Imaginas- One Shots CNCO.®

114-Zabdiel de Jesus

"Cuando nos conocimos
Nunca pensé que caería"

Zabdiel ¿Que me hiciste?
Si yo supiera que era la última vez que me ibas a besar, me quedaba dos segundos, dos minutos, dos horas más, lo que fuera suficiente para despedirme de tus labios.

Vivimos en un mundo tan lleno de polémicas, de maldad, de personas tan malas...
Zabdiel y yo nos habíamos conocido a los 15 años, éramos tan únicos, que solo nosotros nos entendíamos, nos hicimos novios y cuando despegó su carrera musical, nos hicimos promesas que hasta ahorita, no hemos cumplido.

-No podré llegar al cumpleaños de Zabdielito.- escuchaba por teléfono.

-Zabdiel, no le hagas esto a tu hijo, te espera con ansias...- suspire.

-Dile que lo siento muchísimo, que le mandaré unos regalos enormes, pero no podré estar....

-Olvídalo Zabdiel, es lo mismo siempre contigo.- colgué el celular, estaba cansada de esta situación.

(...)

-¡puja! ¡Puja! Ya viene la bebé.- gritó el doctor.

Las enfermeras quitaban el sudor de mi frente y yo gritaba a más no poder.

-Ya vimos a la bebé _____ puja una vez más.

-¡ahhhh!.- grite con todas mis fuerzas hasta sentir como algo se desprendía de mi.

-¡Listo!.- gritó el doctor.

Escuché unos pequeños gemidos, era mi bebé.
El doctor la colocó en mi pecho para tener contacto de mamá e hija.

-Bienvenida al mundo princesa.- bese su cabecita.

Y me solté a llorar, ¿por que había traído al mundo a una criatura que no vería casi nunca a su padre? ¿Por qué Zabdiel no estaba conmigo en estos momentos.

-Tranquila hermosa ______.- quito las lágrimas una enfermera.- Tu familia está ansiosa por conocer a la bebé.

Mi familia, mis papás, la mamá de Zabdiel y su hermano, pero no estaba el, el que más quería que estuviera ese día, en el nacimiento de su segundo hijo, pero siempre se excusaba que era su trabajo el que no se lo permitía...
Ahora entiendo el verdadero valor de la vida, el amor, donde los lujos y "buena vida", cambiaba todo eso por tener a Zabdiel con nosotros.

(...)

1 año después

"Señora, marcamos para decirle que su hijo lo tuvimos que transferir al hospital, no sabemos qué pasó, comenzó a tener epilepsias"

No pude colgar el teléfono cuando ya estaba corriendo hacia mi carro para ir al hospital.

(...)

2...3...4...10 llamadas a Zabdiel y no respondía.
Me encontraba sola en esta batalla, la vida de mi hijo estaba en peligro.

-Señora, le seré honesto, su hijo está estable, pero solo eso, está grave, tiene riesgo de otro ataqué de estos y que sufra un infarto, no lo soportaría su cuerpo...

Debía de ser una broma, me encontraba en un sueño....

-Lamentamos esto, pero le recomiendo que los familiares y los padres se comiencen a despedir de él...

No Dios mío, esto no puede estar pasando...
Mi mundo no puede estar colapsando.

Entre a aquella habitación blanca, con olor a medicamentos, el sonido de la máquina como tambor de fondo...
Me acerqué a mi hijo, toque primero su mano, tan tibia, veía su cuerpo lleno de cables por doquier.

-Corazón, mi hombre...- comencé a susurrar.- No te puedes ir así mi vida, todavía nos falta mucho por vivir, no me puedes dejar así...

Mi niño de tan solo 5 años se encontraba en esa cama del tamaño de un adulto.

-Zabdielito, tú y tu hermana son lo más importante en mi vida, amo cuando ríes, cuando cantas si comes tú helado favorito, amo cuando cuidas a tu hermana, nos haces falta, tu papá y yo te amamos con el alma, créeme que él te ama tanto como yo...

Bese sus manitas, veía sus ojos tan Grandes cerrados, mostrando aquellas pestañas tan largas que me encantaban.

-No nos dejes mi niño, te amo.- después de aguantar el llanto comencé a llorar.- No mereces esto hijo...

Escuché la máquina sonar rápidamente...

-Corazón, hijo...- la máquina se alteraba cada vez más.

Doctoras, enfermeros entraron rápidamente.
Me coloqué a un costado.

-¡Lo estamos perdiendo!.- gritó una enfermera.

-Aplíquen la reanimación.- gritó un doctor.

Destaparon el pecho de mi hijo y colocaron dos placas.

1...2...3. no funcionó.
Hasta que se escuchó aquella máquina sonar.... soltaba un sonido agudo, chillante....

No quería pensar....
Todo aquellos voltearon hacia mi.
Se acercó un doctor, lentamente.

-Señora, lo sentimos mucho....

-No, no puede estar pasando....- negaba una y otra vez.- ¡mi hijo no puede estar muerto! ¡No está muerto!

-Señora, tranquila por favor...- me detenía el doctor.

-¡No Zabdielito! ¡No me hagas esto!.- gritaba.

(....)

Veía cómo el fieltro iba bajando lentamente, llevándose el cuerpo de lo que más iba a amar en esta vida.

Todo esto tenía que ser un sueño...

(...)

-_____tenemos que hablar.- dijo Zabdiel apartándome de los que nos acompañaban en el funeral de mi hijo.

-No tengo nadamas que hablar contigo Zabdiel.- lo mire a los ojos.

-Sobre nuestro hijo _____.- susurró.

-¿Nuestro?.- quite una lágrima.- Yo fui la que estuve con él en cada enfermedad, él te esperaba cada compleaños Zabdiel, cada día saliendo de la escuela te esperaba, yo fui quien estuve con él cuando por primera vez camino, yo lo enseñé andar en bicicleta, yo estuve cuando murio, así que resulta de lo más tonto, que vengas a decir que era nuestro, cuando la única vez que estuviste más rato con él fue cuando lo hiciste.

-Por favor _____ a mi también me duele la muerte de Zabdielito.- limpiaba sus lágrimas.

-Créeme que no podrás sentir la mitad de lo que yo siento, de una buena vez para que te enteres, quiero y divorcio, tampoco quiero que te acerques a mi hija, no quiero que vuelva a tener esperanzas de tener un padre ausente como tú.

-No me hagas esto por favor...

-Te odio Zabdiel, te odio mas que a nadie voy a poder odiar.