N/A: Al final; estabais indecisos entre la A y la C; así que escogí la A, pero también está un poco incluida la C. Aquí Piper os va a contar lo que sintió el día que Roy le pidió matrimonio y cuando se enteró de su aventura; también nos dirá un poco de lo que piensa de nuestro Sammy. Vamos, que están en la fecha de nochebuena, en casa de Sam (jeje).
En el instante que Roy me pidió en matrimonio me cuestioné todos mis actos pasados. Me pregunté si realmente le quería; pero hay veces en las que la cabeza tiende a fijarse en todo lo bueno; en esa situación me pasó aquello, intentando decidir qué debía hacer aunque sólo fuese viendo el lado positivo...
Y ahí fue donde se encontró mi error; pues como ya sabéis, Roy con toda la desfachatez del mundo, me estaba engañando y me pidió matrimonio de todos modos. Ahí fue donde me di cuenta de que ver siempre el lado positivo causaba factura. Me hacía sentir feliz, confiaba en él, confíe en todo lo que me dijo y nunca se me pasó por la cabeza que sería tan hipócrita.
Todos me habían fallado menos Roy, mi familia y Sam...Sólo mi familia y Sam, entonces...Sam...Era de las mejores personas que habían pasado por mi vida. No os mentiré, en el fondo creo que sabía que me gustaba Sam; pero también, ¿cómo no iba a gustarme? Era amable, simpático y humilde, algo que apreciaba realmente en él. Pero fui un poco incoherente en alejarme de él y su compañía...Pero comprendedme, ¿quién no estaría indeciso?
A parte de tener miedo a hacer una de las cosas que me solían pasar. Séase hacer algo para cagarla, que siempre me pasaba algo bueno o que mereciese la pena; no sé cómo lo hacía, pero siempre hería a las personas que más quería, o bien, me herían ellas a mí.
Y no quería herir a Sam.
Porque pensé que si estaba con él me estaría engañando y también hiriéndole, pero creo que le hice más daño al mantenerme alejada; aún sabiendo que yo quería tener su compañía.
No sé cuándo ni a qué motivo se debió, pero Sam me gustaba...Su compañía de por si me tranquilizaba y me hacía sentir segura, una sensación que no solía tener; de alguna manera, me completaba un hueco que ni siquiera yo misma sabía que tenía.
La cuestión es que no sabía si sólo era un sentimiento propio, si él sentía lo mismo; o si me había enviado indirectas que no había logrado entender. Para las indirectas, como buena Wells Robins, era malísima.
Aquel día, cuando llevaba a mi sobrina Vee a pasear al parque nos encontramos a un Papá Noel en la calle; la pequeña tiró de mi brazo y se subió en el regazo de aquel hombre disfrazado. Era una escena entrañable, no sé por qué, ese hombre se me pareció algo a Sam; sólo le vi los ojos, aquellos hermosos ojos como el cielo. Pensé que estaba volviéndome un poco loca.
¿En serio, Piper?—dije en mi cabeza—. ¿Ves a ese Papá Noel parecido con Sam?; lo tuyo ya es paranoia.
La pequeña Vee me dijo que Papá Noel le caía muy bien y que tenía algo para mí; en realidad, eso no lo logré entender. Estar con la hija de mi hermano Adam era muy agradable; a diferencia de su otra hija, u otra sobrinas que ya eran casi adolescentes, y había veces en las que, como buenas pre-adolescentes, eran un poco difíciles de llevar.
Un perfecto resumen de lo último que me había pasado ese mes, era que creía que me gustaba Sam y tenía un poco de miedo de hacerme a la idea de otra posible ruptura de corazón...Que igual que un plato que tiras al suelo y se rompe en pedazos; por mucho que le pidas perdón, no puede volver a estar en el mismo estado que antes.
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Una Coca Cola para enamorar
Короткий рассказ"Te conocí por casualidad, estabas tomando una Coca Cola" Él era el barman de un establecimiento más bien humilde, un sitio corriente en el que se servían bebidas de todo tipo. Ella era su cliente habitual...Y siempre pedía lo mismo: una Coca Cola...