LIX

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No me había dado cuenta cuando volvía a estar consciente y volvía al mundo real, mi mundo de sueños en donde todo era perfecto y todos éramos felices dejaba de existir y el mundo en el cuál realmente vivíamos y existimos se abría paso nuevamente a frustrarme como cada día en mi vida. Ligeramente consciente de que ya no podría volver a dormir, abrí mis ojos lentamente, estos aún estaban un poco dormidos y abrirlos me era difícil y pesado.

El cuarto en el que estábamos no contaba con mucha luz, siendo una pequeña ventana circular la que nos daba toda la ventilación que necesitábamos, más, no dejaba pasar los rayos del sol con normalidad por lo que no sabía si seguía siendo de noche o ya era un nuevo día.

Pero quizás pude deducir que el sol ya estaba afuera al sentir los dedos de la persona a mi lado enredarse y mezclarse con las hebras de mi cabello, creando con la yema de sus dedos un suave y relajante masaje que me hacía soltar uno que otro suspiro de satisfacción al sentirme siendo mimado. Cuando pude, abrí mejor mis ojos, me sentí prácticamente bendecido al ver a mi alfa, tan bello y hermoso como siempre, recostado de lado y mirándome con ternura.

Mi corazón se aceleró, mis mejillas se calentaron y una pequeña sensación algo diferente se situó en mi bajo vientre haciéndome cosquillas, fui incapaz de retener su mirada mucho tiempo, sin una explicación, me sentía intimidado, como si fuera la primera vez que despertaba al lado de él... Como si la vergüenza de nuestra primera vez se hubiera instalado fuerte y poderosa entre los dos... Estaba avergonzado porque quería aferrarme a él y no soltarlo más.

¿Desde cuando era tan vergonzoso con él a mi lado?

Una suave risa de parte de él me hizo querer gritar de emoción, me sentía cálido, me sentía nuevo y renovado sin explicación aparente... Hoy me había despertado extraño.

—¿Que pasá, bebé?— Preguntó y me sentí temblar cuando oí su voz, hermosa y cálida como siempre, no podía con este sentimiento dentro de mí— Parece que te hubiera asustado.

No, él jamás me asustaría.

—No lo sé, Hoseok— Confesé mientras escondía mi rostro en la almohada, almohada que ambos compartíamos— No es la primera vez que te veo despertar a mi lado... Pero hoy se siente...

—¿Diferente?— Preguntó con una sonrisa, esa sonrisa que me llamaba a besarlo, a amarlo como él se merece ser amado... Me llamaba a unirme a él de todas las maneras posibles.

Asentí tímidamente mientras sentía su mano dejar mi cabeza y bajar hasta mi rostro, donde sigilosamente acunó mi mejilla haciendo que mis suspiros más parecieran ronroneos.

—¿Como fue que mi pequeño lobito... Se convirtió en un pequeño gatito?— Preguntó en un susurro que hizo que toda mi piel se erizara.

—Fue... Cuando volviste a ser parte de mi vida— Contesté mordiendo mi labio al ver la satisfacción que reflejaba su rostro ante mi respuesta— Pierdo el control de mi mismo estando cerca tuyo— Mis mejillas entrando nuevamente en calor— Pero más seguramente... Fue... Cuando me enamoré de ti.

Y quizás se podría considerar el ataque más placentero de la vida cuando sus labios tocaron los míos, rápidamente, sin ningún aviso... Haciendo que mis ojos se abrieran en demasía por unos cortos segundos para luego volver a la normalidad y lentamente ir cerrándolos con suavidad, llenándome de la tranquilidad que besar a Hoseok me transmitía. Pensé que quizás besarlo recién despertado, sería incómodo pero a fin de cuentas yo solo seguí... Porque dejar de hacerlo sería un pecado mortal.

Con mis manos casi temblando debido al tornado de emociones quise sentirlo más de cerca, así que traté de acercarme a él y dejarme envolver por su abrazo protector y su aroma que casi y servía como un afrodisíaco para los dos.

Past Lives: Destiny || Hopev «Omegaverse» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora