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#ElFinalSeAcercaYNoQuieroQueMeMatéis
#17EnHistoriaCortaDeNuevo
#LasCocaColasSeAcaban
#LeedLaNota

Piper

Aún me acuerdo del día en el que conocí a Sam. El amor de mi vida, sin duda alguna.

Un día cualquiera; en el que, por mera casualidad, fui a celebrar el cumpleaños de una compañera de la universidad. No tenía pensado en ir; pero ella me dijo que sería una buena idea despejarse de los exámenes, y celebrar su cumpleaños sería la excusa perfecta para que ello.

—Qué bien que hayas venido—dijo una de mis compañeras y la sonreí—. Oye—dijo pícara dándome un codazo cómplice—, soy yo o ese chico te está mirando mucho. Es lindo.

Reí un par de segundos. —Pero qué cosas decís—dije después de reírme—. Ya sabéis que estoy con él—me refería a Roy, la verdad es que nunca pensé que me fallaría de esa manera—. Es verdad—dije observándole—, es lindo.

Estaba mirando hacia donde estaba Sam. Vi a un chico pelinegro que bajó la mirada; pero aún así, se notó que había sonreído de lado. Las palabras de mi compañera rondaron por mi mente varios minutos; y cuando ellas se disponían a irse, me quedé un rato más, terminándome la Coca Cola que había pedido. No era cierto lo que me habían dicho mis compañeras, o por lo menos eso parecía; porque más bien, la que lo observaba cautelosamente, era yo.

Sólo tomaba Coca Cola cuando salía a otros sitios; no solía tomarla regularmente en casa. El bar en el que me encontré con él, no era precisamente el más agradable; Sam era muy amable con todos los clientes. Me pareció un chico un poco tímido y a la vez un poco inseguro de si mismo; de esa clase de personas que son fantásticas pero ni ellas mismas lo saben...Pues así era Sam; no me equivoqué en eso, ¿cómo lo deduje? Su forma de actuar cada vez que se acercaba a alguien; de su mirada nerviosa al atender a la gente, pero aún así, muy educada; parecía también un poco torpe, y pensé que sería muy buen amigo. Pero no fuimos sólo amigos.

Empecé a frecuentar en aquel bar porque me resultaba muy agradable despejarme por las tardes, y además, cerca de mi piso. Era un buen sitio para leer y relajarse. Sinceramente, sólo bebía Coca Cola en ese sitio; y pretendía dejarlo, porque sabía que no me hacía bien. Comencé a hablar con Sam; era de las personas más agradables que había conocido, y tenía más cosas en común con él de las que me habría imaginado...Terminé dejando la Coca Cola, pero de todas formas, seguiría yendo, aunque fuese tan solo para seguir disfrutando de la maravillosa compañía de Sam.

Él siempre me apoyó; cuando estuve mal, nunca se fue; se ganó toda mi confianza, cosa que siempre había sido muy difícil. Me había demostrado que era una persona extraordinaria y que merecía la pena ser conocida. No sabía bien si estaba confundiendo amistad y amor; y eso me hizo aterrarme. Y me alejé, estúpidamente, pero lo hice...

El día de nochebuena en el que todo cambió, no sabía qué hacer. Estaba perdida, y hacía mucho frío. Me pregunté a dónde podría ir. Si iba con mi familia; me acosarían a preguntas, y lo único que quería era aclararme y dejar de pensar en aquello. Fui a la cafetería en la que Sam había empezado a trabajar.

Él me dio todo su apoyo, aún sabiendo que yo me había alejado. Me sentí realmente mal. No debería haberme distanciado, pero por desgracia, siempre hacía eso cuando se trataba de mis problemas. Sam era un amor de persona; y yo pensé que no le llegaba ni a la suela del zapato. Pero era cierto que desde semanas antes, había estado organizando un regalo para él; Sam siempre estaba dando la mejor parte de sí mismo, y se merecía con creces que los demás hiciesen lo mismo.

Me pilló totalmente desprevenida aquel beso. Me confundió demasiado, aunque ya estaba confundida de por sí. Ese fue el inicio de algo. Cada vez me ilusionaba más cuando llegaban las tardes. Eran una buena excusa para ir allí a pasar el rato con él. Fueron pasando los meses; y terminé teniendo una relación amorosa con Sam, la verdad es que no sé qué pensaría él, pero los días se me hacían menos pesados con él cerca. Estaba muy feliz con él.

Nos casamos...Y estuvimos casi toda la vida juntos. Hicimos todo lo que en una infancia habíamos soñado, obviamente, todo aquello alcanzable para un abogado y una oncóloga. Formamos una familia, y tuvimos a Everly. Estaba muy feliz. Y no dejé de estarlo cuando me diagnosticaron esa enfermedad. Estaba mal, eso no lo podía negar, pero aún así; yo ya había hecho todo lo que había querido hacer en mi vida.

Bueno, todo no...Había hecho todo lo que había querido, había alcanzado metas que nunca pensé que alcanzaría en la infancia, menos una cosa...Ver crecer a Everly, y pasar todo lo que me quedaba de vida con Sam. Y eso era algo que no sabía si podría lograr. Porque si había algo que tenía que valorar, era el tiempo que se me había brindado.

Y aunque estuviese mal, intentaría mantenerme fuerte para ellos. No perdería la esperanza; aunque fuese tan solo para ver a Everly cumplir más años, crecer feliz y hacerme sentir orgullosa, aunque ya lo estaba...O por estar con Sam más tiempo, y enamorarme de él cada día con más fuerza. Sin duda, aprovecharía todo el tiempo que me quedase.

N/A: ¡Hola! Espero que estéis bien ^^. Quería agradeceros a todxs los lectorxs de "Mi amigo el popular" vuestro apoyo, ¡estamos en el #958 de novela juvenil, mil gracias!❤️ ^^ ¡Ya he vuelto! Este capítulo ha sido más largo :D.

Ya casi llegamos a las 15K visitas y 5K votos...¡Estoy muy contenta! Nunca pensé que llegaría tan lejos; y menos, que llegaría tan rápido al ranking (que subiría tan rápido) y que, sobretodo, en menos de un mes ya tendría a tanta gente apoyándome. Os lo agradezco muchísimo; me llena de alegría saber que os gusta lo que escribo; y aunque sea novata; me deis vuestro apoyo, es algo que realmente aprecio. Gracias a todos los que comentáis y votáis; a los que, día a día van añadiéndome a sus listas de lectura, y a los que se van sumando. ¡Os adoro!

Una Coca Cola para enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora