~Placer~
Al entrar a casa se sintió extraño el hecho de que Luck, Blanca, Cody y Tom no nos acompañaran, según lo que oí más temprano en el congreso no se aparecerán hasta dentro de un mes.
—Yo solo trabajo en el congreso cuando ellos están, en ocasiones como estas donde tienen que atender diferentes asuntos y para eso tienen que viajar suelo trabajar desde casa. Por lo que solo saldremos a bailes, de hecho dentro de dos días tenemos uno.
Dracula miro por última vez su teléfono celular para después guardarlo en su bolsillo.
—Entiendo.
Dracula miro en todas direcciones como si buscara algo.
—Es raro—exclamo intrigado. — ¿Dónde está la niña? —Me pregunto.
— ¿Jane? —Él nunca pregunta por ella.
—Sí, ella aun que tú no la veas siempre te espera escaleras arriba... pero hoy no siento su olor por lo que debe de estar lejos—su expresión de preocupación repentinamente se hizo más alarmante— ¡Tampoco siento el aroma de William!—Grito desapareciendo de mi lado.
Corrí escaleras arriba inmediatamente, cuando llegue a mi puerta Dracula estaba saliendo de la habitación.
—No están aquí. —Dijo claramente preocupada con la mirada baja.
— ¡Áurea! Ella tiene que saber donde están. —Fue lo primero que se me cruzo en la cabeza.
—Ella tampoco esta, si estuviera en la casa abría sentido su aroma además siempre suele reportarse conmigo momentos después de que llegue.
Lleve mi mano a la boca y comencé a morderme las uñas ¿Donde están?
—Pero... creo que se cual es el problema—dijo levantando la vista para mirarme—Ven conmigo.
Tomo mi mano arrastrándome escaleras arriba en dirección al tercer piso, ¿Por qué? Él dijo que nunca debía de subir a ese lugar. Una vez llegamos arriba Dracula se quedo parado en medio de la sala con los cuadros de sus novias mirando todos y cada uno de ellos para después fijar su mirada en el espacio rectangular mucho más oscuro que el resto de la pared donde nos muestra que falta un cuadro... el de su novia favorita. Negó con la cabeza para después avanzar en dirección hacia la puerta, tomo el picaporte y abrió la puerta. Entramos.
—Áurea—dijo viendo a su sirvienta parada frente al trozo de pared que hay entre la cama de en medio y la derecha.
Ella se giro para mirar a Dracula, esta jadeando y sus colmillos crecieron.
—Áurea voy a pedirte que te calmes ¿Si? Siento mucho haberte descuidado, se bien que estando los niños aquí debí de darte más sangre pero solo me preocupe por mí—por primera vez desde que estoy aquí Áurea no lo escucho y se movió con su velocidad vampírica hasta nosotros.
O más bien hasta mi pero no me percate de eso hasta que el conde detuvo su brazo el cual amenazaba con alcanzarme.
—¡¡Áurea estoy aquí ya basta!! —le grito sujetando ambas manos detrás de su espalda—Mírame—le dijo sosteniendo su mentón para que sus ojos se enfocaran en los suyos—Soy yo Áurea—su tono autoritario e imponente pareció despertarla del trance en que se encontraba ya que sus desenfocados ojos se concentrador en los ardientes ojos ámbar de Dracula.
—Mi señor... lo siento mucho... yo—su voz afligida demostraba algo de culpa, ese fue el detonante para alarmarme y comenzar a preocuparme esta vez seriamente por Jane.
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Dracula quiere una novia
VampireHasta qué punto la una es la otra ¿Quién es más egoísta? ¿Si quiera hay un culpable en todo esto? -"Te ofrezco el mundo, pero quedate a mi lado, Irina" -"Mi vida se extendió tanto sólo para conocerte. Es lo que pienso, Mía." -"¿Por qué necesitar...