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C A P Í T U L O F I N A L
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Disfrutad de este glorioso (ok no), final. ♥︎
#16EnHC
#ÚltimaCocaCola
#5MilVotos18Klecturas
#UnPocoMásLargoDeLoNormal
#EsperadAlEpílogoYNoMeMatéisPorFavorPoco después de que te hubieses dormido, me dormí también. Pero después te levantaste para ir al baño. Pareció que estabas mejor en aquel momento; incluso me diste un beso en los labios, pero...Sentí que era un beso de despedida. Tu último beso...
Al llegar las tres de la mañana, me levanté por los ruidos que emitías al toser y tú dificultad para respirar. Te habías incorporado y te tapabas la boca con la mano.
—Piper—dije con preocupación, pero seguías tosiendo—, ¿estás bien?
No hubo respuesta, y seguiste tosiendo, pude ver alguna que otra gota de sangre en tus manos y te alcancé un pañuelo. Me preocupé instantáneamente y llamé a la enfermera, la cual corrió a llamar al doctor.
—Lo siento, Sam; no lo estoy—dijiste con dificultad—. Por favor, recuerda que te amo.
Entonces llegó el doctor; Luke, y dio un rápido diagnóstico de tu estado...Tenían que operarte cuanto antes. Luke te había subido ya a una camilla que se podía transportar y había llamado a más gente para que la cogiesen junto a él. Everly se había despertado. Y estaba llorando, como yo. Te estaban transportando hasta la sala de operaciones; y nuestra hija y yo estábamos siguiéndote por el largo pasillo.
—Por favor, Sam—dijiste antes de entrar al quirófano—. Cuida de ella...Y también de ti...Cuídate...Te amo—me dijiste por última vez y miraste a Everly; sonreíste de lado, débilmente, pero fue tu hermosa sonrisa—. Os amo.
Llamé a tus familiares. Todos ellos llegaron rápidamente, todos ellos estaban llorando. Todos esperaban que el siguiente doctor que saliese fuese el que daría las buenas noticias...Pero no llegaron. Nunca llegaron las buenas noticias tan deseadas. Dos horas después, Luke salió de la sala de operaciones. No precisamente con buenas noticias.
—Lo siento mucho, Sam—dijo él—. Piper...Ha fallecido.
Luke me abrazó y le devolví el gesto con lágrimas un mar en mis sueños ojos. Ya no estabas. Al dar la noticia, toda la familia entró en llanto. Everly y yo incluidos. Connor, aún sabiendo que todos estaban tristes, parecía el más afectado de todos...Sin contarnos a mí y a nuestra pequeña. El tiempo pasaba mucho más lento que cuando tú estabas. Todos seguíamos tristes, y ya nos estábamos marchando del hospital. Eran las tres de la tarde. Y no habíamos comido nada.
—¿Por qué ha tenido que irse?—preguntó llorando nuestra hija—. ¿No nos quería?
—Claro que nos quería—dije con calidez, intentando mostrar ánimo—. Y por eso hay que estar fuertes y unidos por ella; ¿o piensas que mamá querría verte tan triste?
—No—seguía sin dejar de llorar, pero dibujó una sonrisa ladeada en su rostro.
—Vamos a ir a un sitio ahora—dije simulando confianza y la llevé al lugar donde nos conocimos; me senté con ella en la barra y pedí una Coca Cola—. ¿Recuerdas cuánto le gustaban?—sonrió—. Por esto conocí yo a mamá...Por una casualidad, y una Coca Cola.
Después de comer algo, ambos seguíamos asimilando tu pérdida. La pequeña Everly lloraba con impotencia y aún así, intentaba estar bien y dejar de llorar sólo por ti. —Cielo—llamé su atención—, ¿quieres ir a tomar un helado?
Asintió con una luz particular en sus ojos pardos, iguales a los tuyos, ese brillo emitía una especie de esperanza...Y, nostalgia a su misma vez. —¿Puede ser de avellana?
—Claro que sí—dije cogiéndola de la mano—, mi niña.
Recuerdo que al tener el helado, Everly y yo nos sentamos en el mismo banco de aquel día de noviembre. Y recordamos ese día, pero esa vez; echando en falta algo que nunca podríamos recuperar. Al terminarse su helado, me miró fijamente y dijo...
—La echo de menos—dijo al borde de las lagrimas, su labio tembló un instante y entonces, las lágrimas aparecieron—. No le pude decir que la quería...
—Yo también la echo de menos—dije con una lágrima resbalándose por mi mejilla—. Pero, ¿sabes qué? Ella lo sabe, mi vida—dije—. Sabe que ambos la amamos. Y que la echamos de menos.
Abracé a la pequeña y ella lloró junto a mí; en mi abrigo caían las lágrimas de ambos. Llorando por tu pérdida. La tristeza nos invadía y hacia que no pudiésemos apreciar todo el tiempo en el que habíamos estado contigo. Pero, compréndenos; te habíamos perdido, y eras un pedazo de nuestro ser, y de nuestro corazón.
Puede que te conociese por casualidad, tomándote aquella Coca Cola...Es posible que fuesen pequeñas casualidades compartir gustos similares...Pero lo que no fue casualidad...Es que compartiremos casi toda una vida juntos. Siempre serías la casualidad más bonita que me habría pasado.
Al llegar a casa, derrotado y sin una parte de mi ser (que tú te habías llevado contigo); dejé a nuestra pequeña, que se había quedado dormida, en la cama. Lo triste es, que cuando se quedó dormida, pude ver que tenía el recorrido de lo que habría denominado, un océano de lágrimas por sus mejillas...Se me partió el corazón al darme cuenta de que ya no estabas, y al ver a nuestra pequeña tan mal.
Me senté en mesa del comedor y estuve viendo fotos...Incómodo, me fui a la pequeña terraza y estuve observando las estrellas...Eran tan hermosas...Pero no tanto como vosotras...Te echaba de menos, te necesitaba, y aunque hubiésemos pasado casi toda una vida juntos, te echaría en falta siempre.
Miré por un instante hacia la cocina, me dirigí a ésta y en la encimera, se encontraba una botella. Una botella vacía, el vidrio verdoso tenía un brillo particular por la peculiaridad de la luz que producían las luces de la estancia.
Pero no era cualquier botella. Me imagino, que aunque ya no estuvieses presente, habrías intuido lo que era. Sí. Una botella de Coca Cola. Una botella de Coca Cola como las hacían antes, como con la que te conocí.
En ese instante, lo recordé todo...Los cinco meses en los que parecías recuperarte, cinco meses en los que cada día me esperanzaba más...Los cuarto días que lo cambiaron todo, simplemente, los peores cuarto días de mi vida; cuatro días para intentar recobrar la esperanza que había tenido en aquellos meses anteriores.
Esos tres helados que nos comimos aquel catorce de noviembre, tres helados para intentar volver a sonreír como lo habíamos hecho siempre...Tú y yo, dos personas que la muerte separó; pero que aún así; se amaron mutuamente.
Una vida juntos, una ramita de muérdago para dar el primer paso...Pero sobre todo...Una Coca Cola para enamorar.
❝*⁎·.FIN.·⁎*❞
¡Hemos subido mil lecturas! Voy a dedicar este último capítulo a todos esos nuevos lectores que se han ido uniendo, los que me han animado a mejorar y a toda la gente que está desde un inicio, porque nada habría sido posible sin vosotros. Y ahora, me toca decir adiós y...Esconderme.
*se esconde para que no la maten*
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Una Coca Cola para enamorar
Short Story"Te conocí por casualidad, estabas tomando una Coca Cola" Él era el barman de un establecimiento más bien humilde, un sitio corriente en el que se servían bebidas de todo tipo. Ella era su cliente habitual...Y siempre pedía lo mismo: una Coca Cola...