31- Pantera

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A la mañana siguiente.

- Menos mal que hoy no trabajo, no creo ni siquiera que sea capaz de levantarme de esta cama, ¡me duele todo el cuerpo!–confesó Natalia en uno de los descansos que seguían a sus incesantes e inesperadas batallas-.

Alba levantó la cabeza de su hombro, pues aun se reponía del último asalto entre sus brazos, y la miró con una sonrisa en los ojos.

- Pensé que eras.... ¿cómo lo diría?... ¿una pantera? –Alba estaba dispuesta a burlarse de ella las veces que hiciera falta,el estado de felicidad y éxtasis en el que vivía en aquellos momentos después de hacer el amor con ella, era maravilloso, nunca se había sentido tan viva-.

- ¿pantera negra?!! –ella la miró extrañada, sin entenderla, pero consciente de que iba a hacerle otra de las suyas-.

- Sí, ya sabes... una especie de fiera salvaje en la cama, insaciable y esas cosas... pero ya veo que no, va a ser verdad eso de que estás mayor para mí, ¿no? –atacó con toda la artillería Alba burlona-.

- Espera, espera un momento... ¿Estás insinuando que tengo poco aguante? –le preguntó con una ceja alzada a modo de advertencia-.

Alba se encogió de hombros sin poder evitar sonreír.

- ¡Es a ti a la que le duele todo! –le dio como respuesta y a la morena le entraron unas ganas locas de amordazarla a la cama,y hacerle cosas, cosas bastante pecaminosas, hasta que le suplicara clemencia-.

Sin embargo, era consciente de lo demoledor que había sido para ella convivir con todo ese deseo y esa calentura en el cuerpo durante la última semana, y la pasión y energías de la rubia la habían cogido totalmente por sorpresa, lo cual justificaba el agotamiento físico que sentía, por no contar con el hambre que ya no podía obviar por más tiempo. Internamente se debatía entre la subsistencia, y aquel incontrolable anhelo de estar junto a ella, externamente no pudo controlar su lado más perverso en sus dotes seductoras. Clavo sus ojos en los sonrientes de Alba, y sin decir palabra terminó tumbándola de espaldas contra la cama. A la rubia empezó a acelerársele la respiración sólo con el hecho de que  la mirara tan intensamente, aunque sentir su peso encima de ella, suave ycaliente, tampoco es que ayudara.

- Entonces, ¿es a mí a la única que le duele...?-susurró Natalia a escasos milímetros de su boca-.

El calor de su voz prendió a Alba como una antorcha. Era increíble lo caliente que era cada palabra cuando la pronunciaba de aquella forma, Alba no se atrevió a contestar a aquello, no cuando la miraba con ojos encendidos mientras sutilmente frotaba su cuerpo contra el suyo, tan leve como una pluma, tan eficaz y tangible que le cortaba la respiración, y apenas había empezado a hacer nada.

   - Será mejor que lo compruebe... -dijo esta vez, y a Alba se le escapó un quejido, cuando el muslo de su chica se apretó contra su sexo abruptamente-.  

- Ohhh.... Mierdaa... -musitó Alba mordiéndose el labio-.

- oh, no, no, no... ¿qué lenguaje es ese?... –la reprendió la morena ya sonriendo para sí por la reacción de su chica, y a continuación succionó con ímpetu uno de sus pezones ya erectos-.

- Oohhh.... Jod..... mmmm... -Alba se mordió la lengua para no decir otro taco. Su obediencia hizo sonreír a Natalia instintivamente, Alba era tan rebelde y tan generosa, era una combinación encantadora y a ella la volvía del revés-.

 Volvió a apretar su cadera contra la de ella, y a encajar su muslo entre los de la rubia, las dos aguantaron la respiración durante un eterno segundo ante la envestida. De pronto, al mirarse, ambas olvidaron que estúpida provocación había hecho que se desencadenaran de nuevo... los labios, rojos y agrietados por los besos, volvieron a la caza de más, dispuestos a no hacer prisioneros y sonsacar el mayor número de gemidos... cosa que no les fue muy difícil a aquellas alturas.

- Quiero llegar contigo... quiero que nos corramos juntas...-pronunció de pronto Alba, en medio de un huracán de saliva, sudor, y jadeos-.

Natalia entendió perfectamente lo que le pedía, y aunque era consciente de que aquello no era tan fácil como en las películas parecía, no quiso defraudarla ni romper sus expectativas. La besó en la boca con pasión y dulzura, una mezcla difícil de conseguir cuando las llamas abrasan más que calientan, y cambió de postura. Se arrodilló en la cama, separó y alzó una de las piernas de Alba mientras besaba su tobillo, y luego encajo su cadera a la de ella. Cuando Alba sintió conducir su sexo contra el suyo estuvo a punto de desmayarse, sin saber cómo ni lo que hacía, pronto la necesidad de sentir aquella humedad y, suave y sensible dureza contra la suya, hizo que acompasara el ritmo de su pelvis con el de la morena. Nunca había deseado tanto sentir dentro suyo a alguien, como deseaba que lo estuviera ella, y sin embargo sus cuerpos no estaban dotados para cumplir aquel deseo, lo cual hizo que Alba se sorprendiera aún más, cuando Natalia hundió sus dedos en sus nalgas, la ladeó intensificando más la proximidad entre sus pliegues y se frotó contra ella hasta que Alba sintió con toda claridad su clítoris duro y henchido reclamando cara a cara el placer del suyo.El placer mental se transformó en un placer corporal tangible y apremiante, el aire empezó a escasear para Alba, consciente al cien por cien del placer que le producía, y Natalia empezó a alcanzarla tratando de cumplir sus deseos.Minutos más tarde, ambas alcanzaron el clímax con escasos segundos de diferencia... abatidas juntas, jadearon apretando sus cuerpos sin ser capaces de detener aun el balanceo de sus caderas. Alba disfrutó tanto de aquel momento mutuo que no pudo reprimirse.

- ¡Te quiero! –le dijo tomándole la cara con sus manos y besándola repetidamente en la boca-. Ha sido maravilloso... te quiero.

Natalia se sintió feliz de protagonizar aquel arrebato de amor verbal, y se dejó querer por ella mientras se reponía. Realmente acababa de terminar de destrozarse del todo.

- ¿Eso significa que ya he cumplido como "pantera"? ¿o tengo que cumplir con algún requisito más de tu mente fantasiosa?–le preguntó sonriendo mientras Alba ya la había tumbado en la cama y le seguía acariciando la cara con sus pequeñas y tiernas manos-.

- Jajaja... no, creo que has cumplido como una campeona –se rió de que aún siguiera con aquello, y luego la besó-.

- Nena... -le dijo Natalia tras un par de besos dulcísimos que saboreo con los ojos cerrados-.

- ¿qué? –le preguntó separándose un poco de ella para mirarla-.

- Te quiero mucho, pero me muero de hambre y no sólo de sexo vive el hombre, en este caso, la mujer... osease yo –le dijo lanzandole una tímida y a la vez pícara sonrisa-.

- Jajajajajaja.... Creo que lo he captado –le dijo Alba tras estallar en unas sonoras carcajadas-. Voy a prepararte algo.

- Espera...  la volvió a tirar a la cama cuando pretendía levantarse-.

- ¿pero no me acabas de decir que tienes hambre?...jajaja... -le reprochó Alba viendo que la volvía a envolver entre sus brazos y tenía aquella mirada embaucadora que no la había abandonado desde la noche anterior-.

- Sí, me muero de hambre, pero no quiero separarme de ti –le dijo besándola-.

- ¿Entonces como lo hacemos? –le preguntó Alba sonriente tras el beso-.

- Mmm.... ¿vamos las dos? –propuso-.

- Vale... -aceptó-.

Y tras un beso,y un mutuo acuerdo de ponerse alguna prenda de vestir que hiciera la tortura visual menos apetecible, ambas por fin salieron de la cama para probar bocado.


NOTA: este capitulo supone el fin de la primera parte del Fic. En mi mente tengo pensadas tres partes claramente diferenciadas, y los siguientes capitulos seran el inicio de la segunda.

Me gustaria saber si os esta gustando la historia, para ver por donde tirar.

Muchas gracias por los comentarios, nos leemos!

That was then... // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora