Capítulo 29

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Capítulo XXIX


Dylan

Llego lo más rápido que he puedo y estaciono donde me da la real gana. Salgo del coche sin importarme los chicos.

Saco una pistola de mi chaqueta y sigo caminando. Corro pasando por el jardín hasta quedar delante de lo que debió ser la puerta.

Se ve que hace poco hubo un tiroteo. La puerta está en el suelo y las ventanas están rotas. Entro viendo solo destrucción a cada paso que doy. Hay cosas rotas, pero no veo a Kenya por ningún lado.

Me acerco a la cocina de mi hermano y lo veo tirado en el suelo con una bala en el hombro desangrándose.

— ¡Derek! — Me agacho para verlo a los ojos. Mierda está débil. Tengo que hacer algo antes de que se muera.

— A mi no. Yo me recuperaré. — Susurra con dificultad.

— ¡¿Dónde está?! ¡¿Quién se la ha llevado?! — Le pregunto mirando su hombro. Me estoy volviendo do loco.

— Un tal Kevin, pero escúchame. Sé que no nos llevemos muy bien, pero ese capullo es peligroso y quiere matarla.  — Susurra. Le ayudo a apoyarse en la pared. Su nombre me hizo recordar.

(Flashback)

— Estuvo a punto de matarme y ahora me busca para acabar conmigo, busca venganza Dylan y tengo miedo. — Me dijo mientras me abrazaba.

— No dejaré que el te toque. — Respondí abrazándola fuertemente.

(Fin del flashback)

— ¿Sabes dónde se encuentra ese Kevin? — Le pregunto. Una pizca de culpa se instala en sus ojos.

— Yo no quería hacerle daño, ellos me han amenazado, luego no quise dársela y mírame ahora. — Cierra los ojos por el dolor.

— ¡¿Dónde?! ¿Dónde está? — Exclamo, intentando que me diera algo para salvar a Kenya.

— En ésta dirección. — Saca un papel de su bolsillo como puede. Le ayudo a sostenerse en pie. Agarro el papel que está doblado y lo pongo en uno de los bolsillos de mi pantalón. Sujeto a Derek y despacio le ayudo a caminar hacia la puerta. Blake y Bryan se acercan a mí y agarran a Derek.

— Está Derek herido, necesita ayuda. Ayudarlo rápido. — Salgo corriendo y vuelvo a entrar al coche. Abro el papel que me ha dado Derek minutos antes, lo pongo en el GPS. Enciendo el coche y me pongo en marcha.

(...)

La dirección que estaba en el papel, me hace dudar de la palabra de Derek unos instantes.

Es muy de noche, más bien, las cinco de la madrugada, pero estoy más despierto que una cafetera dispuesto a matar por Kenya.

A lo lejos hay una casa color crema, y muy grande, con una gran piscina. Es una calle de gente adinerada y con muchos recursos económicos.

Sabía que iba a estar solo en esto, Blake y Bryan me querían acompañar en todo momento, pero me niego a que les pase algo a ellos también. No me lo perdonaría.

Ellos crecieron junto a mí, no somos hermanos pero lo parecemos. Después de que mi padre nos abandonara a Derek y a mí, nos tuvimos que buscar la vida, pero conocí a esos dos y mi vida cambió radicalmente.

¡Céntrate!

Aparco el Audi a una distancia prudente, a unos cincuenta metros de esa casa y saco la Beretta y la Glock, dejándolas dentro de mi pantalón por si acaso y me encamino hasta la casa.

MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora