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Llevabas un tiempo sin venir...Para ser exactos, llevabas desde aquel día en el que me lo contaste todo...Séase casi una semana.

Estaba terminando mi turno, y Juliet se había quedado conmigo; había veces en las que estaba y otras en las que no...Como la dueña tenía más empleados, estaba todo el día trabajando y tenía una familia con la que estar con prioridad; me dejaba las llaves para que cerrase a las diez de la noche.

Habían dos personas en la cafetería, uno estaba somnoliento y se tomaba un café qué haría su efecto; y una mujer que estaba cansada y sentada en el taburete de la barra mirando hacia la calle, la que estaba completamente nevada.

Y esas dos personas éramos Juliet y yo.

Se acercó a mí. —¿Relación amorosa fallida?—interrogó y asentí—. La usual de la mesa dos que ya no viene, ¿verdad?—murmuré un «sí»—. Quedan veinte minutos para cerrar—dijo sacando unas cervezas—. Conversemos.

Choqué mi cerveza con la suya y pegué un trago. Estuvimos hablando todo lo que nos quedaba de turno. Teníamos cosas en común, y Juliet era muy agradable.

¿Te acuerdas de Juliet, no? La que nos atendió la primera vez que estuvimos en aquella cafetería. Esa chica de piel morena y con pelo castaño, bastante largo y rizado.

Ebrio no estaba; sólo bebí media cerveza de la que me dio mi compañera...Quería olvidarme de todo...Pero no podía.

Una Coca Cola para enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora