77- Los mismos nervios de la primera vez.

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Lunes. Bar Galera.

La reunión se celebró a primera hora de la mañana. Natalia, se presentó delante de la directiva, y pese a lo tentador de la oferta, tuvo que rechazarla. Salió al pasillo agotada, pero también aliviada, hasta que Noemi la abordó no dándose por vencida.

- Natalia, espera.

Ella se detuvo y se volvió hacia ella. Noemi la alcanzó y la tomó del brazo.

- Tenemos que hablar, por favor ven a mi despacho –le pidió, y ella no pudo negarse-.

Cuando se cerró la puerta tras ellas, ya sabía que a Noemi no le valdrían las excusas y tendría que sincerarse. Bea y ella lo habían hablando ese fin de semana, y habían dado por bueno que conociera la situación real que las envolvía.

- Estoy... estoy... - no sabía cómo empezar. Que Natalia hubiera rechazado el cargo había sido un duro golpe-.

- ¿Decepcionada? –aventuró, se sentía mal. Noemi era una de las personas que siempre había creído en ella, y fallarle de aquel modo, le afectaba-.

- ¡Confusa! –la corrigió mirándola a la cara-. Debo haberme perdido algo porque realmente pensé al verte estos días, que deseabas volver a este sitio... ¡Tu sitio!

- Me encantaría... -empezó a decir la chica-.

- ¿Entonces? Entonces explícamelo mejor de lo que lo has hecho allí dentro, porque te juro que no entiendo tu negativa en esa sala. ¿Te haces una idea de a lo que has renunciado, Natalia?

- Sí –le contestó ella sabiendo que no la entendía-.

- ¿Sí? – estaba desconcertada-. ¿Es por el puesto? ¿te pagan más en Holanda? ¿hay alguna cláusula que te esté molestando o....?

- No es nada de eso Noe, mis motivos son personales –le comunicó e llay entonces vio como Noemi se detenía unos momentos para mirarla. Después se sentó algo abatida en su silla-.

- ¡Personales! –musitó. Contra eso no estaba segura de poder presentar batalla. Trató de tranquilizarse-.

- Sí –reconoció-. Dirigir este sitio, poder hacerme cargo de la representacion de artistas nuevos contigo, hubiera sido... - no podía ni pronunciarlo. Volver a sus orígenes y encauzar junto a una profesional como Noe aquel nuevo reto, hubiera sido un sueño maravilloso-. Me hubiera encantado poder aceptarlo, créeme, pero ahora mismo me es imposible separar mi camino del de Bea.

Noemi se echó atrás en la silla, sin llegar a entender del todo qué estaba tratando de decirle. Natalia tomó aire, y despacio empezó a contarle las circunstancias en las que se encontraban Bea y ella. Se merecía algo mejor que un "no" a ciegas.

Casa de Laura.

Pese a no gustarle mucho conducir, la inquietud por lo ocurrido el domingo, la trasladó hasta el apartamento de su mentora. Había tratado de hablar con ella por teléfono, pero no había podido hacerlo, así que prefirió presentarse en su puerta. Entró con su llave, sabiendo que Laura estaría, pues la había avisado para ir a recogerla.

- ¿Laura? –la llamó-.

- Salgo enseguida –le indicó desde el fondo del pasillo-.

- Tranquila, no hay prisa –contestó Alba dejando la llave en el recibidor y quitándose el abrigo mientras se abría paso-.

Hacía tiempo que no visitaba aquel piso, y ahora que veía aquella cocina, los amplios ventanales, y el espacio de dibujo que tantas veces había compartido con Natalia en sus quedadas de estudiante, era plenamente consciente de por qué su alma se resistía a permanecer demasiado tiempo entre aquellas paredes.

That was then... // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora