Capítulo 53

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Capítulo LIII

Kenya

Por segunda vez, vuelvo a estar en esta colina, se puede apreciar bastante bien toda la ciudad. Incluso por la noche es aún más preciosa. Todos los rascacielos iluminados por sus luces.

— La primera vez que vine aquí fue con tu hermano, hicimos peyas faltando a clase para pasar toda la tarde aquí. — De un momento a otro mi nariz empieza a escocer y mis ojos se aguan. Abro la puerta del coche y cojo el abrigo de pelo blanco que traía conmigo. Derek me imita y nos sentamos en el césped justamente delante de la ciudad.

— Le querías mucho, ¿no es así? — Habla delicadamente y sin esperarlo, pasa un brazo por detrás abrazándome.

Asiento mientras una lágrima baja por mi mejilla.

— Siento que te haya echo eso. Verás, mi hermano siempre ha sido, muy callado, muy frío. Él y yo vivíamos con la abuela porque papá y mamá siempre estaban trabajando. Crecimos sin un amor paternal, a pesar de que nuestra abuela nos tratara como una madre, no era lo mismo. — Hace una pausa para mirarme. Solo le escucho, muy atentamente.

— Él y yo nos unimos como hermanos que somos, nos apoyábamos el uno al otro. El siempre ha sido unos años menor que yo. Así que me arriesgué y dejé los estudios. Comencé a pelear y a correr ilegalmente para conseguir dinero para su educación, la abuela enfermó y el poco dinero que me daban no me daba para la medicina de la abuela y para todo lo que acarreaba Dylan. Así que peleaba mucho más, y corría casi todos los días. Por mucho dinero que conseguí, la abuela no se recuperó y falleció dejándonos totalmente solos a los dos. — Coge aire y veo que se tensa.

— Fue un golpe difícil para los dos, ahí fue cuando Dylan comenzó a comportarse de manera agresiva con todo el mundo. Le llegaron a expulsar tres veces del instituto y descubrió como me ganaba el dinero, se juntó con mala gente y sin yo poder impedirlo entró en este mismo abismo en el que estoy yo. ¡Lo intenté Kenya!, Intenté de tantas maneras que recapacitara, y el solo se dio cuenta de lo mal que estaba haciendo cuando murió Dominika. Esa chica era su mejor amiga y la perdió por desobedecerme. Ahora me culpa de todo lo que le pasó a ella y a él porque yo permití que se metiera en este mundo. Nuestros padres nos abandonaron haciéndonos creer que nos mandaban a aquí para mejorar nuestros estudios. Pero todo fue una farsa para desaparecer del globo terráqueo y abandonarnos. — Suspira hondo y tiembla. Le abrazo más fuerte.

Es tanta información, que me cuesta asimilarla. Dylan me comentó lo de sus padres, pero no lo de su abuela.

— Vaya, no sabía todo eso. ¿Es por eso que te tiene tanta manía? — Le pregunto mirando hacia la ciudad.

— He intentado hablar con él Kenya, De muchas maneras. Pero se niega a escucharme, así que he tirado la toalla con ese terco. — Suelta un bufido nervioso.

— Por eso estáis enfrentados pero, ¿Porque motivos no te quiere escuchar? — Suelto naciendo las manos de un lado a otro.

— Porque es más fácil echarle la culpa a otro que abrir los ojos. Sabe que es por su culpa pero no quiere admitirlo. Y eso no le deja progresar Kenya. Pienso que si se ha ido de esta ciudad es para no involucrarte más en esta mierda. — Habla mirando hacia la ciudad.

Me quedo pensativa. En verdad me he involucrado yo solita en las carreras. Y pienso correr con la moto y el Lamborghini. Pero Dylan, él ya no está. Pero si lo que dice Derek es verdad. Me va a ser imposible olvidarlo.

— Este mundo es peligroso Kenya, esta gente no se anda con rodeos. Quién les pesa, acaban con una bala en el cráneo. Tienes que tener cuidado. — Me advierte mirando sus manos.

— Solo quiero olvidarme de él, me ha echo tanto daño. Que lo único que quiero es que vuelva a sacudirme otra vez. — Miro a Derek espectante.

— Si me dejas princesa, yo haré que olvides cada beso, cada caricia y cada pensamiento que te ha dado. — Murmura en mi oreja lentamente de manera suave. Su respuesta me ha descompuesto por completo. ¿Olvidarme totalmente de Dylan usando a Derek? No soy de esas personas que usan a otras para olvidar a su ex, pero si puedo alejarme de esta enfermedad hacia Dylan que me hace pensar a cada segundo e instante en él. Lo haré cuando me sienta confiada con Derek.

— Gracias Derek, pero necesito más tiempo para conocerte. Para que nos conozcamos ambos. ¿Qué te parece chico gélido? — Sí, acabo de decir gélido. Pero no me salía otra palabra.

Él me sonríe dejándome ver sus dientes totalmente blancos y yo hago lo mismo.

— ¡Sí! — Se levanta contento y me alza en brazos dando vueltas mientras yo río.

Prepárate Dylan Sovok, voy a olvidarte como tú has hecho conmigo.

(...)

— Buenas noches Derek. — Me despido dándole un beso en la mejilla a Derek.

— Buenas noches princesa. — Sonríe de lado. Salgo de su coche revisando que no me he dejado nada. Porqué soy un puto desastre. De pequeña mi madre me regaló una muñeca de esas que parecen monstruos con una bañera chulísima con su piraña y sus jabones y esas mierdas. Pues nada que tú le metías el agua con un embudo en el cacharrito que parecía una cápsula pero que realmente no moja a la muñeca.

Y hacia como que se estaba duchando. Pues a mí se me ocurrió la glamurosa idea de mojarle los pies con agua. Adivinar qué, la muñeca que era azul, ¡Se puso roja!, Y yo me puse a llorar. Pasaron los días y la mierda de muñeca se quedó roja. Nos fuimos del hotel y entramos a un taxi y cogí maletas de otros olvidándome de la muñeca que al final de quedó en el taxi. Sí, me pasé todo el viaje de avión llorando.

¡Ese maldito taxista se quedó con mi muñeca!

Jamás lo olvidaré. Se me creó un vacío sin mi muñeca rojiazul. Así que sí, soy un tremendo desastre.

— Adiós. — Dice Derek. Le devuelvo la palabra y veo cómo se aleja con su coche.

Genial, ahora sin darme cuenta estoy de mala hostia.

¡Maldito taxista! Te has quedado con mi muñeca, devuélvemela.

MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora