techo sin embargo la veo ausente.

—Jane... tu a pesar de todo ¿Eres feliz? —Creo que eso fue algo que salió de forma involuntaria pero aun así quería hacer la pregunta, ella de verdad desea seguir viviendo o quiere morir.

—Mamá... aquí la pregunta es si tu eres feliz—Jane una vez más acaba de dejarme sin habla, ¿A qué viene eso ahora?

Tal vez esto es como un círculo, yo estoy siguiendo una línea la cual siempre me llevara al mismo lugar debido a que esta no tiene fin y comienza una y otra vez. Mi objetivo es proteger a Jane y obtener la libertad de mis seres más queridos incluida la mía pero acaso Jane no piensa lo mismo. Ella misma me dijo una vez que sería capaz de darle su sangre a Dracula si eso hiciera que dejara de molestarme por lo que ambas si lo pienso bien estamos pendientes la una de la otra en un ciclo enfermamente continuo. Si estoy a solas con Dracula Jane se preocupa pero si yo dejo a Jane sola con alguno de estos vampiros también me preocupo aun que Áurea me haya demostrado ser confiable al igual que Blanca me es imposible confiar del todo.

—Eso no es justo yo pregunte primero, responde primero y luego te responderé yo. —Trate de evadirla hasta que formulara una respuesta creíble.

— ¿Feliz? ¿Qué es ser feliz mamá? —Jane ahora se sentó para mirarme a los ojos, esos posos grises me desconcentrar, son tan claros, hacen que las mentiras las cuales antes trate de formular se desvanezcan ante su luz.

— ¿Feliz? —Repetí analizando la palabra mentalmente—Pues yo tampoco estoy muy segura Jane... no sé lo que es eso... fue muy tonto preguntar—pose una mano en mi frente y sonreí, una sonrisa falsa la cual se poso en mi cara de manera involuntaria. Tal vez no era tan falsa y me estaba riendo de mi misma por no comprender el significado de algo que se supone tan corriente.

—Yo creo que ser feliz es estar con mamá, si estoy con mamá podre ser feliz pero si mamá no es feliz tampoco lo seré—que manera de poner las cosas tan... tan complicadas.

—Ya veo... entonces siempre estaré con Jane ya que Jane es quien me hace feliz, tenemos el mismo punto de vista ahora que lo pienso—en este mundo plagado por la oscuridad y las malas experiencias Jane es un rayo de luz el cual me dice que si lo sigo en algún momento ambas podremos escapar de esta horrible existencia.

No me di cuenta cuando el tiempo pasó de una manera tan lenta. Quizá la teoría de la relatividad es cierta ya que al estar tanto tiempo con Jane riéndonos y recordando todas sus travesuras el tiempo se paso volando, pero ese vuelo fue interrumpido cuando alguien toco a la puerto.

—Mía tengo que hablar contigo sal—oí su voz al otro lado y me fue imposible no preguntarme que quería conmigo en mi habitación. Creo que es la primera vez que él mismo viene a buscarme.

Me pare y cuando iba a dar un paso Jane me sujeto la mano, al mirar su cara tenía una expresión de desaprobación, me incline hasta ella.

—No vallas mamá... ese señor no es bueno, él solo trae cosas malas. ¿Por qué tienes que estar tanto tiempo con él? Dijiste que no me dejarías. —Es la primera vez que Jane me frunce el señor molesta. ¿Qué es lo que hace que sienta tanta repulsión hacia él? ¿Qué es lo que la impulsa a enojarse cada vez que se me acerca?

Siempre pensé que era por mi culpa ya que yo misma me siento de esa menara cuando estoy cerca de él pero que recuerde nunca le dije nada malo a Jane sobre Dracula, su repulsión por él fue casi instantánea. Sé que él la ha tratado mal en contadas ocasiones pero aun así no termino de comprender Jane no es la clase de persona que detesta a las demás porque sí. Otros golpes en la puerta me sacaron de mis conjeturas y análisis.

Dracula quiere una noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora