Kevin Sullivan
¡He vuelto! Y más fuerte para destruir a esa estúpida niñata. No descansaré hasta conseguir su cabeza. Pagará por todo el dolor que un día me causó.
Flashback
— Kenya, te amo. — Le digo, cogiéndole la mano y mirándola.
— ¡¿Pero tu quién te crees que te has creído?! — Aparta su mano de la mía y alza una ceja.
— Kevin, ya no podemos seguir juntos. Nunca más. — Aparta la mirada de la mía, evitándola. Mi corazón acaba de quebrar y mis ojos empueazan a cristalizarse, por el intenso dolor que siento en el pecho.
¡No puede ser! Ella me ama a mí y a nadie más. Si le he pegado anteriormente ha sido porque se lo ha merecido. Porque nunca hace lo que yo le mando. ¿No sabe que todo lo hago por su bien? Mi cabeza empieza a arder, los músculos de mis manos y brazos se contraen y mi enfado es totalmente notable.
¡Maldición! La agarro del cuello y la empiezo a estrangular.
— ¡Eres una desgraciada! ¡¿Cómo te atreves a dejarme?! — Le grito con todas mis fuerzas. Mis manos están pegadas a su cuello haciendo cada vez más y más presión. Agarra mis manos intentando apartarlas pero su esfuerzo es en vano. Su rostro empieza volverse de un color rojo claro.
— Kevin. — Habla casi inaudible.
— P-por f-favor para. — Pide. Niego con la cabeza y estampó su cuerpo contra la pared. Cuando la veo a punto de irse me alejo de ella espantado.
No, no, no. Mierda, si se lo dice ahora a alguien me meterán en la cárcel. Kenya cae al suelo tosiendo y agarrándose el cuello. Todo su cuerpo comienza a temblar y grito de la rabia.
— No hagas esto Kevin , o volverás a ese hospital que tanto odias. — Dice con un hilo de voz que solo yo consigo oír.
— ¡No quiero volver a ese lugar! — Caigo al suelo y me agarro la cabeza balanceándome hacia delante y hacia atrás. Si vuelvo a ese lugar y a la cárcel me matarán. No, no puedo volver a ese lugar.
Solo hay una solución. Camino rápido hasta mi cocina y cojo un revolver que guarda Kenya en un cajón. Vuelvo al salón y visualizo a Kenya intentando abrir la puerta.
— No lo pienses, está cerrada con llave. — Río frívolamente. Camino hacia ella con el arma entre mis manos. Cargo el arma con tres balas y quito el seguro. Kenya mueve las manos intentando abrir la puerta desesperadamente, observa el arma y comienza a llorar.
— ¿Qué piensas a hacer con eso? — Pregunta llorando. Se pega contra la pared. Mis lágrimas caen por mi cara.
— ¿Sabes cuánto te he amado? ¿Sabes cuanto te he cuidado y cuanto he intentado ayudarte? ¡Te he abierto mi corazón! ¡Y tú me tratas así! No mereces vivir, ¡morirás! — Grito, le apunto con el arma y aumenta su llanto.
— Por favor no lo hagas, puedo salvarte aún. — Niego con la cabeza. ¡Pamplinas! Volverá a engañarme y me llevará a ese manicomio.
— Recuerda esto si no eres mía, no serás de nadie. — Rozo el gatillo. La puerta se viene abajo y aparecen cinco policías apuntándome con un arma.
— ¡Policía, URE, suelte el arma! — Grita una mujer. Agarro a Kenya y la aferro a mí, apunto a su cabeza.
— ¡Repito, somos de la Unidad de Respuesta Estratégica, baje el arma, o me obligará a disparar! — Grita un policía. Un punto rojo del tamaño de un botón apunta hacia mi pecho.
— ¡O os váis todos de aquí, o le vuelo la cabeza! — Grito, Kenya grita ayuda.
— Somos cinco y un francotirador, Kevin. ¡No tienes que hacer esto más difícil! — Habla la mujer, de unos treinta y pocos años. La mujer es rubia y aparenta más edad.
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MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]
Teen Fiction• Primer libro de la Saga Hombres Irresistibles. Simplemente pasó. Cuando lo conocí y observé sus ojos, me di cuenta de que me había conseguido erizar completamente, y de que sería mi perdición. A leguas se veía que era peligroso, pero no pensé que...