Capítulo 37

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Capítulo XXXVII

Kenya

La moto va lo más rápido que puede. Y yo que intento no matarme por lo rápido que voy. La música cada vez se escucha más y el bullicio de las personas también son más audibles.

la carretera está cortada por unas obras que están a medio hacer así que giro a la izquierda tocando rodilla al suelo con la moto. Al final de la carretera está el descampado totalmente repleto de gente.

Hago paso entre la multitud de gente haciendo rugir la moto. La gente me miraba sorprendidos y enfadados pero me daba igual, porque tengo que encontrar a Dylan antes de que se mate por lo borracho que va.

Diviso desde lejos los coches que están a punto de salir. Las banderas de una chica de pelo rubio exageradamente teñido bajan hacia abajo y en un pestañeo veo los coches salir disparados.

Mierda.

Gruño lo más fuerte que puedo y acelero la moto esquivando a las personas. Un señor panzudo con el pelo peinado intenta detenerme y con cara de cabreo se acerca corriendo hacia mi, pero no le da tiempo a pararme y salgo detrás de los coches.

Veo con dificultad el coche blanco de Dylan a lo lejos.

Va el tercero pero ágilmente se posiciona el segundo. En total son cuatro coches demasiado caros para que un joven se lo pueda costear. Un Maserati rojo, un Lamborgini Aventador amarillo que llama mucho mi atención, el Audi R8 de Dylan y un Bugati rojo cereza. Que pedazo de coches, estoy flipando. Ojalá yo pudiese comprarme uno.

El descampado no tenía fin, es decir. Van a salir hacia la autovía y aún queda para ello. La situación es muy estresante, tengo que adelantar a todos esos coches de alta gama con mi moto y no va a ser tarea fácil.

El Maserati no va muy rápido, así que lo esquivo por el lado ganándome un pitido de este. Miro por un segundo al conductor dándome cuanta de que es un hombre. Observo hacia delante y acelero más la moto posicionándome detrás del Aventador. Lo observo detenidamente y luego lo esquivo pasando por su lado y mirando al conductor que era un joven totalmente rubio y posiblemente albino que me mira totalmente sorprendido.

Aprieto los labios con fuerza y giro el manillar derecho hacia delante para alcanzar a Dylan. Iba exactamente detrás de él, toco el claxon del botoncito de mi moto para llamar su atención y me pego a la parte de detrás para que me pudiese ver. Eso lo tuvo que cabrear porque para de frente y casi me lo como. ¡Mierda!

Llegamos a la autovía y él sin esperar absolutamente nada acelera dejándome atrás.

Joder Dylan, que difícil me lo estás poniendo.

Si seguía de esa manera tan embalado se la iba a estampar contra algo. Lamentablemente se acabaron los dos carriles y este tramo es solo un carril.

Como si la vida me fuera en ello, me puse en la zona que no se puede ir y me acerco a su coche con cuidado de no despistarle, pero no ha funcionado y me vuelvo a poner detrás de él. Le animo a parar dándole largas y eso lo único que le provoca es a acelerar más.

Pasamos por un radar antes de un túnel y me doy cuenta de que iba a una velocidad mucho más alta que la que debería haber ido. 

Pues ea, multa que me llega la semana que viene.

Me enfado conmigo misma porque tendría que pagar esa multa. Pero bueno, Dylan es más importante que una simple multa.

Su coche hace zig zags olvidando que estábamos en un espacio cerrado.

No puedo hacer absolutamente nada, porque si al menos pudiera llamarlo le diría cualquier cosa para pararlo. Pero encima de la moto difícil me iba a ser.

Así que hago algo que posiblemente luego voy a lamentar. De un acelerón me pongo delante de él y me pego al morro de su coche haciéndolo frenar de golpe. Él como idiota que es, toca el claxon a todo lo que le da dejándome sorda.

Toco yo también el mío, él en un intento de esquivarme por el lado derecho, yo empiezo a hacer un zigzag para evitarlo. Lo que lo enfada y reduce la velocidad hasta ponerse a un lado del carril de emergencias. Copio lo que hace y paro la moto. Me bajo rápidamente y me quito el casco dejándolo en el depósito. Corro hacia su ventanilla. 

Sus ojos entran en contacto con los míos y más rápido que el diablo, abre la puerta y se abalanza sobre mí abrazándome tan fuerte que a penas me deja respirar. Aunque haciéndome daño en mi cuerpo un tanto fracturado.

— Kenya, ¿Qué coño haces aquí? ¿Estás bien? — Intento no gritarle pero es algo que no puedo evitar.

- ¡¿Que coño haces tú Dylan?! ¡Llevo persiguiéndote desde que empezaste esta mierda de carrera! ¡¿Qué quieres?! ¡¿Matarte?! — Chillo separándome de su abrazo y moviendo los brazos a lo loco.

Lo veo cruzarse de brazos y sacar una sonrisa un tanto burlona

— ¡¿Me estás escuchando?! — Vuelvo a chillar mientras que la sangre me hierve por dentro.

— ¿Te he dicho ya que estás muy sexy con ese mono? — Ruedo los ojos y me doy una hostia mental por preguntarle eso a un borracho.

— Vámonos a casa anda, estás peor que el culo de mi bisabuela. — Hablo agarrando su mano.

Los motores de lo que parecen coches se oyen más cerca de nosotros y el Lamborghini amarillo y el Maserati aparecen en mi campo de visión. Los dos coches de lujo aparcan derrapando al lado nuestra. Del Maserati sale un hombre de piel muy morena y del Aventador sale el chico que asimilaba por ser albino.

— ¡Eh tú! — Exclama el albino acercándose a mí peligrosamente.

— ¡Qué! — Le respondo de igual manera.

— ¡¿Quién coño te crees para meterte en nuestra carrera y joderla?! — Exclama mirándome desde arriba, porque él es más alto que yo.

— ¡¿Es mi novia, tu quién te crees que eres para hablarle así?! — Dylan le propina un bestial puñetazo al albino que lo hace caer al suelo sangrando.

— ¡Dylan larguémonos de aquí! — Le digo antes de que el moreno me agarrase los brazos y y me tapáse la boca con la mano.

Dylan estaba un poco ocupado mirando al albino en el suelo.

— ¡Mhh Dylan! — Grito fuerte justo antes de que me meta en el Lamborghini amarillo.



MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora