Te amo. Demasiado. Quiero dormir cada noche contigo en mis brazos, sabiendo que estarás allí mañana y pasado mañana. Quiero pasar todas las mañanas levantándome así. Quiero amarte lo mejor que puedas, si me lo permites.
(K.M.N/ N.P.)* * *
[Un año después]
Magnus despertó por la sensación de una mano cálida subiendo y bajando por su muslo.
-Mmm -él se movió más hacia esa mano. Todavía sin abrir los ojos, su propia mano buscó a ciegas el cuerpo que ya conocía más que el propio.
Su mano choco con el hueso afilado de la cadera de su esposo antes de ir más allá y envolver la erección matutina de Alec.
Alec gimió, con doble placer, mientras los dedos de Magnus envolvían su miembro y él encontraba el de Magnus.
Los ojos azules de Alec estaban fijos en aquel rostro que tanto amaba ver cada amanecer, conocerlo con sus brillos de siempre y tener la fortuna de verlo también sin una pizca de maquillaje y saber que era incluso más perfecto al natural.
Cuando lo único que lo transformaba era el placer por las acciones de Alec.
Alec sonrió, aunque Magnus no podía verlo, y maniobró para subirse a aquel cuerpo sin tener que soltarse ninguno de los dos. Lo hizo únicamente cuando encontró la posición perfecta para crear fricción entre ambos. Sus dos miembros duros frotándose hasta que Magnus los envolvió ambos con su mano y gruñó.
Sus ojos se abrieron justo a tiempo para ver a aquel ángel sonriente sobre él. Sus ojos arrugados en las esquinas por la enorme sonrisa que curvaba sus labios.
Unos perfectos labios carnosos que Magnus delineó con mano libre mientras la otra seguía trabajándolos a ambos. Alec nunca dejó de mover sus caderas, ni siquiera cuando atrapó el dedo de Magnus entre sus dientes y lo soltó para después encontrar sus labios en el primer beso del día.
Los gemidos de aquel orgasmo se mezclaron en uno sólo, labios y lenguas acariciándose mientras el cuerpo de Alec se dejaba caer sobre el de Magnus.
-Mmm... -repitió Magnus, ahora un poco más despierto.
-Mmm... -repitió Alec, sonriendo, dejando un beso en el hombro de Magnus antes de sentarse sobre él-. Amo lo elocuente que eres por las mañanas.
Magnus sonrió también. -Yo amo que sepas cómo despertarme.
Alec golpeó el mismo hombro que había besado hace un momento. -Sabía que me querías sólo por mi cuerpo.
Magnus tomó su rostro entre sus manos. -Te quiero por todo lo que tú eres, Alexander. Cuerpo, alma, corazón. Por cada aspecto que conocí de ti en nuestras primeras salidas familiares, que fueron también nuestras primeras citas. Por aquel padre perfecto que veía cuidar y querer a Rafa. Por el hermoso hombre, no sólo en el exterior, que me dejó conocerlo durante nuestro noviazgo, que me hizo amarlo como si nos conociéramos desde siempre, vidas y no sólo meses. El hombre que me dio una familia, algo loca, pero nuestra; Max, Rafa, tú y yo. El hombre que me da amaneceres fabulosos, como este, pero también mañanas perfectas con sólo sonreír durante el desayuno, tardes de reencuentros que espero con ansias, y noches que no terminan al ver tu rostro antes de dormir, porque tú sigues hasta mis sueños... Eres mi sueño, dormido y despierto...
Alec hizo una mueca que hizo a Magnus interrumpirse. -¿Qué?
-No puedo superar eso. Nunca podré superarte con las palabras.
-Yo no necesito palabras -dijo Magnus, muy serio-, me lo das todo sin necesidad de ellas, me lo demuestras cada día. Pero si quieres decirlo con palabras, sabes cuáles bastan.
-Te amo -dijo Alec con todo su corazón, desde su corazón.
Justo antes de un fuerte "¡Papá!".
-¿Qué pasa? -gritaron Magnus y Alec a la vez, no importa cuál de los dos, Rafa o Max, había sido. Ambos eran sus hijos y ambos eran ese "papá".
-¿Y por qué "papá" y no "papi"? -preguntó Magnus, mientras se levantaba e iba a la ducha.
Alec lo siguió. -Porque ya son grandes -dijo, imitando el tono de sus dos hijos.
Unos minutos después ambos bajaron para encontrar a sus hijos sirviendo un gran desayuno preparado por ellos (porque ya eran grandes): cereal con leche.
-Se ve perfecto -dijo Alec, picando las costillas de Magnus para que dijera lo mismo.
-¡Sí, perfecto! ¿Y por qué están despiertos tan temprano?
Aunque despiertos no era del todo cierto. Seguían con expresiones adormiladas e idénticas pijamas que los tíos Simon e Izzy habían conseguido: con delfines y jirafas.
"Pronto vamos a encontrar jirafines" había prometido Simon.
-¡Porque es un nuevo año escolar! ¡Nuevos maestros! ¡Nuevas clases! ¡Nuevos amigos! ¡NUEVAS AVENTURAS! -Max y Rafa habían ido agregando una frase cada uno, para terminan gritando la misma.
Después de comer su cereal, corrieron a sus habitaciones para prepararse para su primer día de clases.
Alec estaba bromeando -en su mayor parte- cuando tomó los platos sucios y los empezó a lavar, habló sin mirar a Magnus. -Hay algo "nuevo" que no puede haber en este nuevo año escolar.
Magnus se acercó para secar los platos. Sus dedos se tocaron mientras Alec le pasaba uno. -¿Y eso sería...?
-Un nuevo padre de familia ardiente e irresistible y un alumno que aprenda los números como Rafa.
Magnus soltó una carcajada. Dejó de secar y abrazó a su esposo. -Ya tengo al único que quiero. Me casé con él hace un año, ¿sabes? Está loco por mí y yo por él. No habrá nadie más para mí en esta vida, y probablemente en ninguna otra. Vamos a hacer de este amor inmortal, Alexander Lightwood. Te amo, sólo a ti, para siempre.
¡FIN!
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Papi y el profesor (malec)
Fanfiction[TERMINADA] Cuando Alexander Lightwood, padre de Rafa, atrae la atención del profesor de su hijo: Magnus Bane.