Capítulo 21

7.6K 393 3
                                    


Kenya

¿Qué fue lo que he dicho antes? Que tarde o temprano acabaría atada en mi cama con unas esposas.

¡Error!

Bueno eso te lo contaré más tarde. La cosa es que, desde esa mirada asquerosa y repugnante que me ha dado Kevin, no he podido dormir y he tenido insomnio toda la noche.

Genial, ahora va a matarme de verdad, luego me tirará por una cuneta y seré devorada por gusanos y bichos de los cuales me dan terror. No soy muy amante de rezar ni de ir a la iglesia, pero me he buscado el Avemaría, el Padrenuestro y el Jesusito de mi vida en internet y he rezado. Pero es que ni así he dormido.

Desde anoche, todas las ventanas están cerradas con seguros. Me he tomado la molestia de comprar una alarma especial por todas las puertas y tengo la pistola de mi padre debajo del colchón por si la necesito usar. Nunca se sabe.

También me he tomado como dos pastillas para dormir, pero tampoco ha funcionado.

Resumiendo, que tengo que resguardar mis espaldas día y noche, y hasta en mi casa tampoco estoy segura. Pero lo que más miedo me da no es lo que Kevin pueda hacerme, sino el hecho de que no se lo he dicho a Dylan.

— Bueno, ¿piensas explicarnos así o buscamos otra manera? — Pregunta Kelly abriendo y cerrando las tijeras que tiene en las manos.

— Y ¿qué me haréis si no cuento nada? — Pregunto cansada en la cama.

— Primero te haremos cosquillas hasta que quieras morirte. — Dice Kayla.

— Y luego contaremos tu cuidado, suave y avellanoso pelo. — Acaba Kelly.

— Malditas psicópatas. — Susurro.

— ¿Cuando pasó? — Kells se sienta en una silla a mi lado, y Kayla imita sus movimientos al otro lado.

— Cuéntalo todo o morirás entre terrible sufrimiento. — Kayla esboza una larga y siniestra sonrisa sacando la actriz que lleva dentro.

— De acuerdo, pero soltadme. — Bufo cansada y me quejo. Se miran y alzan las dos los hombros. Se acercan cada una a cada lado y me sueltan de las esposas.

— Por cierto, ¿dónde diablos habéis comprado esas esposas? — Pregunto. No venden esposas en todos partes.

— Un amigo, de otro amigo, del otro mejor amigo del padre de Kelly, es policía. Y pues Kelly tiene un montón de estas en su casa. — Habla Kayla gesticulando. No me digas que sus padres hacen Las cincuenta sombras de Grey...

— Kells, creo que a tus padres le va lo sádico. — Hablo, tengo una mueca de horror plasmada y pegada con pegamento de pegar zapatos en la cara. Kelly levanta los hombros y ríe.

(...)

— Entonces, ¡Estáis juntos! ¡no me lo puedo creer! — Kayla me estira la cara por los mofletes contenta.

— Oh Dios mío ¡gracias! ¡pensé que nunca llegaría este día! — Grita abrazándome como si no hubiese un mañana.

— No festejes tanto Kells, recuerda que Kevin ha vuelto. Y tenemos que prepararnos. — Kelly se separa de mí, puedo ver la preocupación en su rostro.

— No entiendo logro entenderlo, ¿cómo lo han dejado salir? ¡pero si está totalmente fuera de sí! — Suelto un deje de frustración y Kelly me lanza una almohada a la cabeza. La coleta se me desace y muerdo mi labio inferior. Todo esto me está empezando a dar mucha grima y dolor de cabeza.

MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora