Capitulo: 45.

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~Finalmente eres mía~

Me pregunto porque será que lo único que le atrae de mi es la supuesta belleza que poseo, yo no me veo diferente y tampoco creo estar cambiando... al menos no físicamente, entonces ¿Cómo se supone que me veo?

—Otra vez esa expresión— sonrió y me di cuenta que solo lo estaba observando mientras me perdía en mis pensamientos.

—Disculpe...

Aun estoy sobre Dracula ¿Qué hago pensando en cosas tan inútiles?

—Mía, algo te sucede, no sé que es pero dado que no quieres contármelo no puedo hacer nada... es irónico pensar que no tengo control de algo que pasa en mi propia casa pero si controlo todo el mundo—sus dedos se deslizaron entre mi cabello—Pero, si esto te ayuda a entrar en confianza te diré algo...—su cabeza volvió a esconderse en mi cuello—Tengo miedo Mía, tengo miedo de ti... tengo miedo de que si te vuelves más hermosa podrías darte cuenta de lo valiosa que eres, y si haces eso podrías abandonarme—cruzo sus brazos por detrás de mi espalda y aferro sus manos a mis hombros—No me dejes...

Él, se siente como si fuera un ser frágil, a pesar de que es el segundo vampiro más poderoso de todos... me pregunto porque, siento que se romperá en cualquier momento como un cristal.

— ¿Qué es lo que le gusta de mi? Soy solo una mujer bonita o ¿Tengo algo especial?

Sentí como la tela de mi ropa era tirada al aumentar la presión de sus manos.

— ¿Qué es preguntas?... —se quedo en absoluto silencio por unos minutos—Tu apariencia sin duda suma puntos pero... de alguna manera, siempre me gustaste, desde el momento en que tus inocentes ojos se fijaron en mi, supe que serias importante, quería protegerte, quería cuidarte y poder estar contigo en algún lugar donde nada te hiciera daño, pero no pude comprarte y tuve que vivir durante dieciocho años con el remordimiento de no saber si tú me odiarías cuando me vieras o no, culpándome a mí mismo de tu odio de ser ese el caso... es obvia la respuesta de tus sentimientos por mí. Me odiaste completamente desde el principio, y entonces mi frustración comenzó a crecer, también estaba la presión de mis hermanos por mantenerte feliz y contenta, sumado a que nunca fui bueno en medir y controlar mis emociones. Termine convirtiéndome en el monstruo perfecto para ser odiado.

Su agarre en mis hombros comenzaba a dolerme pero no dije nada, tal vez porque son escasas las posibilidades en las que puedo verlo de esta manera o quizá porque quiero saber que hay detrás de todo su comportamiento, al final solo quiero conocerlo mejor.

—Comprendo perfectamente, esta no es una excusa pero.... —su voz, suena como si quisiera llorar—¡¡Perdóname!! Por favor, perdóname—como si se tratara de un niño lanzo su suplica acompañada por su llanto—Lo siento, lo siento, lo siento—me abrazo más fuerte—Nunca quise lastimarte, ni física ni emocionalmente... es que yo... yo... no se qué es lo que me pasa cuando estoy contigo. —Su voz, podría ser perfectamente descrita con una palabra "Dolor" —Se muy bien que no sirvo para cuidar de las personas importantes, también se que tu posiblemente aun me detestes pero quiero creer en lo que me dijiste, aun que sea una mentira, aun que sea una estafa o algún engaño, realmente, realmente deseo que te enamores de mi.

Mi hombro comenzó a mojarse con sus lagrimas, es algo cálido, esta temblando, su cuerpo, sus manos, la manera en que su pecho sube y baja con tanta violencia, su cabello, su fragancia. Me gusta todo, es un ser realmente hermoso, y es la primera vez que lo noto.

—Está bien—acurruque mi cabeza sobre la suya—Lo perdono por todo, por absolutamente todo—pose mi mano sobre su cabeza y la otra en su espalda para abrazarlo—No tiene que torturarse porque yo no estoy mintiendo, creo que el sentimiento que comienza a nacer en mi pecho es genuino amor, pero además de eso me hace feliz que este sintiendo algo mínimamente parecido a lo que comienzo a experimentar.

Dracula quiere una noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora