Capítulo tres

21.8K 870 22
                                    

Abro los ojos, ¿qué hora es?

Intento levantarme de la cama, pero un brazo fuerte y tatuado me mantiene totalmente quieta y a su merced. Y yo sé de quién son esos brazos. Me giro con cautela y me encuentro la cara de Dylan a mi lado.

¡Santa mierda!

Cojo su brazo que está rodeándome lentamente y lo pongo en la cama, lejos de mi cuerpo. Lucho por no mirarlo dormido. Debo admitir que es un chico mono y sexy.

—Mamá, no te separes—Dice medio dormido como un niño. Me aguanto las ganas de reír y decido hacerle una foto. Esto quedará en mi memoria por mucho tiempo. Al darle al botón del móvil, éste, hace un sonido que hace que Dylan se levante al instante.—. Ups...—Me tapo la boca con la mano derecha al observarlo.

—¿Qué diablos? ¿no me habrás hecho una foto?—Dice serio pero medio dormido. Salgo corriendo hacia el baño. Cierro la puerta cayendo al suelo y pegando mi espalda a ella. Entonces es cuando me puedo permitir risotearme de su cara.—. ¡Ya te pillaré una!—Grita creyendo que logrará una venganza.

¡Já! Nadie tiene el valor suficiente de amenazarme.

(...)

Estamos los seis vestidos en la cocina. Y como no, soy la única que sabe cocinar. ¡Estos milenios no saben ni cocinar! Esa frase la dijo mi abuela que en paz descanse cuando le dije que no sabía cocinar mucho. Antes de ella irse, me dejó un libro escrito por ella explicando cómo hacer cada una de las recetas que ella preparaba.

—Kenya, ¿Qué vas a hacer?—Dice Bryan cogiendo una aspirina para la resaca de la noche anterior.—. Unos super crepes—Digo sonriendo mientras preparo los ingredientes.

¡Crepes! Cuando los hago nadie deja ni una gotita de chocolate en el plato.

—Anda que vaya la resaca de ayer, ¿no?—Digo mirándolos a los cinco sin apartar la sonrisa de mi cara.—. ¡No ha sido nada justo! A mí me ha tocado todo el rato con chicos y no he tenido otra opción que beber—Reprocha en defensa enfurruñado. Todos nos hundimos en risas.

Bah, en verdad me dió penita.

—¿Qué hacemos hoy?—Pregunto dejando los crepes rellenos de chocolate en la mesa.—. ¿Os apetece ir a una fiesta en la playa?—Pregunta Blake mirando su móvil mientras coge el crepe.

—Vamos, si queréis—Añado yo, sentándome en la mesa y comenzando a devorar el delicioso—. Primero bajemos a la playa, necesito despejarme de la resaca—Dice Kayla mirándonos a todos.

—Buah, yo también lo necesito—Dice Blake. Dylan le da un golpe en el hombro mientras todos reímos.

(...)

Blake y Bryan enseñan a las chicas a hacer surf. Mientras que yo tomo el sol con Dylan al lado.

—No deberías tomar tanto sol, acabarás como una tostada quemada y eso da cáncer.—Dice el muy bastardo riendo.—. Qué gracioso—Digo sarcástica poniéndome crema en los brazos. Intento ponerme en la espalda pero no llego.

—Espera, yo te ayudo—Contesta al mirarme y en un abrir y cerrar de ojos está detrás mío poniéndome crema en la espalda. Agarro mi pelo a un lado y me pierdo en los movimientos de sus firmes manos. No acabes nunca por favor. No debería estar diciendo estás incoerencias, lo conocí ayer.

—¿Te apetece si te enseño yo a surfear?—Dice detrás mío al acabar de ponerme la crema. Me giro para verlo mejor y ahí está el, mirándome con una sonrisa clavada en los ojos.—. No tengo nada que perder—Río mirando sus labios sin querer.

MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora