LXXVIII

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Golpeaba el pecho de aquel alfa que me bloqueaba el paso hacía la puerta, sollozaba impaciente perdiendo mis fuerzas, aquellas pocas fuerzas que había querido mantener eran drenadas sin ninguna misericordia, había estado golpeando ese pecho por horas, mis manos dolían y pesaban, al igual que mi cabeza, que parecía explotaría ante tanto alboroto y emociones mezcladas.

Pero ese alfa estaba entrenado, él no cedió ni cedería, se dejó usar para que yo pudiera sacar mi frustración y también hizo oídos sordos a mis peticiones, ya no podía sentir el aroma de mi alfa y eso me colocaba de los nervios. Sólo había sido consciente del momento en que mi padre se desmayó y como Jungkook tomaba las riendas de las ordenes que el omega real había dejado antes de desfallecer frente a nuestros ojos.

Esos hombres se lo llevaron, se llevaron a Hoseok y a mi tío a alguna parte y a mi me trajeron a esta habitación en donde me tenían casi como un prisionero, completamente aislado. Pedí y rogué que no le hicieran daño a mi alfa, que no nos separaran, que colaboraríamos en todo pero ellos no me escucharon...

Ellos no lo harían. Nunca lo harían.

Estaba asustado, aterrado... Después de haber oído de la boca de papá aquellas simples palabras, unas que ni en mis peores pesadillas creí posibles, todo mi mundo se vino abajo... Mi cuerpo tiembla ante aquella orden, el más estricto castigo que sentencia el final de tu vida sin redención.

La ejecución por deshonra.

Ni siquiera me quedaban lágrimas para seguir llorando, mi corazón dolía, todo dentro de mi dolía, era ese tipo de dolor desesperante que no se detiene y sólo incrementa, esa necesidad abrumante de tu mismo acabar con tal sufrimiento... Ese pánico calando en cada fibra de mi cuerpo, empecé a perder la razón.

Mis manos apretaron fuertemente la ropa de aquel alfa, sintiendo que el aire no llegaba a mis pulmones, trataba de dar bocanadas de aire, mis pulmones trataban de conseguir el aire necesario pero aún así nada llegaba peor aún, la sola acción dolía, mi pecho se oprimía... Me empecé a desesperar, golpeandolo y tratando de pedir por ayuda.

Me estaba ahogando.

Caí de rodillas al suelo y eso fue suficiente para alarmar a aquel hombre que había estado conmigo por horas, este se arrodilló frente a mi notando enseguida lo que pasaba. Sentí sus manos frias y grandes tocar mi rostro y mantenerlo firme para que mis ojos mirarán los suyos pero estos difícilmente podrían verlo, estos estaban empañados, hinchados y adoloridos.

Joven príncipe, calmese por favor— Pidió él con una voz fuerte y demandante, sin llegar a ser agresivo más que eso, él mostraba compasión— Míreme a los ojos y respire conmigo, sin miedo, estoy aquí con usted.

Traté de hacer caso pero estaba sofocado, asustado y muy desesperado, lo miré rogando que me salvara, rogando que hiciera algo, entonces él rápidamente empieza a respirar, de forma profunda y lenta... Y yo sujetándome de sus brazos para estabilizarme, imito su respirar.

Inhala... Exhala... Inhala... Exhala.

Y los temblores en mi cuerpo se fueron disipando poco a poco, mis pulmones agarraron un poco de aire y la tranquilidad me acunaba a medida que era capaz de poder respirar con normalidad. Las grandes inhalaciones que empezaron siendo temblorosas  ahora seguían en sincronizacion con el ritmo del alfa.

—Eso es...— Susurró aquel chico mientras quitaba el agarre en mi rostro— Lo has hecho bien, ya pasó... Todo está bien.

Empecé a llorar una vez más.

Past Lives: Destiny || Hopev «Omegaverse» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora