Kenya
La maldita alarma acaba de destruir en mil pedacitos mi gran sueño.
Qué cruel que es el mundo.
Me levanto y lanzo el despertador a la pared.
Maldito jueves.
Medio moribunda voy hacia mi baño, donde empiezo a quitarme la ropa y a darme una ducha fría. Te puedes creer que estemos ¡A mitad de mayo y haga este calor! Me termino de ducharme y me pongo unos pantalones blancos, una blusa rosa pálida y mis Addidas superstar rosas. Bajo a la cocina donde están mis padres leyendo el periódico y bebiendo café.
—Hola papá, hola mamá—Digo dándoles un beso a cada uno.—. Dáte prisa Kenya o llegarás tarde a clase—Me regaña mi madre.
Bufo cansada.
—Yo nunca llego tarde—Digo cogiendo una manzana y saliendo por la puerta de casa. Mi móvil comienza a sonar. Descuelgo rápidamente.—. Hey pava de mi corazón, ¿quieres que pase a recogerte?—Hablo mientras camino a pasos largos hacia la moto. Me cuelgo bien la mochila y meto la manzana dentro para luego comérla.
—Pues no me vendría mal, a mi padre se le ha olvidado llenar el depósito y me da a mí que ahí se va a quedar—Responde angustiada por no querer llegar tarde.—. Vale Kelly, en cinco minutos estoy allí—Le anuncio subiendo a la Kawasaki y me doy prisa en llegar hacia la casa de Kelly. Desde aquel sábado, hace un mes, no supe nada más de los chicos. Kelly, Kayla y yo habíamos perdido el contacto con ellos.
Después de estas vacaciones nos toca volver al instituto, porque nosotras aún sacando notables las clases siguen siendo aburridísimas. Como he dicho, cinco minutos después lleguo a casa de Kelly. Normalmente no me gusta llevar a nadie detrás en la moto, pero a veces a mis amigas les sucede cosas como estas y no tengo más remedio que ir a recogerlas para que no lleguen tarde. Kelly sale de casa y al verme me abraza, le paso un casco que llevaba en la mochila y se lo coloca en un momento, se sube y se agarra bien a mí.
Después de correr hasta llegar al instituto bajamos de la moto haciendo caso omiso a las miradas que nos daban algunos estudiantes entre ellos las y los populares, nos adentramos en el interior del instituto.
Jueves, jueves, jueves, menos mal que mañana es viernes.
Kayla aparece de la nada y se pone a mi otro lado.
—Que asco, mañana hay examen de literatura—Se queja la rubia.—. No me lo recuerdes, hoy repasaré un poco y ya—Dice con asco.
—¿Qué vais a hacer este sábado?—Pregunto mirando las taquillas azules del instituto.—. Sin planes—Dice Kayla mirándome.—. Sin planes— Repite Kelly abriendo su taquilla.
—¿Qué tal si os quedáis mañana a dormir a mi casa y el sábado hacemos algo?—Les pregunto mirando el reloj de mi muñeca.—. Vale—Dicen al mismo tiempo.
—Quedan cinco minutos para entrar—Recuerda Kayla, mirando su reloj igual que yo.—. ¿Qué os toca ahora?—Pregunta Kelly sacando los libros de Sociales.
—Gimnasia—Digo yo con pesadez.—Biología—Kayla estampa su cabeza contra la taquilla de al lado.
—¡Gimnasia!—Grita Kelly emocionada. ¿Por qué está emocionada? El timbre suena y Kelly y yo nos despedimos de Kayla, vamos directas a los vestuarios y nos cambiamos.
—Qué aburrido, espero que el profesor no nos haga correr como la última vez—Se queja Kelly mordiendo su labio.
El profesor de gimnasia es el profesor Morrison y si llegas un minuto tarde, te manda a correr. Salimos de los vestuarios y nos sentamos en las gradas del pabellón del instituto para esperar al profesor que minutos después llegó. Segundos después aparecen los otros compañeros que se sientan al lado nuestro y detrás.
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MI ESTÚPIDO BOXEADOR© ✓ [Libro I Hombres irresistibles]
Teen Fiction• Primer libro de la Saga Hombres Irresistibles. Simplemente pasó. Cuando lo conocí y observé sus ojos, me di cuenta de que me había conseguido erizar completamente, y de que sería mi perdición. A leguas se veía que era peligroso, pero no pensé que...