-Connor-
Mi vida es miserable, me siento como un canario enjaulado, lo curioso es que a pesar de tener a el ave en una jaula las personas aun así esperan que cante para ellos.
La noche que llegue aquí fue todo un infierno, en cuanto entre Lucynda mi "Dueña" me llevo a la que sería mi habitación, o mi cámara de torturas como la llamo.
—En este lugar será donde jugaremos—Se acerco a mí y tomo las solapas de mi abrigo atrayéndome hasta ella, me beso otra vez, pero esta no fue como la primera un casto beso, todo lo contrario fue uno lleno de lujuria el cual no pude seguir cuando su lengua se introdujo en mi boca. Ella se alejo—Oh, cierto, tú eres virgen, habrá que entrenarte—ella me hablo como si fuera un perro.
Salió de la habitación y me sentí aliviado, no podía evitar recordar el rostro de 3397 cuando me llevaron, quería quedarme, quería decirle que escapemos juntos y mandemos todo al diablo... pero eso sería un suicidio y yo no dejare que muera.
Luego de un largo tiempo, para ser preciso no se cuento fue ella entro acompañada por dos hombres, deduje que eran vampiros y también que son sus sirvientes.
—Sujétenlo—dijo y desorientado y confundido comencé a mirar en todas partes, no puedo estar diciéndolo enserio ¡Yo no hice nada para que mande a sus guardias contra mí!, esos tipos los cuales lucían menos ejercitados que yo pudieron reducirme en un santiamén, uno tenía mi brazo derecho apresado en mi espalda y el otro extendía el izquierdo, solo entonces pude ver la jeringa que traía la mujer en su mano—Ok, Connor esto es un afrodisíaco, cuando el efecto empiece sentirás como todo tu cuerpo arde, luego ese ardor continuara pero de una forma diferente... será muy entretenido—sonrió, dio unos golpecitos a la jeringa asegurándose que no contuviera ninguna burbuja de aire y luego la clavo en mi brazo.
No me dolió, llevan años introduciéndonos quien sabe que por querías y... caí de rodillas al suelo, como si de la nada comenzara a arder en fiebre mi cuerpo comenzó a sudar y a sentir que debía de ingerir cientos de litros de agua para apagar el ardor, los tipos me recostaron en la cama para después retirarse, antes de irse Lucynda le quito la corbata a uno.
—Eres como un lindo conejito Connor, un lindo conejito asustado—se sentó sobre mi cintura, me quito la ropa que traía de la cintura hacia arriba y luego ato mis manos al cabezal de la cama.
No lo negare estoy asustado... ella... sé muy bien lo que va a hacerme, lo que me inquieta es que mi cuerpo responda a sus caricias, a pesar de que mi mente siente una repulsión tan grande al punto de querer vomitar mi cuerpo le responde. Odio todo esto.
Cuando desabrocho mi pantalón y dejo al descubierto mi evidente excitación no supe cómo reaccionar, sin embargo ella quien ya estaba desnuda sobre mi sabía perfectamente que hacer acomodándose para que encajara en su interior, me sentí profundamente asqueado de mi mismo al sentir placer por eso, gemí como tal y como ella deseaba mientras mi respiración se entrecortaba y me costaba respirar, ella continuo moviendo sus caderas sobre mi haciendo que una sensación nueva e inesperada me recorriera... casi pude sentir el nauseabundo olor de los gusanos que se introducían en mi alma pudriendo la carne viva para devorársela.
Esa noche luego de que ella obtuviera lo que quiso se retiro y me encontraba desnudo en mi cama analizando la situación.
Está bien, era de esperarse que algo como esto pasara, ella usa drogas en mí, no importa Dreck Schell una vez me uso para probar un suplemento y casi muero... todo estará bien solo tendré que soportar el hecho de que ella quiera tocarme. Claro que no será de esa manera siempre, ya que yo seré libre y podre irme con 3397.
— ¡Más! —Jadeo la sirvienta mientras empujaba mi pelvis contra la suya.
Lucynda esta mirándonos sentada en su puesto privilegiado, paso una semana desde que llegue a este lugar y en tan solo eso me di cuenta de lo equivocado que estaba con todo mi análisis, esa droga es más fuerte de lo que me esperaba, cada vez que hago esto mi cuerpo se mueve por si solo sin hacer caso a lo que mi mente dice. Orgias, tríos, relaciones individuales, observaciones e incluso simple sexo oral, esa y muchas cosas más son las clase de espectáculos de los cueles Lucynda disfruta ver o en la mayoría de los casos participar.
La sirvienta dio un gran grito cuando llego al orgasmo.
—Ahora es mi turno—dijo Lucynda deslizando quitándose por encima de la cabeza el vestido que traía.
Estoy sucio, ¿Cómo puedo tocar a 3397 con estas manos? ¿Qué pensaría ella de mi si se entera de todo esto? ¿Le daré asco?
— ¿Te encuentras bien? —pregunte a la joven de ausente mirada la cual se encontraba sentada en el jardín abrazando sus piernas.
—La pregunta es si tu estas bien—levanto la mirada de sus rodillas para decirme eso, me desconcertó—Siempre te ves como alguien tan tranquilo pero en realidad te estás muriendo por dentro, odias esto, te da asco tu propio cuerpo y al final del día te preguntas si sería mejor morir.
¿Qué? ¿Cómo es que ella sabe todo eso?
—Todos pasamos por lo mismo—dijo continuando su discurso—Cuando te des cuenta que la única escapatoria es la muerte sucumbirás ante una de dos cosas, el suicidio o ser un cadáver viviente—¿Por qué están dura que es lo que le pasa?
Le di una buena observada, aun que tiene los brazos aferrados en sus piernas las cantidades excesivas de inyecciones que le han dado han dejado horrendos moretones los cuales son más que visibles... no tiene más de 16 años.
—Yo soy la favorita ahora, por lo menos esta semana, ella dijo que le encanta cuando grito pidiendo que se detengan... debería dejar de gritar pero no puedo, aun que lo que más odio es mi cuerpo ¡¡¿Por qué tiene que responder?!! ¡¡¿Por qué?!! ¡¡¿Por qué?!! ¡¡¿Por qué?!! —ella esta tan perturbada que solo habla en voz alta para desahogarse.
—Está bien—la abrace—Si quieres grita patalea o llora, estoy aquí para escucharte—ella soltó sus piernas para rodearme con sus brazos y llorar desconsoladamente.
Más tarde conocí su verdadera historia y la manera en la que Lucynda asesino a su hermano.
----//----
Bien chicas aquí les traigo esta sección de extras, sería como contar la historia de Connor en su nueva casa, serán a lo sumo 3 o 4, ¿quieren que continúe con esta sección? Depende de lo que digan.
PD: Connor perdón por hacerte sufrir tanto!! Sé que soy una malvada... lo sé—Le tiran piedras—
ESTÁS LEYENDO
Dracula quiere una novia
VampirosHasta qué punto la una es la otra ¿Quién es más egoísta? ¿Si quiera hay un culpable en todo esto? -"Te ofrezco el mundo, pero quedate a mi lado, Irina" -"Mi vida se extendió tanto sólo para conocerte. Es lo que pienso, Mía." -"¿Por qué necesitar...