Por fin llegó el lunes, estaba de buen humor; salvo por el hecho de que tenía un debate muy importante el miércoles siguiente.
Pero por el lado bueno, te vería ese lunes.
A tu hora habitual llegaste sonriente, con tu libro usual, como casi todos los días; me pediste una Coca Cola. Mientras estabas leyendo, me armé de valor para hablar un poco sobre tu libro.
Esperé a que no fueses como mi hermana pequeña, si a ella la interrumpías leyendo; probablemente te rompería los huesos.
-Ese es mi libro favorito-comenté y me sonreíste con emoción.
-¡El mío también!-exclamaste con emoción y reí.
Entonces entró el hombre que de vez en cuando venia contigo, no el que se parecía mucho a ti. El otro hombre que te hizo reír aquel día. Se dirigió hacia nosotros.
-¿Te gusta leer mucho?-preguntaste y yo asentí tímidamente y tú expresión fue de emoción; le saludaste, se llamaba Roy-. Lo ves, Roy-dijiste riéndote-, deberías leer más, como Sam.
Él era un hombre alto y corpulento, no era precisamente delgado, pero tampoco era lo que se denominaba "grueso". Tenía los ojos verdes y el pelo negro, como el mío. Pero yo tenía los ojos azules.
El hombre rió y os fuisteis dándoos la mano...
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Una Coca Cola para enamorar
Short Story"Te conocí por casualidad, estabas tomando una Coca Cola" Él era el barman de un establecimiento más bien humilde, un sitio corriente en el que se servían bebidas de todo tipo. Ella era su cliente habitual...Y siempre pedía lo mismo: una Coca Cola...