Me deposita sobre su cama, y trepa por la cama hasta posicionarse encima de mí sin apoyarse. Ardo cuando sus manos obligan a las mías a mantenerse sobre mi cabeza inmovilizándome. Besa mis labios de pasada y baja por mi cuello, desciende hasta mis pechos y se detiene ahí. Se levanta de repente de la cama y camina hacia un armario que está al lado de la puerta. Abre un cajón corredero y saca una corbata gris. Frunzo el ceño desorientada y sorprendida le pregunto.
-¿Para qué vas a usar...?
-Confía en mí-Un poco nerviosa asiento y sigo igual como él me había dejado. Dylan se acerca a mí como un animal divisando a su presa y me pide que le dé mis manos. Obediente sin entender muy bien obedezco, y el delicadamente atrapa mis manos con la suave corbata de seda inmovilizándome. Cuando ha acabado de atar mis manos, me empuja hacia atrás y entrelaza la corbata al cabezal. Sorprendida y un poco divertida por la escena me quedo inmóvil. Dylan se acerca a mí y besa mis labios, saboreándolos. Cuando voy a seguir esta vez yo se echa hacia atrás ladeando una sonrisa divertida ganándose un gruñido de mi parte. Bajo mi atenta mirada besa mi vientre estremeciéndome ante su tacto. Separa mis piernas peligrosamente y se adentra en ellas, se inclina hacia mi cuerpo lleno de deseo, besa un costado de mi vientre y yo me retuerzo del placer.
Dylan me observa satisfecho y para aumentar el ambiente baja los besos hasta llegar a debajo de mi obligo, demasiado a unos centímetros de mi vientre bajo. Suelto un jadeo lleno de impaciencia. El ruso sube hacia mi y me besa con fiereza y con necesidad, que me tenga inmóvil solo sube más mis ganas de sentirlo dentro de mi. Vuelve a bajar a mi vientre y me muerde, delicadamente mientras que su otra mano se cuela por mi sujetador apretando mi pezón provocándome un gemido que consigo ahogar en mi garganta. Sube a mis pechos, desabrocha el sujetador y lo manda al otro lado de la habitación.
Lame de la manera más sensual posible el pezón que anteriormente apretó y al acabar lo besa para apretar el otro haciendo que me muerda el labio inferior. Baja la mano por mi cuerpo despacio, acercándose hacia esa zona que no deja de palpitar, palpitar de deseo por él. Su mano se cuela por el panty y pasa su mano por mi sin introducir ningún dedo, sólo acariciándolo.
-Kenya, ¿cómo puedes estar tan lista ya?-Su voz sale ronca de sus labios y estimula más mi zona íntima. Me besa, lentamente introduciendo su lengua y sin esperarlo, introduce un dedo suyo dentro de mí y suelto un gemido bajo en su boca antes de separarnos. Introduce de nuevo un dedo moviéndolo hacia él y así. Se siente un poco incómodo al principio, después de unos minutos masajeándome en la zona mientras me besa y me recuerda lo bien que lo estoy haciendo siento que goteo. Gimo cuando saca su índice para desabrocharse su pantalón y el bóxer, quedando completamente desnudo.
Mis ojos viajan hacia su miembro completamente erecto e instintivamente trago duro. Dios, que monstruosidad, dudo que eso quepa dentro de mi. Dylan camina hacia el otro lado de la cama y abre el primer cajón de la mesita auxiliar sacando un sobrecito azul. Con las manos abre el sobre y saca lo que parece ser un preservativo.
No despego la mirada de la suya impaciente y jadeante. No puedo negar que su miembro me dé un poco de miedo porque es inmensa. De un movimiento se coloca el condón en su miembro y se acerca a mí de nuevo. Siento calor al instante cuando sus manos grandes y ásperas desabrochan la corbata del cabezal y después de mis manos. Sonríe cálidamente y se inclina a mí para morderme el labio y empujarme hacia él. Cuando me voy a levantar para besarle, sus manos atrapan mis glúteos y me alzan en su cintura sintiendo su miembro completamente preparado debajo de mí. De un movimiento imprevisto caemos sobre la cama mientras que comenzamos un beso lleno de pasión, de necesidad y de sentimientos fogosos.
Mi espalda choca con el colchón y quedamos de tal manera que Dylan está en medio de mis piernas hincado pero inclinado hacia mí, con cada mano a cada lado de mi cabeza mientras seguimos besándonos. Cuando me besa, cuando me roza o cuando siento su respiración cerca de mí siento que me tiemblan terriblemente las piernas. Su mano izquierda sujeta mi panty, que segundos después me lo quita y quedamos desnudos completamente. no despego mis ojos de su miembro, no quiero que me duela.
ESTÁS LEYENDO
MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]
Teen Fiction• Primer libro de la Saga Hombres Irresistibles. Simplemente pasó. Cuando lo conocí y observé sus ojos, me di cuenta de que me había conseguido erizar completamente, y de que sería mi perdición. A leguas se veía que era peligroso, pero no pensé que...