Imaginas- One Shots CNCO.®

9. Erick Brian Colon.

-¡Fue tu culpa!.-grito enojada subiendo al ascensor.

-¿Mía? Es tu culpa.-me señaló.- Tu fuiste que la empezó el pleito.

Dejen que les explique que paso...
Erick Brian Colon, chico sexy de la escuela, playboy, mi vecino desde pequeña... Mi mayor pesadilla.

Desde que eramos pequeños, nos llevábamos mal.
Teníamos pleitos muy seguido, y para acabarla, nuestras madres eran mejor amigas.
Ese día en la escuela nos habían puesto un trabajo en parejas, el maestro decidió que fuéramos el y yo, así que... No terminaron bien las cosas.
Y nos dirigíamos ala dirección para ver cual seria nuestro castigo.

-¡Idiota!.-hable.

-Te dicen.-contesto recargado en la pared del elevador.

-Por dios, cuanto tarda esta cosa.-golpee la puerta del ascensor.

Y... se paró, se detuvo el ascensor.
Maldita suerte.

-¡¿Que hiciste?!.-reclamo Erick.

-Nada, no hice nada idiota, se detuvo solo.-grite.

Rodó los ojos, después de eso, intentamos marcar de nuestros celulares, pero...¡No había señal! El puto ascensor no tenía señal.
Habían pasado alrededor de dos horas.

-Tengo hambre.-se quejo Erick.

Tome mi mochila y saque una barrita que traía en ella, se la lance a su regazo.

-Gracias.-contesto y se dispuso a comer.

Otra media hora...

Habíamos cambiado de posición, nos encontrábamos recargados sobre la misma pared, uno al costado del otro.

-Tengo muchísimo frío, ya hasta me duele a cabeza. -me queje.

Y no esperaba a reacción que iba a tener... Se quitó su chaqueta y me la dio.

-Sabes... esto me recuerda, cuando yo teníamos cinco años y también me diste tu suéter cuando tenía frío.- reímos.

-Que tiempos...-contesto.-¿Por que nos llevamos mal?.

-Dímelo tu...-respondí.- Yo te caigo del carajo.

-No me caes mal...-contesto echando su cabeza hacia atrás.- Es difícil.

-Explicate...

-Es difícil ver como la chica que te gusta no hace más que gritarte lo idiota que eres y recordarte que te odia...

Me estaba confesando que yo le gustaba...
¿el me gustaba a mi?.
Dirán que, soy una bipolar...
Pero pensándolo bien...

-Me alegras el día cuando me gritas.-Reí.- Un día sin tus gritos, sin que me cierres mi casillero, sin que te sientes a mi lado y me quites mi comida, es un día que no vale nada...

Confesé.

-Del odio al amor...-replicó.

Me voltee hacia con el, veía sus ojos verdes tan penetrantes, tan únicos.

Me acerque y lo bese, estaban helados, nuestros labios se movían como si fueran una coreografía...

Me gusta Erick.