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Te llamabas Piper.

Piper Wells.

Era viernes, viniste cansada y con más ojeras de las normales. Ese día sí que te pregunté tu nombre, y respondiste con gusto. Resultó que te habías peleado con tu mellizo, que habías dormido mal por ello; tu mellizo era el de aquella vez...El chico que se parecía mucho a ti, se llamaba Connor.

Me explicaste que tenía novia, y que él no quería que la conocieses. Te molestó, se notaba.

-Ese idiota es con el que he compartido útero-dijiste bebiéndote un trago de Coca Cola-. ¿Y no me dice que tiene novia?-reprochaste con sarcasmo.

-Tranquila-te dije con esperanza de que te relajases-, son cosas que pasan-dije alzando mis hombros-. Mi hermana pequeña tiene novio desde hace poco, y no me lo quiere presentar.

-Bueno-dijiste-, gracias, Sammy. ¿Te importa que te llame así?-negué repetidas veces-Pues hasta mañana-dijiste sonriéndome y saliste de la estancia.

Una Coca Cola para enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora