El jueves me encontraba mucho mejor, fui a trabajar y a la universidad con tranquilidad. Seguía moqueando, pero ya no estaba tan mal como el martes o el miércoles. Mi jefe me dijo que le daba igual, que necesitaba que estuviese al cien por ciento todos los días, pero estaba constipado, ¿quién quiere que le eche mis gérmenes en sus cafés cada vez que estornudo?
Seguía sin saber tu nombre...Llegaste con tu libro y a tu hora habitual; pensé que venías a aquel bar para relajarte, leer y beber tu ansiada Coca Cola, supuse que tu vida sería ajetreada y tendrías poco tiempo libre.
Te dirigiste a mí y me preguntaste que qué me había pasado; dijiste que estabas preocupada porque no estuve esos días.
Dijiste también que te gustaba mi compañía.
Estoy seguro de que me puse rojo como un tomate de pies a cabeza. Me alegraste el día. Te dije que estaba bien y que no te preocupases. Pero en el fondo; me gustaba la sensación de que alguien como tú se preocupase por mí.
Me alegró saber, que no sólo mi madre y mi hermana se preocupaban por mi bienestar.
Estaba tan despistado que se me olvidó preguntarte tu nombre. A parte de que mi jefe vino a donde estábamos y me dijo «¡Sammuel Montgomery! ¿Qué haces holgazaneando? ¡A tu puesto ya!» entre otras partes del sermón del empleado.
Cuando se fue a comprar suministros, nos estuvimos riendo a carcajadas de sus expresiones faciales y la voz de mi jefe. Fue muy divertido estar contigo riéndonos.
Me fijé en tu sonrisa. «No me mires así-dijiste tímidamente-, llevé braquets varios años, y creo que tengo los dientes mal-reíste-; me parecen raros...»
A mí me parecían adorables.
Eran algo especial en ti; nadie es perfecto, pero me gustaban a lo que llamabas tus "imperfecciones".
La belleza es algo subjetivo, y a mí en concreto, tú me parecías bella, y no sólo superficialmente.
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Una Coca Cola para enamorar
Short Story"Te conocí por casualidad, estabas tomando una Coca Cola" Él era el barman de un establecimiento más bien humilde, un sitio corriente en el que se servían bebidas de todo tipo. Ella era su cliente habitual...Y siempre pedía lo mismo: una Coca Cola...