Capítulo 33

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Capítulo XXXIII


Kenya

Me despierto en la misma cama del hospital, prácticamente cuando abro los ojos, otros cinco pares de ojos me observan con socorronas sonrisas.

Cierro los ojos fuertemente por el molesto sol que me daba en toda la cara. Me voy a quedar ciega.

— Buenos días cara de huevo. — Grita en mi oído Kells. Abro los ojos drásticamente y me llevo una mano a la cabeza por el dolor que tengo.

— Gracias. — Digo matando a Kelly con la mirada.

— No la maltrates, mujer. — Aclama Blake dirigiéndose a la rubia.

— No la estoy maltratando. — Dice Kells cruzándose de brazos y sacando la lengua.

— No huevos. — Me quejo sobando mi cabeza sarcásticamente. Todos me miran y me sonríen.

— ¡Hermana! — Grita mi hermano.

— ¡Sean! — Le llamo feliz al verlo contento de verme. Él se abalanza sobre la camilla como antes han hecho mis amigas. Me abraza tan fuerte que me hace daño.

— Auch, más despacio, niño. — Le reclamo cariñosamente. El ríe y afloja el agarre.

— Adivina qué. — Habla Bryan.

— Dime. — Respondo observándolo.

— Te vamos a llevar a casa. — Dicen todos a la vez.

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Me mataréis por el camino! — Exclamo con espanto.

Tengo que ir en muletas y en una silla de ruedas durante dos semanas y si ellos me llevan estoy segura de que me pierden por el camino.

En ese mismo instante entra mi sexy doctor de cabecera con varios papeles.

Vale, no.

— Hola Kenya, ¿Qué tal la noche? —Pregunta mientras saluda con la mano a mis amigos. Técnicamente se duerme bien en la cama de un hospital.

— Bien. — Respondo normal. Voy a levantar los hombros pero recuerdo la fractura en mis dos costillas y no se me ocurre hacerlo.

— Bueno, pues lo único que te voy a decir es que te cuides más ahora. — Me anuncia el doctor. Le asiento y el me pasa unos papeles.

— Necesito tu firma aquí y aquí para poder darte el alta. — Me señala los sitios donde tengo que poner la firma.

Firmo donde debo hacerlo y él se retira de la habitación, deseándome una recuperación rápida.

— Bueno... — Comienza Blake.

— Antes de nada, quiero que no me matéis por el camino. — Digo interrumpiéndolo mientras que Kayla corre a por la famosa silla de ruedas.

¡Madre mía!

Busco con la mirada a Dylan, pero él no está entre los presentes de la sala. Frunzo levemente el ceño.

— ¿Y Dylan? — Pregunto dando un repaso a los demás con la mirada a todos. Blake se cruza de brazos y mira al suelo, Bryan mira a Kayla y a Kelly agarrando la mano de Kayla. El silencio en la sala es bastante incómodo, ya que yo he preguntado y ellos no me han respondido.

Kayla abre los ojos con asombro y Kells arquea las cejas.

— ¿No te lo ha dicho? — Habla Kells. Frunzo el ceño y niego con la cabeza.

¿Soy la única que no se ha enterado de nada?

— Nosotros os esperamos fuera. — Dicen ellos dos.

MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora