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Navidad, la época más bonita de todo el año, y este año era super especial,mi primera Navidad siendo mamá.
Erick me había ayudado a hacer la cena, sólo para el y yo, los demás chicos, con sus respectivas familias, y nosotros con nuestra pequeña gran familia.
Fui a la sala y ahí se encontraba Erick poniendo los últimos adornos de Navidad con nuestro hijo, Sebastián.
Amaba ver esa parte de el, ese hombre tan tierno, que jamás creí que encontraría, que jamás pensé formar una familia con mi compañero de clases,al cual encontraría unos años después siendo famoso.
-¿Qué piensas _____?.- me pregunto mi prometido sacandome de mis pensamientos.
-En que jamás pensé que formariamos una familia tu y yo... es que digo, tu siendo un famoso y yo siendo una simple maestra de preescolar...-me reí, Erick se acercó a mi y me tomo de la cintura.
-Como no fijarme en ti, en tu sonrisa, en tu risa descontrolada, en tus bailes de celebración, en como se te forma ese pequeño hoyuelo cuando sonrisa, como te brillan tus ojos cuando algo te gusta, tu actitud de ver siempre lo bueno, que tus enojos no puedan durar demasiado tiempo...- me dio un beso en la mejilla.- Me fijé por muchas cosas...
Sentí algo en mis pies, era mi pequeño llamando nuestra atención.
-Ademas que contigo tengo un hijo guapísimo igual que su papá.- dijo Erick tomando a Sebastián en sus brazos.
- Y si que se parece a su papá, los dos igual de enfadosos...- le dije a mí hijo con voz de niño pequeño haciendo que se riera.
- No te apures hijo, tu madre sabe que nos ama, hasta que no la dejemos dormir...- decía Erick mientras yo caminaba a juntar el desastre que habían hecho mis dos hombres.
Estábamos en pijama, tengo que decir que Erick era hasta más tierno que yo, había comprado iguales para el, mi hijo y yo.
-Falta la estrella...-tome la figura de plástico.
Erick se acercó hacia el árbol de Navidad, con nuestro bebé, le di la estrella, alzó a Sebastián para alcanzar la punta del árbol, lo ayudó a poner la estrella.
Vi como los ojos de mis hombres se agrandaban al ver el árbol reluciente, no podría haber momento más perfecto que este,donde todo había valido la pena, donde estaba con mis personas favoritas, donde no hay nada como el hogar, hasta ese momento entendí que los regalos caros, las comidas exóticas, eran poca cosa comparado con ese momento.
-Feliz Navidad mi amor...- se acercó Erick conmigo y me abrazo todavía con nuestro nene en brazos.
-Feliz Navidad mis amores.- los abrace.
Me puse de puntitas para besar a Erick, hasta que sentimos unos quejidos y manotazos de parte de Sebastián.
-Parece que alguien está celoso...- dije refiriéndome a mi hijo.
Nos reímos de los pucheros que hacia el pequeño, como amaba esos momentos.
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