Una Coca Cola para enamorar

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Ese jueves estaba de buen humor...De muy buen humor. Tú y yo habíamos quedado para pasar el rato por la tarde.

Entré en el local a la hora que supuse que estarías. Era un establecimiento tranquilo, nada del otro mundo, pero eso sí; era agradable al contrario de aquel bareto de mala muerte. La decoración era moderna y tenían música serena. Se percibía olor a café, a tortitas, a gofres y a chocolate caliente. Olía de maravilla.

Las únicas cosas que pude relacionar entre aquel establecimiento y el viejo bar; era la barra de granito.

-¡Hola, Sam!-dijiste jovial y te sentaste conmigo en la mesa dos; cambiaste tu expresión a una más seria-. No me parece justo lo de tu trabajo...¿Sabes? Sólo iba a ese sitio porque-hizo una pausa y sonrió tímidamente-. Porque me gusta hablar contigo.

Sentí mis mejillas arder, estoy seguro de que mi vergüenza se vió a kilómetros.

-A mí también-dije sonriendo cuando se acercó una camarera, en su delantal tenía una chapa en la que ponía «Juliet»-. Hola-saludé y sonrió; miré a Piper-. ¿Qué quieres? Yo invito.

-¿Compartimos un batido?-asentí sorprendido ante la respuesta, de lo que te conocía; pensé qué habrías pedido una Coca Cola.

-¿Te gustan de chocolate?-dijiste que te encantaban y le pedimos el batido.

Me dijiste que conocías a la dueña de la cafetería y que necesitaban personal allí, con lo cual dijiste que podrías persuadir a la jefa para que me ofreciese un puesto de trabajo. Estoy seguro de que me brillaron los ojos en algún momento de aquella conversación. Acepté encantado.

De todas formas, según la jefa (aunque no sé si era verdad) dijo que me veía buen partido para el trabajo. Sinceramente, ni siquiera yo tenía esa idea de mí.

Muchas gracias, Piper; te debo una.

N/A: ¡Hola! Muchas gracias a todos los que se han ido sumando. ♡