—Perdóname por eso, por favor—cerraste la puerta con los ojos llorosos y con Vee a tu lado—, ¡Piper!—golpeé la puerta—. Ábreme, Piper...Hazme el favor de abrirme...No es lo que piensas...—Por favor, Sam—dijiste al otro lado de la puerta—. Vete.
La había fastidiado a base de bien. Me acuerdo bastante bien lo que pasó.
Unas semanas antes, me habías dicho que querías que fuese a una exposición que tú ibas a presentar; estabas muy ilusionada y además querías que fuese todo perfecto, como solías ponerte nerviosa con mucho público, me dijiste que si yo iba, probablemente estarías más tranquila por tenerme cerca.
Te prometí que iría...Pero la fastidié, y me quedé dormido...Era una exposición por la noche, no muy tarde; pero ese día estaba cansado y me fui a dormir para estar más despejado más tarde; y terminé quedándome dormido. Al darme cuenta, fui corriendo al lugar donde estabas; estabas sentada en la entrada y el evento ya había acabado. No mirabas a nada en concreto, me disculpé, dijiste que no pasaba nada; que no me preocupase y que de todas formas, no había ido tan mal.
Pero yo me sentía mal por no haber estado. Pero nuestra pelea no vino por aquel motivo; sino por otro. Días más tarde, fuimos a un restaurante a cenar, fuiste un momento al servicio y mientras que te esperaba; una camarera se acercó a mí y me intentó coquetear, cosa de la que no me percaté hasta días más tarde; al llegar tú, ella seguía intentando hablarme mientras la ignoraba. La fulminaste con la mirada y ella se fue sin dejar de mirarme. Seguimos cenando con tranquilidad, y charlando como si esa chica no hubiese aparecido.
Al día siguiente, después de la universidad fuimos a la biblioteca a estudiar juntos; aunque yo no entendía ni la mitad de tus apuntes, seguíamos cada uno con lo nuestro, pero estábamos juntos.
Un par de días más tarde, mientras estaba en la calle, la camarera de varios días anteriores se me acercó. Me dijo que le había caído bien y que quería saber más de mí; sinceramente, no pensé que fuese en sentido de insinuación. Le dije que el siguiente día tenía un cuarto de hora, y que sí quería charlar de forma amistosa, me parecía bien. Ese cuarto de hora en el que tú estarías en la biblioteca con tu sobrina...Después de ese cuarto de hora, nos veríamos en el parque.
Pero la chica, que por lo visto se llamaba Haley, no quería hablar precisamente de forma amistosa; me di cuenta de aquello cuando llegó y se sentó muy cerca de mí, en un banco del parque. Lo primero que le dije era que tenía novia, cosa que ignoró. Cuando tú llegaste ella me besó, yo me separé lo más rápido que pude, pero ya era tarde.
Te fuiste con Vee de tu mano, no me había dado cuenta de que estabas llorando hasta que te vi en el apartamento. Te seguí hasta tu apartamento y te dije que lo sentía, que no era lo que creías.
—Claro, Sam—dijiste—. Vale que no pudieses venir a mi exposición, no me importa que no pudieses venir el otro día a cenar, no le doy importancia a esa vez en la que íbamos a quedar y no pudiste venir...¡Pero estabas besándote con esa chica! La del restaurante—dijiste con desilusión—, la que dijiste explícitamente que no te interesaba porque estabas conmigo. Si no te interesaba, ¿qué narices hacías besándote con ella?
—Esto es un malentendido...
—Siempre me pasa esto—dijiste entrando a tu casa—, siempre que hay algo bueno; se acaba...
Y aquí es donde llegamos a la situación del principio. Cuando me cerraste la puerta, y me quedé esperando a que algo pasase. Eso era lo que había pasado. Y así fue como perdí a una de las personas más importantes de mi vida.
N/A: ¡#29 en historia corta!
Descubrí que tengo una baraja de cartas de Coca Cola 😂. No pude contenerme, hice una foto.
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Una Coca Cola para enamorar
Short Story"Te conocí por casualidad, estabas tomando una Coca Cola" Él era el barman de un establecimiento más bien humilde, un sitio corriente en el que se servían bebidas de todo tipo. Ella era su cliente habitual...Y siempre pedía lo mismo: una Coca Cola...