"Te conocí por casualidad, estabas tomando una Coca Cola"
Él era el barman de un establecimiento más bien humilde, un sitio corriente en el que se servían bebidas de todo tipo.
Ella era su cliente habitual...Y siempre pedía lo mismo: una Coca Cola...
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¿Dónde estás? Me pregunté al levantarme y no verte a mi lado. ¿Te has ido? ¿Por qué no estás?
Habíamos estado en tu casa haciendo lo usual, cenando, viendo un poco la televisión, etcétera. Terminé muy cansado y me dormí a tu lado, sintiéndote cerca de mí. Ése sábado era el dieciocho de junio; el siguiente día era un día importante, pero con mi cansancio, no recordé el motivo.
Me desperté viendo que las persianas estaban bajadas, me hice daño al darme con tu cómoda. Mi pie se hizo daño, para ser exactos.
Llegué al baño y me puse la camiseta después de lavarme la cara y los dientes, eran las once de la mañana; me resultó raro que tú no estuvieses y yo en cambio sí. Ese diecinueve de junio me encontraba excesivamente enérgico, ¿cuál era la fecha tan importante que había pasado de largo por mi cabeza?
Abrí la puerta y toda tu piso estaba oscuro; ¿qué había pasado? Estábamos en junio de 2039, al menos un poco de luz tendría que entrar, ¿no? Atravesé el pasillo y llegué hasta el salón.
—¿Hola?—pregunté dudoso y de repente, mi corazón dio un vuelco.
—¡Felicidades, Sammuel!—exclamaron saliendo mi familia y mis amigos.
No me lo podía creer. ¿Cómo se me había podido olvidar mi vigésimo primero cumpleaños?
