El primer mes en la nueva carrera de Ciencias Políticas me estaba resultando más complicada de lo que llegué a imaginar. No era nada en comparación con Literatura, definitivamente es una disciplina que exige un compromiso social tremendo, nos obliga a ver más allá de lo que nuestro entorno nos muestra. Y sin contar el sinfín de libros y artículos que debíamos leer. Se acabaron las novelas literarias y le di la bienvenida a los artículos de opinión y periodísticos.
Me encontraba bastante cansada y estresada, dormía hasta tarde y los fines de semana me documentaba sobre la materia o simplemente hacía tareas. Sebastian estaba resintiendo mi carga escolar tanto como yo. Continuamente se quejaba del "escaso tiempo" que tenía para él. Puras exageraciones de mi dramático novio. Pasaba bastante tiempo con él a pesar de mis múltiples actividades y siempre le regalaba mi mejor sonrisa aunque por dentro estuviera rendida. Lo que sucedía era que él se había malacostumbrado a tenerme 24/7 libre para lo que a él le viniera en gana.
Afortunadamente, para él, estaba teniendo una situación bastante favorable en su empresa lo cual le dejaba unas jornadas laborales bastante tranquilas y mucho tiempo libre. Le veía muy relajado y eso me llenaba de alegría.
Después de cenar dejamos los platos en el fregadero y decidimos mirar alguna película en la habitación para luego acostarnos a dormir.
—¡Mierda! —exclamé mientras subíamos la escalera, me detuve en el peldaño.
Sebastian se giró a verme con expresión confusa.
—¿Qué pasa? —preguntó preocupado.
Me llevé las manos a la cabeza con desesperación.
—Olvidé un reporte de lectura que debía entregar mañana —cerré los ojos para apaciguar mi nivel disparado de estrés.
Abrió los ojos como platos y se quedó sin habla. Sabía que la noche tranquila que habíamos improvisado se había ido al caño.
Mientras nos cambiábamos la incómoda ropa del día aprovechaba e iniciaba la computadora para poder comenzar con mi reporte al mismo tiempo que trataría de poner atención a The King's Speech. El momento de elegir una película era maravilloso pues siempre coincidíamos, no nos gustaba el cine absurdo o cliché.
Encendía el televisor de plasma y navegaba por la aplicación de streaming buscando la película que íbamos, o mejor dicho, él iba a acabar viendo solo. Me acomodé en mi lado de la cama con las piernas extendidas y la espalda recargada en la cabecera, la computadora sobre mi regazo y él se sentó en una posición igual a la mía a escasos centímetros de mí.
La película era bastante interesante pero me estaba distrayendo de mi redacción sobre la evolución del sistema político americano, tristemente tuve que desviar mi atención al escrito e ignorar lo que pasaba en la pantalla.
—¿Cómo vas? —preguntó Sebastian echando un vistazo a la computadora.
Movía los dedos hábilmente sobre el teclado, me precisaba acabar.
—Estoy un poco atorada pero nada del otro mundo —respondí sin apartar la mirada de la pantalla del equipo.
Volvió su atención a la película que ya llevaba avanzados casi cincuenta minutos.
Al cabo de media hora no lograba concluir el texto, me estaba bloqueando. Las voces de los actores, la presencia de Sebastian y la posición incómoda en la cama no me permitían la fluidez de ideas. Aparte que ya eran casi las 10 de la noche. Me tronaba los dedos y hacía muecas tratando de enfocarme en lo que estaba. Él me miraba de reojo, se percataba de mi estado.

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Teen Fiction"Él me mostraba el lado más amargo y crudo del amor, pero también me mostraba lo más dulce y maravilloso". 🏅No. 1 || #novelajuvenil || 05.08.18 🏅No. 3 || #sebastianstan || 10.09.18 🏅No. 1 || #sebastianstan || 08.11.18 🏅No. 2 || #novelaromantica...