Capítulo 9

11.3K 598 13
                                    

Capítulo IX


Kenya

¡Estúpido Colton!

Los chicos son lo peor de lo peor. Desde hoy juro no enamorarme ni salir con ningún chico.

— ¿Estás bien? — Pregunta Kelly mientras asoma la cabeza por la puerta.

— La verdad es que no. — Digo con total sinceridad. Ella al ver mi expresión sale corriendo y grita el nombre de Kayla. A los veinte segundos las dos entran a mi habitación y cierran la puerta para luego sentarse en la cama.

— Dinos ya, ¿Qué es lo que te pasa? — Pregunta Kayla nerviosa.

Jé.

— Chicas, es que creo que soy lesbiana. — Respondo inocentemente esperando la reacción de las dos.

Seguramente te estés preguntando ¿Qué acaba de pasar? Muy simple. Déjame que te lleve al pasado.

Flashback

Salgo del Mercedes cargada de bolsas de la compra hacia la puerta. Al llegar a ella, no se cómo, saco la llave y consigo meterla y girarla hasta abrir la puerta. Doy un paso y en ese momento algo pegajoso cae en mi cabeza, dejándome paralizada.

Levanto mi pobre y ahora manchada cabeza de miel para mirar a los cinco personajes que me miran aguantándose la risa. ¡Hijos de vuestra madre! Los tres chicos no aguantan más y estallan a risas.

Camino firme hasta ellos tres y me paro enfrente de Dylan.

— A ver, ¿De quién ha sido la idea? — Cierro un ojo más rápido que el otro y pongo mis manos en jarra. Blake y Bryan señalan a Dylan.

— Rata malévola. ¡Me pienso vengar! — Respondo mirándolo mal. Los tres ríen y mis amigas también. Me giro lenta y cautelosamente hacia ellas.

— ¿Ahora estáis de su lado? — Señalo a los simios de mi derecha. Ellas no paran de reírse de la broma.

— Lo sentimos Kenny, pero tenías que haberte visto la cara. — Se disculpan las dos riendo. Me enfurezco más.

— Juro por mis bragas que me vengaré, y seré yo la que se ría de vosotros. — Subo a mi habitación. Me quito la ropa y entro en la ducha para quitarme la miel de la cabeza. ¡Ya plantearé una venganza!

Fin del flashback.

Y aún tengo más sorpresitas para ellos. Miro a mis mejores amigas quienes me miran atónitas.

— ¿Qué pasa? ¿tan malo es? — Digo haciendome la enfadada y la incomprendida. Las dos niegan repetidas veces.

— A ver, es que no sé, pero te entendemos, no te enfades. — Se explican las dos. ¡Bien! Mi plan está siendo un éxito.

— ¡¿Y se supone que sois mis mejores amigas?! — Grito, estoy a punto de hacer cómo que lloro. Me levanto y cierro la puerta de un portazo. Bajo aguantando la risa, cuando veo a mi hermano Sean que sube las escaleras, miramos cómplices, él  me ayuda con la pequeña broma para Kayla y Kelly.

Sean

Mi hermana me ha pedido que le ayude a gastarle una broma a las chicas, y yo pues he accedido encantado.

Pongo mi mejor cara de decepción y entro a la habitación donde están las chicas.

— ¡¿Cómo habéis podido no entender a mi hermana?! — Grito enfadado. Ellas me miran apenadas y luego cruzan las miradas para bajar la cabeza.

— Nosotras lo sentimos. — Se disculpa Kayla en nombre de las dos. Sus ojos verdes y su cabello de color carbón conjuntan perfectamente con la falda negra y la blusa blaca. Esa chica está buenísima, y no me juzguen, tengo catorce años y ya saben como uno tiene las hormonas.

— ¡Demasiado tarde! ¡está en mi habitación a punto de tirarse por la ventana! — Exclamo intentando ser lo más creíble posible. Las dos abren la boca paralizadas y luego se miran con aún más culpa. Dios, cuando se enteren de que es una broma...

— ¡¿Cómo?! — Exclaman las dos con semblante preocupado. Apoyado en el marco de la puerta salgo corriendo hacia mi habitación. Ellas también se levantan de la cama. Kelly me agarra de los hombros deteniéndome y me zarandea hacia delante y hacia atrás.

— ¡¿Pero como que se quiere escapar?! — Grita Kelly. Cuando me suelta me apoyo en la pared del pasillo para recomponerme del mareo.

— Lo que vuestros oídos escuchan, ¡Y todo por vuestra culpa! — Me aguanto mucho la risa y exclamo exaltado.

— Kayla, ¡corre! Tenemos que hablar con ella. — Dice Kelly. Kayla asiente y por el brazo Kelly arrastra a la peli negra hasta donde se supone que está Kenya. Ahora es cuando descubren que todo esto es una broma.

Kenya

Estoy en la habitación de mi hermano, hablando con Bruce, un buen amigo. A veces parecemos pareja, las cosas como son. Nos agarramos de la mano, nos damos besos en las mejillas a cada rato y nos abrazamos siempre. El ruido de los zapatos en el suelo de parqué del pasillo me indican que son Kelly y Kayla corriendo hacia aquí.

— Lo sentimos mucho, sólo que el saber que eres lesbiana nos ha dejado un poco sorprendidas. — Habla Kayla. Me subo en la ventana dispuesta a tirarme. Veo hacia abajo encontrándome con la piscina. Bruce grita algo que no llego a comprender.

— ¡Para Kenny! Tienes que explicarme eso. — Grita Bruce. Cuando se gira y ve lo que estoy a punto de hacer me agarra del brazo.

— ¡Esto es totalmente imperdonable! Cuando todos encuentren mi cuerpo aplastado por el suelo decirles que ha sido vuestra culpa por no comprenderme. — Miro hacia abajo y sin pensármelo dos veces me lanzo hacia la piscina. Todo ocurre tan rápido, así que en menos de dos segundos ya estoy en el agua. Los gritos de los tres son tan fuertes que los puedo escuchar bajo del agua. Salgo del agua ya que la ropa que llevo puesta no es para la piscina por lo que se hincha y me obliga a salir. Veo como los cuatro e incluso Sean ya están abajo al lado de la piscina. Sean me ve y se tira a la piscina salpicándome. Me río de la cara de las tres, Beuce parece ya saberlo porque está cruzándose de brazos y con una impecable sonrisa.

— ¡¿Esto era una broma?! — Me mira con los ojos exageradamente abiertos. Me río aún más.

— Eso os pasa por haber sido cómplices de la broma de Dylan. — Dice mi hermano entre risas.

— ¡Tú también! Pues que sepas que tenía pensado darte un beso en la mejilla. Pero acabas de perderlo. — Se hace la enfadada la rubia. La sonrisa con risa incluida de mi hermano desaparece y se cambia por una llena de dolor.

— ¡No! ¡¿por qué vida?! ¡¿por qué me odias tanto?! — Sale de la piscina y en el césped artificial cae de rodillas y levanta los brazos mirando hacia el cielo.

— ¡Pues ahora te fastidias, por cómplice de una broma con tu hermana! — Grita esta vez la peli negra. Río a más no poder.

MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora