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Me lo explicaste todo. Lo que te hizo Roy fue una gran faena, por no decir una palabra malsonante.

Ibas a ir con él a casa de tu tía Megan para celebrar Navidad. Como tu hermano Adam te había pedido que te quedases con la pequeña Vee; le dijiste que no irías a su casa hasta tarde. Pero al final Vee se fue con tu hermano Connor un poco antes por hacerte un favor para que pudieses ver a tu prometido; más bien ex-prometido.

Debió de ser una gran decepción que tu hermano te hiciese el favor; y luego ir a la casa de Roy y pillarle infraganti enrollándose con una mujer. No sólo enrollándose, sino darte cuenta de que esa mujer era la aventura de tu futuro marido y que te habían engañado mucho tiempo.

—Creo que estaba con él porque era el único que nunca me había fallado—dijiste ya sin tantas lágrimas—, todos me han fallado alguna vez, excepto mi familia y aquel chico...Ahora eres el único que nunca me ha fallado...¿Y ahora qué hago?

Me habías incluido en las personas que no te habían fallado...Te sonreí. Te pregunté cómo de lejos quedaba la casa de tu tía; era bastante lejos, y la tuya estaba también alejada de aquella cafetería. Y estaba nevando cada vez con más fuerza, lo más seguro sería o llevarte a mi casa, o llevarte a mí celebración de Navidad con mi familia.

—Tengo que cerrar—dije—. No puedes irte hasta la casa de tu tía—añadí—. Está muy lejos...Ven conmigo.

Una Coca Cola para enamorarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora