MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]

Capítulo 26

Kenya

— Eres un culo muy grande Kenya. — Habla agarrándome de la muñeca izquierda y mientras Kells me agarra de la otra.

— Chicas. Chicas, ¡Chicas! — Me zafo rápidamente de sus agarres.

— ¡Te has echado un novio y ahora nos dejas de lado! — Exclama Kelly levantándose del suelo. Mi boca cae en forma de o.

— Y cuando tú estuviste con ese tal Jonathan ¿No nos dejaste a Kayla y a mi de segundas? — Pongo mis manos en jarra defendiéndome.

— Estamos montando un espectáculo de imbéciles en medio del pasillo. — Hablo señalando a la gente que pasa y nos miran raro.

— Puede, pero que sepas que lo tienes muy merecido. — Habla Kayla esta vez, entonando.

— Vale, ya está bien, vamos a mi casa, y os lo cuento todo. — Respondo cansada, rindiéndome.

(...)

— Y eso es todo. — Concluyo el culebrón. Bueno, mi culebrón.

— ¿Te enseñó a disparar con un arma? — Habla Kells anonadada mientras que a Kayla se le caen las patatas de la boca.

— ¿¡Qué!? — Grita Kayla.

— ¿Os acordáis de que Kevin me está siguiendo? — Pregunto sabiendo la respuesta. Sé que parezco idiota, pero quiero que lo recuerden para que dejen de apalearme.

— Sí. — Responden las dos al mismo tiempo cansadas.

— ¡Que no hagáis eso! Dáis mucha cosa. —

— Bueno, hoy es viernes, así que levanta tu trasero gordo de la silla y vamos a prepararnos. — Habla Kayla, de manera divertida.

— ¿Prepararnos para qué? — Pregunto incrédula. ¿Para qué hay que prepararse?

— Vamos a un sitio muy emocionante. — Exclama Kells emocionada dando saltitos. Vaya, ya tiene que ser muy emocionante.

— ¿Y eso tan emocionante es? — Pregunto subiendo una ceja con sorpresa.

— Va a ser en una discoteca muy moderna y va a ir tu Disc jockey favorito.— Canturrea Kayla. Oh no, ¿¡Martin Garrix está en Nueva York!?

— Oh Señor! Dime que esto no es una broma pesada. — Me giro para verlas a los dos. Martin Garrix es mi novio, solo que él no lo sabe. Verlo ahí poniendo la mejor música electrónica del mundo, bush. Uno de los muchos sueños de mi vida hechos realidad. Kells levanta una ceja y saca de uno de sus bolsillos de su vaquero las tres entradas. Se las arranco de las manos y las miro cual posesa sin poder creérmelo.

— ¡Joder, joder, joder! Que va en serio.  — Digo saltando encima de la cama.

— ¡Pero venga! Tienes que prepararte boba. — Habla Kayla secándome de la cama y obligándome a entrar al baño.

(...)

— ¡No quiero parecer un payaso de circo Kayla! — Le advierto tapándome los ojos.

— Si no te he puesto casi nada, anda abre los ojos y deja el drama. — Me anima.

Con miedo, quito las manos de mi cara.

— Puedes abrirlos. — Me dice. Lentamente los viy abriendo.

¡Oh vaya! ¿Soy esa yo?

— ¡Te lo dije! Estás fabulosa. — Exclama sonriendo.

— ¿¡Cómo es posible!? — Grito sintiéndome guapísima.