Devastada, asustada y lastimada. Así me encontraba. Nunca nadie me comentó que las cosas podrían ser así de difíciles. Que los hombres por obsequiarte un diamante se sentirán con derecho de tomar tu cuerpo sin consultarlo. Que la suerte jamás sería la misma para todos.
En condiciones físicas bastante deplorables me encontré al llegar al pequeño departamento que compartía con las chicas en el campus de Morningside Heights. Para mi fortuna ninguna de las dos se encontraba en el lugar, de hecho, nadie me había visto pasar. Lo que me daba días de ventaja para sanar los cardenales y el labio abierto.
Al entrar tiré el pequeño bolso en un rincón y me dirigí directo a mi cama. En posición fetal, tratando de cubrir con mis brazos la mayor parte de mi torso y piernas. Necesitaba sentirme protegida, estaba en un estado de vulnerabilidad.
La ropa me resultaba incomoda y decidí cambiarla por el pijama de todos los días. Deslizando la falda hasta el piso vislumbré mis muslos con unos cuantos rasguños, al igual que al quitar la blusa apretones en las costillas. Deshice mi recogido y el sonido de algo caer me hizo mirar hacia abajo, era la gargantilla de diamantes. «Probablemente se quedó atorada en mi cabello» pensé al recogerla.
La contemplé una vez más antes de guardarla en un cajón. Por supuesto que la joya no me traía un buen recuerdo, pero sin duda podía sacarle una buena suma de dinero.
Decidí llamar a mi madre, después del suceso, una voz familiar me vendría bien.
—¡Mi niña, que sorpresa!— atendió mi mamá al primer tono.
Su voz tan cálida, y ese tono maternal que siempre usaba para conmigo me dejó con el nudo en la garganta. Mis emociones estaban a flor de piel. Aclaré mi garganta antes de hablar para no evidenciar mi estado de ánimo.
—Hola mamá, ¿cómo estás?—me sentí en casa otra vez.
—Un poco preocupada, no me habías hablado y no atendías mis llamadas.
—Lo siento mami, había estado algo ocupada en el trabajo y perdí mi cargador, pero he comprado uno nuevo.
Hablamos durante unos minutos, sobre mi estancia en la universidad y el fin de semestre con todo lujo de detalle. Claro, omitiendo detalles como de que me habían quitado la beca, que me había registrado en una agencia de sugar babies y que en mi primer encuentro había sufrido un intento de violación. Me habría gustado contarle todo y así recibir su amor y comprensión al menos vía telefónica, pero no podría hacerle eso a mi madre, no podría darle tantas preocupaciones a la vez. Había prometido sacarla adelante, no darle dolores de cabeza.
Nora siempre se había caracterizado por ser una mujer de temperamento amable y alegre, no obstante, percibía una energía diferente por parte suya, se le escuchaba bastante contenta. Y no era para menos, había comenzado una relación con alguien. Su nombre era Charles, un hombre joven de la camada de mi mamá, que recurrentemente llegaba como cliente al lugar dónde ella trabajaba, y si, digo trabajaba porque ahora hasta la había sacado de trabajar. Ya que los ingresos del hombre como supervisor en una empresa local le alcanzaban perfectamente para cubrir los gastos de ambos. Él profesaba tenerle mucho cariño y no quería que nada le faltara.
Me encontraba tan feliz por mi madre. Externé mis deseos de conocer a Charles en persona y darle la bienvenida a nuestra pequeña familia de dos.
•••
Un gran peso me cayó encima y me inmovilizó, el impacto de la caída me hizo despertar de golpe. Era Jessica. ¿Por qué había vuelto en domingo cuando se supone estaría varios días con su sugar daddy?.

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Jugendliteratur"Él me mostraba el lado más amargo y crudo del amor, pero también me mostraba lo más dulce y maravilloso". 🏅No. 1 || #novelajuvenil || 05.08.18 🏅No. 3 || #sebastianstan || 10.09.18 🏅No. 1 || #sebastianstan || 08.11.18 🏅No. 2 || #novelaromantica...