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Nuestro viaje había empezado bajo la oscura noche, ese manto negro que sólo la luna podía iluminar, nuestro viaje estuvo rodeado de una nube de preocupaciones, miedos y nervios que no pude controlar, estába asustado, sí, ahora que ya estábamos escapando, el miedo surgió impávido y sin ningún remordimiento, atacando sin dudar mi parte más débil, mi cuerpo se estremecía por momentos de sólo pensar en lo que estaba pasando, incluso aunque el cansancio y el sueño eran gigantes, mis pensamientos no me dejaron descansar un poco, ni física ni mentalmente. Hoseok me lo había pedido, para así calmarme un poco. Pero fue imposible.

Nuestro viaje fue difícil, viajar de noche siempre es difícil y peligroso, el camino más que nada era lo arriesgado, muchas veces tuvimos que parar porque la escasa luz que nos brindaba la linterna que portabamos no era suficiente para iluminar. Teníamos una hora establecida para llegar y esta era entrando el amanecer por lo que nuestro tiempo de descanso o paradas era limitado.

Mi corazón latía con fuerza y mi respiración errática me impedía incluso pensar en el bien que nos hacíamos al haber escapado. Una sensación de malestar se formó en mi bajo vientre debido a cada sentimiento que recorrió mi cuerpo. Mi agarre alrededor de la cintura de Hoseok se hacía cada vez más fuerte, casi indestructible y él lo notó por lo que a cada momento que podía me hablaba de manera suave de cada tema que surcada su mente, tratando con ello de despejar mi cabeza de preocupaciones. 

Mi mejilla apoyada en su espalda era lo único que me reconfortó en todo el viaje, sentir su aroma, sentirlo a él conmigo, todo de él me hacía sentir como un mar en calma, un mar donde no había tempestad, por lo que cuando empecé a notar como la noche se iba desvaneciendo, la luna diciéndonos suavemente el adiós y el sol saludandonos y deseandonos una muy buena vida, me di cuenta que nuestro viaje estaba llegando a su fin.

—¿V-Vamos llegando?— Mi voz tembló ante aquella pregunta, no podía creer que nosotros habíamos logrado escapar, no podía creer que estábamos a un paso de empezar de nuevo... Juntos, los dos.

—Estamos muy cerca, amor— Mencionó, su voz era el reflejo del cansancio más puro y abrumador— Lo hicimos, Taehyung... Lo hicimos.

Una sonrisa se formó en mi rostro esta vez, sus palabras barrieron con todos mis miedos y temores, hicieron que pudiera vislumbrar algo más allá... Me hicieron sentir que hacía lo correcto. Apreté más fuerte nuestro abrazo y besé con amor su espalda, embriagadome de él.

No dije nada más porque me fue imposible, solo cerré los ojos imaginando que ya no sentiría tristeza, no sentiría soledad ni me sentiría menos... No tendría a Jungkook dando vueltas alrededor, a papá recalcandome que yo no era más que un cuerpo sin emociones... No sería infeliz si estaba con mi alfa... Era lo que merecíamos, estar alejados de quien nos hacía daño.

Al cabo de unos minutos, la voz del tío Yoongi resonó llamado nuestra atención.

—Hoseok, tu detente aquí— Pidió él mientras Hoseok hacía caso y detenía el andar de su caballo— Aquí sigo yo... Esperen por mí.

Hoseok simplemente asintió mientras veíamos como aquel alfa seguía su camino dejándonos atrás, yo solo veía la escena un poco curioso y algo nervioso, no sabía a que se debía este extraño rumbo que tomó nuestra situación.

—¿Estás muy cansado?— Me preguntó esta vez soltando un gran bostezo mientras se estiraba arriba del caballo— Estar mucho tiempo sentado puede haberte dormido las piernas... Si quieres puedes bajar un momento.

Y eso era cierto, me sentía un poco extraño.

—Gracias.

Murmuré un poco bajo debido a la desconfianza que tenía al no saber que vendría ahora, no sabía mucho de lo que pasaría ahora, por lo que decidí hacer caso y bajar del caballo, en efecto, me costó estabilizarme al bajar y mis piernas estaban más que dormidas, incluso mi trasero dolía pero no pasó nada, solamente estiré un poco las piernas al momento en que sentía que Hoseok bajaba también del animal.

Past Lives: Destiny || Hopev «Omegaverse» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora