Estaba de buen humor; ya era el lunes. Y había quedado contigo para comer costillas. El plan no era el ideal, pero sería algo divertido. Estuve trabajando en la cafetería hasta después de que te fueras; luego me dirigí a tu piso. Tu piso se encontraba un poco lejos, fui en autobús hasta él. Llamé al timbre y entonces me abriste desde el portal para que entrase en el edificio.
Tu casa estaba en el tercer piso, fui en escaleras porque el ascensor tardaba bastante y tampoco es que me importase mucho ir a pie. Llamé al timbre de tu piso y saliste con una sonrisa. En lugar de vestir formal o como solías hacer para ir a la calle; llevabas una sudadera gris encima de una camiseta blanca, y unos pantalones grises de chandal largos. Tu cabello estaba recogido en un moño poco elaborado, pero aún así bonito.
—¡Hola Sammy!—dijiste—. Pasa. Siento el desorden.
—No pasa nada—dije—. Está muy bonito tu piso—te sonreí a lo que me devolviste la sonrisa.
Nos sentamos en tu sofá y estuvimos hablando un rato; el piso era algo temporal, según me dijiste. Al darnos cuenta de que era la hora de cenar, nos pusimos a comer en tu cocina; me asombró tu capacidad de estómago.
¿Cómo narices podías haberte comido más que yo? Te comiste un costillar y medio, yo solía comerme al menos un costillar si tenía hambre. ¿Qué clase de estómago tenías? ¿La de un rumiante? Es porque los rumiantes tienen cuatro estómagos, aunque eso ya lo sabrás...
Más tarde; después de regodearte en tu victoria, nos volvimos a sentar en el sofá y estuvimos poniendo una película de ciencia ficción; ese era tu género favorito. Me alegró saber que compartíamos más cosas e común. Era tarde y ese día estabas especialmente cansada, quedaban veinte minutos de película y ya te habías dormido. Estabas acurrucada al sofá, y cómo en un cesto que estaba a mi izquierda había una manta te cubrí con ella.
Era un poco tarde y tenía dos opciones; podía irme sin avisar, o esperar a que te despertases mientras miraría las estrellas en el cielo...
N/A; ¿Qué creéis que hará Sam? Lo averiguaremos ;) .
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Una Coca Cola para enamorar
Short Story"Te conocí por casualidad, estabas tomando una Coca Cola" Él era el barman de un establecimiento más bien humilde, un sitio corriente en el que se servían bebidas de todo tipo. Ella era su cliente habitual...Y siempre pedía lo mismo: una Coca Cola...