Capítulo uno

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Kenya

—¡Vamos!—Dice mi mejor amiga Kayla muy entusiasmada con bajar a la playa. Mi nombre es Kenya West, tengo un hermano menor que se llama Sean de catorce años y yo tengo diecisiete, mis padres trabajan la parte del año fuera ya que tienen una empresa de narcóticos. Tengo dos mejores amigas llamadas Kelly y Kayla que están locas. Ayer me trajeron a esta mansión de verano de la playa de los padres de Kayla, ella es la más loca de las tres, es pelinegra, ojos azules, delgada, alta y la más pesada también. Ama cantar, los helados, la moda, los chicos, las fiestas y se me olvida algo. A sí, y la mayonesa. Somos mejores amigas desde el jardín de infancia.

Después está Kelly.

A Kelly la conocimos a los trece años, pero es como si la conociéramos desde siempre, le encanta patinar, la playa y la piscina, la Nutella, dormir y cantar. Es rubia no muy oxigenada, pero es rubia, ojos verdes oscuros y con un bello cuerpo. Es la más tímida de las tres. Y yo soy más de leer libros, helados, no salir los días que llueve, dormir y mis estudios. Pero amo hacer la loca con ellas. Y aquí estoy, poniéndome el bikini que me regaló Kayla por mi cumpleaños.

Entran las dos a la habitación listas.

—Venga Kenny que me hago abuela.—Dicen las dos a unísono.—.Ya voy par de lunáticas.—Digo riendo. Cuando estoy lista bajamos todas a la playa que justamente tenemos enfrente de la casa de los padres de Kayla. Colocamos nuestras toallas y los bolsos de playa y nos sentamos las tres a ponernos la crema solar.

—Hoy no hay tanta gente como ayer.—Dice la rubia triste mirando a todos lados de la playa.—.Pues ya ves, no hay tíos buenos.—Kayla se hace hace la enfadada, mientras que las dos nos carcajeamos de su comentario.

—Chicas estáis locas de remate, ¿quién necesita a un chico?—Digo negando con la cabeza.—.Yo—Dicen las dos al unísono riendo y mirándome fijamente.

—Pues que gran pérdida de tiempo, lo mejor está en estudiar estos meses que nos quedan en la cárcel de instituto que tenemos.—Digo con el fin de que se callaran con el tema de los chicos, sólo que ellas me devolvuelven una mirada pícara.—.Sois unas locas, no me miréis así.—Digo girándome boca abajo para dejar de presenciar las respuestas ''Sobre el género masculino'' que no quiero escuchar.

1 hora después.

Estaba intentando pegar una cabezadita mientras tomaba el sano sol, hasta que las locas de mis amigas empezaron a incordiar.

—Vamos Kenny.—Dice Kelly moviéndome.—.No —Digo cortante. Entonces empieza una guerra contra mí.

—Kenny vamos, vamos Kenny, levanta vaga, vamos, vamos, vamos, vamos venga.—Dicen y repiten las dos.

Coño, coño, coño, coño, coño, coño, ¡Coño!

—No, No, No, No, No,No ¡No!— Me enfado de una buena vez.—.Id vosotras, que yo me quedo vigilando que no nos roben las toallas.—Digo para que me dejen en paz.

—¡Vale!—Dicen las dos sonrientes. Me doy la vuelta, me coloco mis gafas de sol y veo como se levantan las dos plastas y corren quejándose de la arena que quema hacia el mar.

Exasperantes, si, son muy exasperantes.

—Hey, Hola.—Oigo una voz masculina, y luego un chico acercarse a mí. ¡¿Es que no voy a poder dormir sin que no me molesten?! por lo que veo es un no. No me quito las gafas pero si que me siento más decente al ver que un chico con ojos verdes y pelo castaño estaba en frente mía.—¿Qué quieres?—Espeto con exasperación. Me están tocando los genitales.

—Quiero decirte que mi amigo,— Me señala con el dedo a un chico tatuado de pies a cabeza de al fondo con otro chico rubio—. quiere tu número.—Dice él.

MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora