Una Coca Cola para enamorar

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Cinco días más, y sería Navidad. Viniste, pero no estabas con tu sonrisa de los otros días...Sino más seria.

-Sam-me llamaste-. ¿Puedo hablar contigo?-asentí con cautela y me miraste fijamente-. ¿Te acuerdas cuando te dije que no había nada entre nosotros?

Como para olvidarlo...Me dejaste en la zona de amigos a lo grande...Y lo peor, es que no creo que te dieses cuenta.

Me limité a asentir. -Roy sigue celoso...

¿Y a mí qué? Uf, que grosera es mi conciencia.

-Ajá-me limité a decir. Nunca digas lo que piensas de forma grosera, Sam; me dije.

-Estoy confusa-eso se notaba-. Creo que me gustas...

Abrí mis ojos sorprendido, estabas incómoda; por tus gestos deduje que estabas algo confusa y bastante cansada.

-Por favor, no te enfades, pero me alejaré un poco...Sé que es injusto...Pero tengo que aclararme...Lo siento mucho; adiós-dijiste intentando sonreírme-, Sam.

Sabía muy bien por qué estabas con Roy; me contaste que habíais peleado más de una vez, pero también te ayudó mucho en el pasado. Sinceramente, creo que no estabas completamente enamorada de él...Creo que como le pasaba a mucha gente, te habías enamorado de los recuerdos y te aferrabas a ellos con esperanza de que aquel hombre siguiese siendo el que fue en un principio.

También era cierto que cualquier mujer se habría enamorado de un hombre tan carismático como Roy...Esa clase de persona misteriosa, le gustaba a mucha gente. Me dejaste en la penumbra. En parte, estaba feliz de que me hubieses revelado aquello...Pero por el otro lado, el lado que más daño hacía y más crudo y real; ibas a tomarte tus distancias conmigo...Y esa idea no me gustaba ni un pelo...

Pero eso era mejor que te hubieses alejado sin razón y sin una explicación, pero era más doloroso saberlo y no poder hacer nada.